La Paz, 21 de marzo de 2024 (ANF).- Al menos seis factores están dejando sin agua a varias comunidades y ciudades del país. Estos son: la contaminación, los avasallamientos, la deforestación, la sequía, el uso de agrotóxicos y la quema indiscriminada de los bosques nativos. Pese a los esfuerzos que hacen los comunarios por reciclar este vital elemento, su población aumenta y sus necesidades se vuelven mayores, develan los testimonios de dirigentes e indígenas a la ANF.
Al menos un poco más de 100 dirigentes y representantes indígenas de 41 organizaciones e instituciones de la sociedad civil se reunieron en el municipio de Vitichi, a unos 90 kilómetros de distancia de la ciudad de Potosí, para dar a conocer sus principales problemas en torno al agua y la falta de acceso. También demandaron una ley del agua, la protección de las zonas de recarga hídrica y que se priorice su uso para el consumo humano.
“Toda la región del Norte de Potosí está afectado por la contaminación minera. Las fuentes de agua que bajan hacia y desembocan al río Grande están totalmente contaminadas. Son cientos de comunidades que viven en esa cuenca. En algunos sectores el agua se utiliza para el riego, para el consumo humano y el consumo animal”, señaló muy preocupado, Valerio Trigori, exmallku de la Federación de Ayllus del Norte de Potosí.
El comunario afirmó que “todos” los centros mineros son causantes de esta contaminación porque no tratan sus residuos, remueven la tierra y utilizan metales pesados que intoxican y se derraman a su principal río. Y no es un tema reciente, pues pese a hacer sus reclamos, sugerir soluciones, pedir ayuda a sus asambleístas que los representan, no obtuvieron respuesta.
Es más, el pez suches que tanto consumían sus abuelos dejó de nadar por esas aguas. En época seca, el río también evidencia sus cicatrices con la presencia de residuos de metales pesados que se pegaron a sus orillas.
Para el consumo humano, de sus animales y de sus riegos, los comunarios captan agua de laderas, pese a ello, el exmallku denunció “que se están secando. “ No hay cómo vivir y por eso la gente migra a las ciudades o al exterior del país. Solo los ‘viejitos’ se están quedando. Junto con las cooperativas mineras hemos reclamado para que haya plantas de tratamiento de agua en ese sector, pero lo que nos han dicho es que no hay plata”.
Trigori y las comunidades norte potosinas sugirieron que el 10% de las regalías que percibe ese departamento, cerca de Bs 900.000 millones en 2023, se destine a paliar esta situación. Sugerencia que no obtuvo respuesta.
Los ojos de Angelina Rodas, dirigente de la Central Indígena Chiquitana Amanecer Roboré expresaban su angustia cuando ella hablaba y recreaba en su mente las imágenes de los árboles caídos en su comunidad. Los tajibos están desapareciendo en Naranjos, es una comunidad ubicada en el municipio de Roboré, en Santa Cruz, afirma. Esta deforestación inició como hace cinco años, el objetivo es tomar esas tierras para cultivar principalmente soya.
“Desde hace cinco años se asentaron menonitas en el Valle Tucabaca, donde han deforestado miles de hectáreas y luego se han trasladado a otras comunidades como ser Aguas Calientes, San Lorenzo y otras. También se asentaron los interculturales. Su forma de trabajo es diferente a la nuestra, nosotros somos conservadores, pero ellos arrasan con todo. Para la siembra de soya no dejan ni un árbol parado. Nos ha pesado en el alma verlos tirados (a los árboles) en el suelo”, contó la dirigenta chiquitana.
Debido a este despojo de sus árboles, los pobladores han notado que sus pozos que les provee de agua se están secando. “Lo lamentable”, dijo, es que no pueden ni expulsarlos pues ellos han alquilado esas tierras de privados. Se quedan unos tres años y luego buscan otras tierras, dejando “desnudas” las usadas.
Para proveerse de agua, ellos optan por “cosechar” de las lluvias pues han construido sus propios tanques de agua y en coordinación con otras asociaciones, “Ya no tenemos tanta producción como años atrás”.
Ambos dirigentes no son los únicos que expresaron sus problemáticas, también lo hicieron líderes y lideresas indígenas de tierras altas y bajas, jóvenes y ambientalistas de los nueve departamentos del país. El evento, denominado “Encuentro nacional por el agua y la vida” y organizado por La Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), culminó con una declaración de 26 puntos con el que piden que se priorice el uso de este líquido elemento para el consumo humano que se reconozca al agua como sujeto de derecho y que se declare decenio de la protección de las zonas de recarga hídrica, entre otros.
Para las asociaciones participantes existen intereses del sector minero que a su vez gozan de protección de las instancias gubernamentales que no regulan ni asumen acciones que puedan frenar la contaminación. “Se está vulnerando los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígena originarios, pero sobre todo de las mujeres indígenas y originarias que están amenazadas de muerte en algunos territorios”, se lee en una de sus conclusiones.
Loteamientos y quemas
En la ciudad de Oruro, principalmente en la zona Norte y Sur, los vecinos están preocupados por los loteamientos de tierra -para la construcción de viviendas- que se está haciendo en el territorio que comparten Challapampita, Sorocachi y Caracollo. En ese sitio existen muchos pozos de agua que alimentan a estas zonas urbanas de la capital folclórica.
“Lamentablemente las autoridades no hacen algo y tampoco se delimita el área como de reserva. No se informa que ese sector es área de recarga hídrica para que así no haya loteamientos. Al final vamos a quedarnos sin agua. Esta zona provee gran parte de agua a Oruro, la zona Este capta de otro lado su agua”, lamentó Judith Morales, integrante de la asociación Nayra Pacha.
Asimismo, como representante de los Yungas de La Paz, Juan Carlos Aruquipa aseguró que los mismos comunarios realizan “malas prácticas” que dañan su medio ambiente, así queman sus bosques nativos, utilizan agrotóxicos en los cultivos y contaminan sus ríos, principalmente la minería en el sector.
“En las cabeceras no hay bosques nativos pues se los ha quemado, en esos bosques había recarga hídrica y ahora se han vuelto pastizales. Poco a poco están destruyendo los ríos y los caudales de agua en las quebradas, pese a todo todavía hay agua, pero en junio y julio lo poco que se puede hacer es usarla para el consumo y los cultivos; es decir, algunos captan agua con bombas o con la ayuda de cisternas, otros lavan sus ropas en los ríos”, dijo Aruquipa, quien también es ingeniero forestal del municipio de Irupana y trabaja en Promiel.
También consideró oportuno reforestar todo lo dañado -por ejemplo- con el bambú, el cual sirve para el forraje, la ganadería y para prevenir la erosión. También recordó que en 2023 en los Yungas se quemó bastante bosque de forma ilegal y el fuego rebasó las capacidades para frenar esos eventos.
Algunas de las organizaciones que participaron de este encuentro en Vitichi, por dos días consecutivos –del 16 al 17 de marzo-, fueron la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (Cnamib), el Bloque de Organizaciones Campesinas Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (Bocinab), Fundación Paz y Desarrollo, Comunidad Originaria Kollasuyo, Pobladores de Vitichi, Nación Chichas CONACH W, Organización del Pueblo Indígena Mosetén OPIM, Asociación de Regantes La Paz, Ayllus de Calcha, Central Única de Mujeres Campesinas de Yacuiba, Coroma Potosí, Semilleros de Jóvenes 1.0, Programa Urbano de UNITAS Potosí, Consejo de Jóvenes de Jach’a Suyu, Asociación de Mujeres Afrobolivianas Cimaronas, Consejo Juvenil por la Madre Tierra - Tarija, Grupo de Apoyo Civil a la Policía Psicólogos, entre otros.
Las instituciones pactaron en realizar encuentros regionales en el altiplano, valles, Amazonía, Chaco y Chiquitanía para continuar el análisis desde las experiencias y plantear acciones. También manifestaron su disposición a sumarse a las luchas de los diferentes territorios en defensa del agua y la vida. También firmaron la declaración.
Tanto al inicio como final del evento, los protagonistas marcharon por las calles del municipio potosino, protestaron por todos estos daños ambientales y pidieron que se cuide el agua.
/MVL/NVG/