La Paz, 5 de abril de 2024 (ANF). - La presencia de grupos de crimen organizado, la explotación ilegal de oro y el tráfico de sustancias son las principales economías ilícitas que están socavando a la Amazonia, además que ocasionan serios daños a los pueblos indígenas que habitan esa región, detalla el informe anual de la Iniciativa Global Contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
“Los ciclos de criminalidad y violencia de la región amazónica tienen su origen en el lucrativo y multimillonario comercio ilícito de drogas y minerales, especialmente la extracción ilegal de oro y el tráfico de cocaína,”, señala el reporte que fue publicado en noviembre de 2023.
La Iniciativa Global es una organización independiente de la sociedad civil, con sede en Ginebra, Suiza, con una Secretaría dispersa a nivel mundial y un consejo asesor de alto nivel. El trabajo de campo lo realizó entre abril de 2022 y julio de 2023, una delegación visitó las regiones de Loreto y Ucayali en Perú; Putumayo, Caquetá, Amazonas, Vichada y Guainía en Colombia; Bolívar en Venezuela; Roraima y Amazonas en Brasil.
A la vez, el documento señala que esos ilícitos están generando un impacto social sobre todo en las comunidades indígenas, que en muchos casos son desplazados de sus territorios, sus lideres son asesinados. Se agudizó la explotación sexual de mujeres y el trabajo de menores de edad, además del reclutamiento de indígenas bajo ciertas condiciones.
Explotación de oro
El informe destaca que hasta el 2020 se identificaron al menos 4.500 puntos de extracción de oro de forma ilegal, las regiones más afectadas son el estado de Bolívar, en Venezuela; Pará y Roraima en Brasil y se está expandiendo a Ecuador y Perú.
Afirma que la explotación de ese mineral está ligada con el tráfico de drogas tomando en cuenta que puede ser usado como una forma de transacción, pese a que se intercambien pequeñas cantidades tiene un valor que tiende a subir en situaciones de crisis económica.
“Desde una perspectiva criminal, el oro ofrece una serie de ventajas que lo hacen atractivo: es fácil de transportar y más resistente a los daños que sustancias como la cocaína; es una inversión estable, ya que incluso pequeñas cantidades tienen un valor significativo que tiende a subir en épocas de incertidumbre económica; y se puede sacar fácilmente de un país, incluso durante el cierre de fronteras, como se vio en Venezuela durante la pandemia de COVID-19. Además, las consecuencias legales del tráfico de oro suelen ser menos graves que las del tráfico de drogas ilícitas”, indica el documento.
Narcotráfico
Con relación a ese ilícito, se identificó que, ante la creciente demanda de cocaína en Europa, África, Oriente Medio y Asia, los narcotraficantes utilizan con más frecuencia rutas amazónicas para transportar la mercadería. Se consideró que la existencia de pistas clandestinas ofrece oportunidades para el tráfico porque carecen de control por parte de las fuerzas del orden de los Estados.
“Las industrias en torno al negocio de la droga en la región amazónica, incluidos el comercio de precursores y el robo de combustible o petróleo crudo para la producción de coca, requieren más investigación, así como los impactos medioambientales asociados”, afirmó.
Grupos armados
En el estudio de campo también se identificó la presencia de grupos armados en la Amazonia, entre ellos se encuentra el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia que en los últimos años expandió su presencia a Venezuela. De acuerdo al informe controlan las explotaciones ilegales de oro en el Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, así como rutas de narcotráfico hacia Guyana y Brasil.
A la vez, se verificó que al menos cuatro grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ocuparon territorio de la selva amazónica de cuatro países, se trata de la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central (EMC)-FARC, el Frente Acacio Medina y Comandos de la Frontera.
El Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil también tiene control en diversos sectores amazónicos de ese país para el tráfico de sustancias controladas, sus nexos se extendieron hasta Colombia, Venezuela y Perú.
El Comando Vermelho se relacionó con narcotraficantes del estado de Amazonas y con la Familia do Norte (FDN), una conocida organización criminal con sede en Manaos que controla el tráfico de drogas.
Bolivia
La situación de la Amazonia boliviana también fue mencionada en el informe, aseguraron que la presencia de la minería ilegal y la expansión del narcotráfico están afectando de forma significativa al medio ambiente y a la seguridad. La protección de pistas clandestinas por parte de grupos armados y el amedrentamiento a los guardaparques. Además, identifico la presencia de integrantes del PCC y el Comando Vermelho en el oriente.
“En Bolivia, el panorama criminal está muy fragmentado, pero tiene un impacto significativo en el medioambiente y la seguridad, sobre todo a través de la minería ilegal de oro y el narcotráfico. Esto incluye casos de pistoleros armados que protegen pistas de aterrizaje ilegales e imponen restricciones territoriales a los guardaparques debido a la falta de seguridad. Además de la presencia del PCC y el CV en Bolivia, operan en la región clanes familiares, criminales brasileños que a veces tienen acceso a documentos de identidad bolivianos, y narcotraficantes colombianos”, explica el informe.
Asimismo, consideró que Bolivia ya no es un país tránsito de sustancias controladas, sino que se está convirtiendo en productor de clorhidrato de cocaína, debido al incremento de los laboratorios que se han registrado en los últimos años.
“Además, el creciente número de laboratorios de clorhidrato de cocaína detectados en Bolivia indica que el país está pasando de ser un lugar donde se cultiva y transporta la hoja de coca a un productor del producto final: la cocaína”, resalta.
Ante ese panorama, los expertos cuestionaron la falta de presencia estatal en esas regiones que, en complicidad con las organizaciones criminales, periten que la Amazonia se haya convertido en una región en peligro.
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