Hace poco, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado su boletín de COMEX (Comercio Exterior) correspondiente al mes de septiembre de 2024. Después de haber analizado el mismo, se tiene las siguientes consideraciones y observaciones:
Es mas que evidente que continua el deterioro de nuestro comercio exterior, tanto en exportaciones e importaciones, en comparación con el mes anterior y con el valor acumulado de enero a septiembre 2024 en comparación con la gestión 2023. Donde la principal causa es la escasez de dólares y una divisa americana cara en el mercado paralelo, lo cual reprime las exportaciones, principalmente de la industria manufacturera, y las importaciones mas aun, lo que se evidencia un menor valor en bienes de consumo y de capital, lo que dado este modelo económico se traducirá en menor crecimiento económico, inversión y generación de empleo, ya que para el gobierno es clave la demanda interna, tanto pública y privada.
Si a esto le sumamos los conflictos políticos y sociales de todo el año, lo cual con seguridad los datos de octubre 2024 reflejarán un mayor declive de nuestro comercio exterior, sobre todo a las exportaciones, por los 24 días de bloqueo, con pérdidas económicas cercanas al 1% de nuestro PIB, el escenario para nuestro comercio exterior se ve poco alentador. La implementación de políticas sectoriales por el gobierno es coyuntural, pueden aliviar en algo a corto plazo, sin embargo, la solución debe ser estructural, apuntando a un ajuste fiscal importante, sino la tendencia, a pesar de mejorías temporales, será que se deteriore más. La importancia del pragmatismo y la objetividad es clave, medidas bajo la sinergia e integridad con el sector privado, garantizará que cualquier acción tenga mayor efectividad y sostenibilidad. Sino el precio será una estanflación en nuestra economía, con conflictividad política y social, aun mayor en el año electoral 2025.
Después de haber revisado y corroborado, en base a datos del INE, que nuestro saldo comercial acumulado negativo, de enero a septiembre 2024, fue 529% mayor en comparación con el mismo periodo del 2023, también se ha constatado que durante el 2018 al 2024, es decir en los últimos 7 años, este indicador es el 2do más grande después del observado el 2019 (-681 MMUSD). De hecho, ni en el año pandemia se tuvo un saldo comercial negativo de esa magnitud, en el 2020 fue de solo -19 millones de dólares. Se recalca que, durante estos años de estudio, el 2021 y 2022, fueron los únicos años que tuvimos un saldo comercial acumulado positivo.
De noviembre 2021 a agosto 2022, tuvimos una racha optima continua con puros saldos comerciales positivos. En los últimos 25 meses, desde septiembre 2022 hasta septiembre 2024, dos periodos anuales, solo el 39% de los mismos, fueron saldos comerciales positivos. Sin embargo, sumando todos los datos observados de saldos comerciales durante este periodo, se observa que dan un total negativo de $us. 1.324,6 millones. Es evidente, que nuestra balanza comercial no es óptima, prevalen los déficits comerciales, y que esta situación se ha atenuado el 2023 y mas aun el 2024, por la escasez de dólares y su cotización elevada en el mercado paralelo. El 2023, solo el 33% de los meses, tuvieron saldos comerciales positivos. En el 2024, de enero a septiembre, solo 5 fueron favorables a nuestro comercio exterior.
Desde el año de la “nacionalización” de hidrocarburos, ha habido un reajuste importante en nuestro comercio exterior, que tuvo un comportamiento cíclico favorable, mientras la producción y exportación de gas natural eran cuantiosos. En los últimos 18 años, a pesar que solo el 27% fueron gestiones con saldos comerciales negativos, parece que será muy difícil repetir los $us. 3.401 millones de balanza comercial favorable a nuestra economía. De hecho, el 2023 nuestro saldo comercial fue negativo, por $us. 570,6 millones.
En particular, estas gestiones 2023 y 2024, cuyo deterioro del comercio exterior obedece a una crisis cambiaria y hasta política, por casi un mes de bloqueos, su causa principal es de origen fiscal, 12 años ya consecutivos de déficit público, que ha generado un agotamiento de nuestras RIN, y una muy limitada, por no decir nula, oferta de dólares por el sistema financiero nacional. Si queremos que nuestros saldos comerciales sean positivos y sostenibles, es imperante reajustes estructurales, pero no solo en el tema fiscal, sino que también monetario (tipo de cambio), normativo (leyes a favor de las inversiones y empresas), comerciales (con acuerdos favorables y pragmáticos), en fin, que garanticen y mejoren las condiciones de trabajo y operación de exportadores e importadores. Si la situación no cambia, el resultado será un achicamiento de nuestra economía, menor consumo, gasto, inversión y empleo, donde florecerá mas la inflación, la pobreza y la informalidad.
El autor es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija