La Paz, 29 de septiembre de 2023 (ANF).- Niños quemados, con traumatismo encéfalo craneal (TEC), intoxicados, con caries y con fracturas son algunos de los tipos de “maltrato por omisión” que personal del Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría, en La Paz, atiende. El 60% del total de atenciones es a causa del descuido de los progenitores.
“Una gran causa por internaciones es por omisión en los cuidados básicos de un niño y eso se considera maltrato. Todo eso se podría evitar con un simple cuidado”, señaló a la ANF Fresia Saravia, trabajadora social del nosocomio.
La intoxicación de los niños y niñas generalmente es porque han consumido sulfato ferroso –que se les da a las madres en gestación-, insecticidas, plaguicidas y hasta veneno de ratas.
Estos productos que están al alcance de los menores de edad, son puestos en envases de refrescos, por lo que los niños confunden con soda y toman el líquido sin supervisión de sus padres.
A principios de este año una niña de cinco años cayó del tercer piso de su vivienda cuando intentaba subir con una soga que otra niña de su misma edad le había lanzado. La menor sufrió un fuerte golpe en la cabeza y fue atendida en el hospital. Las pequeñas solo querían jugar, estaban solas porque sus padres habían salido a trabajar, según contaron ellos a la trabajadora social.
En agosto de este año, dos niños entre 5 y 6 años llegaron de emergencia al hospital luego de sufrir graves quemaduras en su cuerpo tras el encendido de mesa que tradicionalmente se realiza ese mes como rito ancestral en agradecimiento a la Pachamama. Ambos niños son de diferentes casos.
En otros casos atendidos, un niño se quemó con aceite su cuello mientras fritaba un huevo, tenía hambre y su madre no llegaba de su trabajo. Igualmente, dos hermanitos de 7 y 2 años se intoxicaron con monóxido de carbono luego de que en la madrugada parte de su vivienda se quemó. Ellos se salvaron de milagro luego de que la niña mayor pidió ayuda a los vecinos. La madre dijo que tuvo que salir a las 02.00 para trabajar.
“Los papas me dicen: ´no somos maltratadores’, y sí lo son porque los niños realizan una acción peligrosa sin supervisión de un adulto, eso se entiende como maltrato porque no ha sido cuidado, un niño depende enteramente de sus padres. Yo me animo a decir que el 60% de los casos son por omisión. Si yo tuviera que mandar todos los casos a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, la institución ya no daría abasto”.
Frontis del nosocomio, en La Paz. Foto: Hospital del Niño
El artículo 108 del Código Niño, Niña y Adolescente tipifica como maltrato a la omisión: “constituye maltrato todo acto de violencia ejercido por padres, responsables, tercero y/o instituciones, mediante abuso, acción, omisión o supresión, en forma habitual u ocasional, que atente contra los derechos reconocidos a niños, niñas y adolescentes por este código y otras leyes; violencia que les ocasione daños o perjuicios en su salud física, mental o emocional”: Estos casos constituyen un delito y pasan a conocimiento de la justicia ordinaria.
Saravia también identificó casos de menores que se entraron a la olla hirviendo que se dejó en el piso. Sobre el sulfato ferroso –que se parece a los chocolates ´chubis´ también es ingerido por ellos y en grandes cantidades –hasta 20 pastillas-, pues los adultos lo dejaron sobre la mesa, pese a las advertencias de “dejar fuera del alcance de los niños”. Ello provoca insuficiencia hepática fatal.
“Hay casos que han entrado a terapia intensiva y todo por omisión. Se han descuidado”.
Otras caídas registradas de menores se dan porque donde viven no tienen barandas en sus gradas, también tuvieron casos de bebés que estaban en su andador y cayeron también por similar situación.
Para la psicóloga Verónica Alfaro, los niños tienen derecho a estar siempre acompañados de sus padres porque la función psicológica de ellos al momento de que su hijo esté internado es de disminuir la ansiedad que causa los miedos y la rabieta.
Los padres tienen un rol fundamental en este proceso de hospitalización. Los niños se recuperan mucho más que aquellos que no están acompañados, dijo la profesional.
La cama caliente
Actualmente este hospital cuenta con una capacidad de 180 camas, es de tercer nivel y atiende a menores de edad de 0 a 14 años. Presenta especialidades médicas como ser: cardiopatía, problemas renales, quemaduras, oncología, traumatología, gastroenterología, odontopediatría y otros. En la práctica recibe y atiende pacientes de toda Bolivia, principalmente de los departamentos de Oruro, Potosí, Beni y Pando y del área rural. En alguna oportunidad tuvieron pacientes del Perú, por estar más cerca de Bolivia.
De acuerdo con la trabajadora social, la población ha crecido en Bolivia tanto que el hospital ha colapsado, por ello, cuando una de las 180 camas se desocupa, inmediatamente es ocupada por otro niño o niña que está en espera, por esa razón ella habla de “la cama caliente”.
Las cardiopatías son otra causa de internación. El tema está en investigación, se presume que es porque los padres fuman delante de sus hijos, pese a que ellos lo niegan.
“A veces quieren que se atienda la gripe de sus hijos y no van a su centro de salud, entonces el hospital colapsa. Todos quieren ser atendidos por patologías sencillas como resfríos o una simple diarrea”.
Abandono de sus hijos hasta de un año
Un año. Ése es el tiempo en el que una niña – hoy con un año y ocho meses- estuvo internada en el hospital por una malformación en el esófago. Las primeras semanas fue visitada por sus padres, luego ya no volvieron hasta que se cumplió los 365 días de internación y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) dio con ellos.
Tras conversaciones y compromisos de por medio, la niña fue dada de alta y hoy vive con ellos, quienes deben continuar con su tratamiento.
Durante ese tiempo, el personal de salud se encariño tanto con la pequeña que hasta organizaron su bautizo. “Se dan casos de abandono, esos papas no piensan en las secuelas que produce en el ser humano el ser abandonado. Ni al perrito se abandona”.
Éste no es el único caso, años anteriores generalmente se abandonaban a recién nacidos. El hospital también atiende a bebés que fueron dejados a su suerte en vía pública y que, en caso de no encontrarse parientes de él, ingresa a centros de acogida, según su edad.
“Para ella, el personal médico era su tío, su tía, su padrino, se la mandó a Argentina porque su tratamiento es especial, ella retornó y los padres fueron obligados a su responsabilidad parental. Los doctores le compraron hasta su ropita y su leche”.
En otro caso, una mamá dijo que iba por una bolsa de pañales y no retornó. Por otro lado, una madre oriunda de Ixiamas también dejó a su hijo, posteriormente solo se encontró al padre que se hizo cargo de él.
Saravia recomendó trabajar en la prevención, los padres deben ser cuidadosos y vigilar a sus hijos ya que un niño merece un cuidado permanente, “prevenir es muy importante pues un niño que no es deseado sufre mucho”.
Apenas nacen los bebés, se adquiere un vínculo o apego con sus padres. Esto va a determinar cómo será su personalidad a lo largo de su vida, si se lo abandona se le quita el soporte emocional que se da cuando es abrazado o se lo carga.
“Si bien las neuronas no están confirmadas ni desarrolladas en su plenitud, esa vinculación se ha roto y eso va a hacer que sea ansioso toda su vida, la ansiedad conduce a estados y enfermedades como la esquizofrenia (afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta) y el trastorno bipolar (trastorno que provoca altibajos emocionales, que van desde trastornos de depresión hasta episodios maníacos). No es inmediato”, prosiguió la psicóloga.
Cuando los padres abandonan a sus hijos excusándose de que no tienen trabajo o no tienen dinero suficiente existe negligencia. Un menor de edad al entrar al hospital va a generar una serie de miedos y de estrés, de angustia que es difícil soportarlo cuando está solo, dijo Alfaro.
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