
Con tanta idas y venidas, declaraciones y contradicciones, traiciones y reconciliaciones, es difícil saber dónde está parado Tuto Quiroga. Ya perdí el hilo de sus vaivenes y no puedo soportar más la volatilidad de su discurso. Lo que me queda cada vez más claro, es que es un político mañudo, que ha perdido todo el terreno que había ganado en años recientes, hipotecándolo como prestidigitador de feria de plaza.
“Algo huele mal en Dinamarca”, me dije (como Marcelo, fiel escudero de Hamlet) cuando el 16 de diciembre de 2024, de la noche a la mañana Jorge “Tuto” Quiroga anunció que había formado alianza con el FRI para ser candidato a la presidencia. Al principio la noticia me pareció falsa, porque yo sabía dos cosas básicas: a) que el FRI era aliado de Comunidad Ciudadana, la agrupación encabezada por Carlos D. Mesa, y b) que Quiroga era parte del Bloque de Unidad creado oficialmente esa misma semana (las discusiones para llegar al acuerdo databan de mucho antes) con Samuel Doria Medina, Luis Fernando Camacho y Carlos D. Mesa, precisamente.
No me “cuadraba” cómo Tuto Quiroga podía ser protagonista de una jugada sucia, pero luego recordé su sinuosa carrera como delfín del dictador Hugo Banzer y sus intentos de parecer un político progresista, desmarcado de los gobiernos autoritarios a los que sirvió. Pero bueno, al día siguiente regresó al redil del bloque opositor, y parecía que su exabrupto no había sido más que eso: una metida de pata hasta la cadera.
Sin embargo, en los siguientes cuatro meses Tuto Quiroga no ha cesado de dar muestras de inconsistencia en su conducta política, mostrando el país entero que, como el personaje clásico de Cantinflas, “está pero no está” en el bloque opositor, flotando como veleta con un pie fuera de borda. No asistía a las reuniones, y en cada declaración que hizo se declaraba candidato, y no pre-candidato, asegurando que el elegido era él. Atacaba sin morderse la lengua a Doria Medina, su principal contendiente, poniendo en evidencia la fragilidad del Bloque de Unidad, en lugar de fortalecerlo.
Una segunda señal de su comportamiento errático fue cuando Carlos D. Mesa decidió bajar su candidatura para contribuir a la unidad del Bloque de Unidad. Ese día, 24 de enero de 2025, Quiroga publicó un tuit donde no podía ocultar su inmensa alegría, echándole todas las flores a Mesa, revelando que había votado “dos veces” por él y agradeciéndole con letras mayúsculas por bajarse del tren electoral. Seguramente veía su camino despejado y sus ambiciones se inflaron como el precio del pollo.
El 24 de febrero el mismo Quiroga de los vaivenes firmó con Carlos Mesa, Samuel Doria Medina, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuéllar y Amparo Ballivián un compromiso en respuesta a una carta enviada por 130 personalidades, para elegir al candidato único e incluir en su programa cuatro ejes de trabajo: restitución de la democracia, defensa de la naturaleza, respeto a los pueblos indígenas y tierra, y lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Otra vez, parecía que el hijo pródigo y díscolo regresaba a casa.
Pero no terminó ahí. El 25 de marzo de 2025 el Bloque de Unidad llegó a un acuerdo de suma importancia para el país, comprometiéndose a elegir un candidato único con base en tres encuestas realizadas simultáneamente, con las mismas preguntas y la misma metodología. Hasta ese momento era lo más cercano a un consenso político serio y responsable.
Ese mismo día se filtraron detalles sobre el acuerdo y se supo que cada uno de los dos principales candidatos (es decir, Tuto y Samuel) habían elegido a una encuestadora y ambos habían coincidido en una tercera. Doria Medina optó por una empresa nacional, Mercados y Muestras, mientras que Tuto Quiroga seleccionó a la firma argentina Casa Tres. Como empresa consensuada entre ambos, eligieron Captura Consulting, ya conocida porque hizo el trabajo de campo para Panterra, la encuestadora contratada por Marcelo Claure y por la cadena de televisión Red Uno (como si no hubiera otras en Bolivia).
Ahí me picó el bichito de la curiosidad. ¿Qué clase de empresa encuestadora era Casa 3, la que eligió Tuto Quiroga? Obtuve la dirección en San Google y me metí a Google Maps (lo mismo que hice en diciembre de 2018 para desenmascarar a la empresa fantasma Neurona Consulting, que permitió que un bellaco mexicano se llevara una buena plata de Bolivia, en complicidad con varios periodistas y funcionarios del gobierno de Evo Morales). Cualquiera con un poco de curiosidad puede corroborar lo que encontré sobre Casa 3. Primero apareció una dirección en Montevideo: Av. Rondeau 1715, entre las calles La Paz y Valparaíso. La dirección corresponde a un pequeño edificio de dos pisos, sin más letreros que los de las empresas de alquiler de autos Alamo y National, que ocupan toda la planta baja. Parecía una empresa de bolsillo, con una dirección sospechosamente trucha.
La historia de Neurona parecía repetirse, aunque una amiga me dijo que ahora muchas empresas ya no tienen oficinas grandes, sino que funcionan mediante plataformas digitales. Aahh bueno… volví a San Google para buscar Casa 3 y lo que encontré fueron tres referencias, como su nombre indica. Cualquiera que haya navegado en un buscador de internet sabe que, si una persona o una institución tiene una actividad real, probablemente habrá miles o decenas de miles de coincidencias en la búsqueda, pero en este caso no hay. Sobre la encuestadora de Tuto Quiroga, no había casi nada.
En la primera página de búsquedas en San Google aparecen sitios de astrología (una de las 12 moradas en el cielo de la astrología moderna es la “Casa 3”), un estudio de diseño de arquitectura, una tienda de indumentaria y accesorios en Cochabamba, una vivienda de estilo brutalista en el barrio de Ostende (cerca de Mar del Plata), un condominio de cinco pisos en Ciudad de Guatemala, un bar en México, y el Facebook de una empresa de telemarketing en Montevideo, que tiene “25 años de experiencia”. Su página web reza: “En Casa 3 nos ajustamos a las necesidades de cada empresa ofreciendo servicios a la medida”. Llegué a pensar que esta última podía ser la empresa escogida por Tuto Quiroga.
Continuando la búsqueda encontré otra pista que sólo existe en Twitter (@CasaTres3), de una empresa argentina con apenas mil seguidores, y muy poca actividad. La mayoría de los 172 tuits publicados hasta hoy en esa cuenta (creada recién en marzo de 2023), corresponde a la directora de esta empresa unipersonal, Mora Jozami, que se autodefine como “malabarista y analista de opinión”. No hay una página web ni dirección física, ni información sobre la naturaleza de la empresa, y mucho menos sobre los trabajos realizados como encuestadora para gobiernos, empresas o procesos electorales.
Entonces, ¿qué clase de empresa “internacional” eligió Tuto Quiroga, que casi no tiene referencias en Google? Solamente en la cuenta de Twitter (X) aparecen publicaciones sobre un “índice de irascibilidad” (IDI) que difunde mensualmente, sin indicación sobre la metodología. Indagando un poco más, descubrí que el tuit más antiguo se remonta a agosto de 2023 y se trata de una felicitación a Javier Milei por su victoria en las PASO (elecciones primarias).
Con base en las volteretas que dio Tuto en estos meses, me atrevo a aventurar la hipótesis siguiente: la elección de una empresa desconocida, sin trayectoria, sin referencias ni repercusiones en la prensa, se debe a un plan deliberado de Tuto para descalificar a las encuestadoras, empezando por la suya. Esto se confirmó con el exabrupto del expresidente banzerista el jueves 3 de abril, cuando desconoció el proceso de encuestas que él mismo había acordado con el Bloque de Unidad, argumentando que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tenía que haber otorgado un marco de legalidad a las tres encuestadoras. De todo lado le llovió palo por una actitud que, una vez más, ponía en jaque a la alianza opositora, sobre todo que sus argumentos eran falsos. El propio TSE no hizo esperar su respuesta: se pueden hacer encuestas internas mientras no se publiquen los resultados.
Nadie pareció darse cuenta de la estratagema: ¿No será que Tuto eligió a propósito una encuestadora “patito” de Argentina para que el Tribunal Supremo Electoral invalide las encuestas del Bloque de Unidad?
Todos los pasos (en falso) que ha dado Tuto Quiroga hasta ahora demuestran una sola cosa: el precandidato no está dispuesto a perder, pero sí a patear el tablero las veces que crea necesarias, para crear confusión y desarticular al Bloque de Unidad, algo que ha logrado, forzando así la salida de Carlos D. Mesa como vocero. Mesa ya había anunciado que si no lograba su cometido de fortalecer el Bloque de Unidad, daría un paso al costado. Lo hizo dos veces: primero sacrificando su propia pre-candidatura y luego su papel de coordinador.
Mientras más se convence Tuto Quiroga de que no tiene el favor de los potenciales votantes, más caos pretende crear. Esto lo convierte en el principal aliado funcional del masismo (que sin duda se aglutinará espontáneamente en torno a Andrónico Rodríguez) y de Manfred Reyes Villa, que se debe estar frotando las manos de pura felicidad. Con sus jugadas no ha hecho sino perder el capital social que había acumulado: incluso su aliado cruceño, el exgobernador Rubén Costas, ha declarado que está reconsiderando el apoyo de su fuerza política (Movimiento Demócrata Social), al sorprendente veleta que se ha caracterizado por su megalomanía galopante. Quiroga está ahora desprestigiado por sus vaivenes, y es muy probable que sus potenciales votantes en el lado derecho del espectro político, se trasladen a la candidatura ya anunciada del economista Jaime Dunn (con ADN, la cuna de Tuto), que parece una persona más seria y emocionalmente más estable.
Jorge “Tuto” Quiroga se ha convertido en pocos meses en el peor enemigo de la democracia en el proceso electoral de 2025. Parece haber aprendido todas las mañas del MAS, aunque es banzerista de trayectoria, un itinerario casualmente parecido al de Juan Ramón Quintana.
El autor es escritor y cineasta