
En este día, que debiera ser de celebración de los derechos de la niñez y de la adolescencia en Bolivia, ChildFund alza su voz con profunda preocupación: si bien conmemoramos los avances alcanzados en favor de la infancia, no podemos ignorar la dolorosa realidad que enfrentan miles de niños, niñas y adolescentes: la violencia, en sus diferentes expresiones. Dentro de este sombrío panorama, la violencia sexual se revela como una herida lacerante que demanda una atención más urgente, así como acciones más decididas.
Las alarmantes cifras del departamento especializado en Delitos en Razón de Género y Juvenil de la Fiscalía General del Estado, a través de un reciente comunicado de prensa, revelan la magnitud del problema: 3.737 denuncias de abuso sexual en 2024, siendo la violencia sexual una de las formas más recurrentes y devastadoras. De este total, 3.140 corresponden a violaciones sexuales, incluyendo 2.696 casos contra infantes, niños, niñas o adolescentes.
Según datos oficiales del Ministerio Público, en promedio, tres de cada 10 niñas sufren violencia sexual y lo más escalofriante es que en casi todos los casos de denuncia los agresores son parientes varones cercanos. A menudo, el abuso resulta en un embarazo a temprana edad, desencadenando una serie de vulneraciones a los derechos e integridad de niñas y adolescentes.
Informes de UNICEF y otras organizaciones que trabajan por la infancia boliviana corroboran esta tendencia alarmante, evidenciando cómo la integridad física y emocional de nuestros niños, niñas y adolescentes se ve amenazada en sus propios hogares, escuelas y comunidades.
Estos números no son meras estadísticas, representan vidas truncadas, sueños rotos y un futuro altamente comprometido. Detrás de cada denuncia, existen historias de dolor, miedo y vulnerabilidad que claman por justicia y protección. La violencia sexual, en particular, deja cicatrices profundas y duraderas, afectando el desarrollo integral de las víctimas, su salud mental, sus relaciones y su capacidad para construir un futuro pleno.
Desde el trabajo que desarrolla ChildFund en Bolivia, somos testigos directos de las consecuencias devastadoras de las violencias en la vida de los niños, niñas y sus familias. Junto con socios locales, trabajamos día a día para fortalecer mecanismos de protección, brindar apoyo psicosocial y promover entornos seguros donde puedan crecer y desarrollarse plenamente, sin embargo, nuestros esfuerzos, por significativos que sean, son insuficientes frente a la marea de violencias, dolor e impunidad.
En este Día de la Niñez Boliviana, hacemos un llamado urgente y necesario a todos los garantes de derechos: al Estado, en sus diferentes niveles; a las instituciones encargadas de la protección de la infancia, incluyendo a las autoridades judiciales y policiales.
Es imperativo fortalecer los mecanismos de prevención, investigación y acceso a la justicia de todos los casos de violencia contra la niñez y la adolescencia, con especial énfasis en la violencia sexual. Necesitamos políticas públicas efectivas, recursos adecuados y una coordinación interinstitucional sólida para garantizar que ningún niño, niña o adolescente sea víctima de esta terrible realidad.
Pero la responsabilidad no recae únicamente en las instituciones. La sociedad en su conjunto tiene un papel fundamental que desempeñar para romper el silencio, desnaturalizar la violencia y construir una cultura de protección donde los derechos de la infancia sean una prioridad Esto implica educar a nuestros niños, niñas, adolescentes sobre sus derechos y cómo protegerse, fomentar entre ellos y sus cuidadores la denuncia ante cualquier forma de abuso y brindar apoyo y solidaridad a las víctimas y sus familias, pero también necesitamos promover, con carácter de urgencia, la construcción de masculinidades libres de violencia.
Es tiempo de dejar a un lado la indiferencia y la complacencia. La violencia contra la niñez es una afrenta a la dignidad y humanidad, y un obstáculo para el progreso de nuestro país.
En este día, reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable de trabajar por un futuro donde cada niño, niña y adolescente en Bolivia pueda vivir libre de miedo y de violencia, donde sus voces sean escuchadas y sus derechos sean plenamente respetados.
El futuro de Bolivia se construye protegiendo su presente: sus niñas, niños y adolescentes. ¡Porque nos necesitamos mutuamente, es hora de actuar con firmeza!
La autora es Directora País de ChildFund en Bolivia
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ChildFund Bolivia: Organización internacional que trabaja en Bolivia desde hace 45 años enfocada en la protección y el desarrollo de la niñez y adolescencia. Web: www.childfundbolivia.org