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Opinión

Se definirá “en la mesa”, no en las urnas

27 de Mayo, 2025
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Cuando el país esperaba que, a partir del 19 de mayo, fecha límite de inscripción de candidatos, se iba a ingresar a la fase de revisión de requisitos; se ingresó más bien a una insólita fase de maniobras y artimañas legales, con las que se pretenden eliminar, en mesa, a los adversarios potenciales, cancelando sus siglas.

Todo esto, claro, en estrecha colaboración de vocales y magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), instancia que, en estas circunstancias, se convierte en un supra poder, arrebatando competencias al Tribunal Supremo Electoral (TSE), convirtiéndose además en directo administrador del proceso electoral. Las salas constitucionales del TCP definirán que candidatos se quedan y que candidatos se van.

El TCP, en ese sentido, está siendo utilizado para que el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) Eduardo Del Castillo, sea el único, de tres candidatos, en el campo masista. Lo que esta sucediendo actualmente no es casualidad, todo coincide con esta con esta lúgubre estrategia. 

A través de acciones de cumplimiento, acciones populares, amparos constitucionales y denuncias, se pretende, con una “ola” de demandas, eliminar las personerías jurídicas de nueve partidos. Solo tres, de los que están en carrera, el MAS, el Frente de Izquierda Revolucionario (FRI) y Nueva Generación Patriótica (NPG), no tienen demandas. 

Luego, el Frente para la Victoria (FPB), el Partido de Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), el Movimiento Tercer Sistema (MTB), la Unidad Cívica Solidaridad (UCS), el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA), Autonomía para Bolivia (APB – Súmate), Unidad Nacional (UN) y Acción Democrática Nacionalista (ADN); corren el riesgo, por estas demandas de perder la sigla. Estos representan el 90% de los partidos en competencia. Si sucediera este extremo, la papeleta tendría solo tres candidatos. 

Todo está en las manos de los vocales y jueces del TCP. De esa instancia, hoy, superior de poder. De acuerdo a la ingeniería de esta estrategia jurídica-política de reproducción del poder, las decisiones serán selectivas y en función a las circunstancias.

En ese sentido, en el campo masista, se pretende dejar como único candidato a Eduardo Del Castillo. Para ello, se debe eliminar a los potenciales enemigos. Ciertamente, en las circunstancias actuales, los enemigos del candidato del MAS arcista, en orden de prelación, son Evo Morales y Andrónico Rodríguez. 

Para eliminar a los dos, el oficialismo estaría utilizando al ciudadano Peter Beckhauser, el accionante de las demandas de cancelación de personerías jurídicas en contra del FPV, PAN-BOL, MTS, UCS, PDC y el MAS. Llama poderosamente la atención, luego, el desistimiento de la demanda contra el MAS. 

Si se observa bien, en primera instancia, el objetivo fue eliminar a todas las siglas con las que Evo tenía la posibilidad presentarse. Primero, le cerraron las puertas del FPV y PAN-BOL. Si acababa negociando con el PDC o la UCS, estas ya tienen demandas para ser activadas en el momento preciso. De ahí, el temor de Evo de revelar la sigla con la que pretendió inscribirse. Vean, lo tienen todo muy bien preparado.

Para eliminar al joven candidato Rodríguez, que aún trata de inscribirse con el MTS, el extraño ciudadano, nuevamente es utilizado. Este, presenta en el Departamento del Beni, una acción de cumplimiento demandando la cancelación de la personería jurídica de este partido, por incumplimiento de disposiciones establecidas en la Ley 1096. Cabe aclarar que, el amparo constitucional presentado por la ex esposa de Félix Patzi, dueño de la sigla, es de otra vertiente. Sin embargo, no se puede descartar que esta señora estaría siendo utilizada por el oficialismo. Las audiencias para resolver estos dos temas, han sido suspendidas en dos oportunidades. Hay una dilación extraña y sospechosa. De acuerdo con los objetivos de la estrategia, todo indica que el MTS perdería su personería, dejando a Andrónico, fuera de la carrera.

Para que Del Castillo quede como el único candidato del campo masista, se debe sacar del camino también a Eva Copa, a través de la eliminación de MORENA. Para el efecto, el abogado Humberto Vidaurre, presento una demanda de “acción popular”. En los próximos días se llevarán a cabo las audiencias. Todo puede suceder. Nuevamente, la decisión pasa a salas constitucionales.

En el campo opositor, están haciendo lo mismo, un poco para disimular, con algunos candidatos potenciales, cuyas siglas ya tienen demandas de cancelación. Este es el caso de Doria Medina y Reyes Villa, de UN y APB – Súmate, respectivamente. Digo para disimular, pues no conviene eliminarlos. Estos jugaran un papel muy importante en la fragmentación del voto opositor. Otra vez, las salas constitucionales decidirán en apego a la estrategia jurídica-política mencionada.

Si en menor o mayor medida se cumplen los objetivos de esta estrategia, las once casillas proyectadas, en la papeleta de votación, con los candidatos inscritos el 19 de mayo, se reducirán drásticamente. A través de algunas salas constitucionales, el TCP, acabara definiendo los candidatos y destruyendo también el sistema de partidos. En democracia, esto, nunca había sucedido. 

Es, sin duda, un siniestro giro autoritario, al estilo de Venezuela y Nicaragua, donde también se eliminan a los adversarios antes de llegar a las urnas. Solo llegan a la votación el candidato oficialista y débiles adversarios que son utilizados para legitimar el proceso.

En este giro autoritario, la judicialización de la política, pasa a ser el mecanismo a través del cual las elites gobernantes pretenden permanecer por siempre en el poder, con elecciones totalmente controladas y dirigidas.

El autor es profesor de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Simón