La reciente denuncia de pérdidas económicas por un valor de Bs. 425 millones debido a la inoperatividad de 18 piscinas en Yacimientos de Litio de Bolivia ha provocado una serie de eventos preocupantes. Entre estos eventos se destaca el arresto del exministro de Minería, Luis Alberto Echazú, quien durante el período gubernamental de Morales (2006-2019) fue un actor clave en el plan de producción y exportación del litio boliviano. Posteriormente, el fallecimiento del exejecutivo de la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Juan Carlos Montenegro Bravo, en circunstancias aún bajo investigación, ha añadido un matiz sombrío a la situación.
Este escenario ha generado una oleada de denuncias derivando en un debate político intenso, con el expresidente Morales expresando preocupación por lo que él califica como el "fracaso en la industrialización del litio por parte del Gobierno Nacional". Más allá de las acusaciones y disputas políticas entre el actual presidente Arce y su predecesor, Morales, es importante reconocer las deficiencias en la planificación y ejecución de este proyecto estratégico para el desarrollo económico del país.
La producción de litio en Bolivia se remonta a más de una década atrás, con la inauguración de la Planta Piloto de Carbonato de Litio el 3 de enero de 2013, bajo la presidencia de Evo Morales. Sin embargo, los objetivos originales, que apuntaban a la producción de baterías de litio en lugar de carbonato de litio y la implementación de una planta de producción en funcionamiento pleno, no se han materializado. La falta de avances significativos en la industrialización del litio a lo largo de más de una década indica un claro fracaso en el cumplimiento de metas y plazos establecidos por parte de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).
En el año 2023, se evidenció un fracaso significativo en la planificación económica relacionada con el litio. A pesar de las proyecciones optimistas del Ministerio de Economía y Finanzas y los ejecutivos de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), que esperaban ingresos por un total de Bs. 4.032 millones por la venta de carbonato de litio, la realidad fue decepcionante, generando solo Bs. 156,6 millones. Aunque el equipo directivo de YLB atribuyó este bajo rendimiento a la significativa caída del precio del producto, de 83,000 a 13,000 dólares por tonelada, es importante señalar que este descenso de precio no debería haber impactado la producción y comercialización del producto. De haberse alcanzado los niveles planeados de producción y ventas, los ingresos habrían ascendido a Bs. 628 millones, lo que resulta en una pérdida de Bs. 471,4 millones.
El análisis de la viabilidad financiera del proyecto revela un panorama preocupante en cuanto a la capacidad de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para devolver los préstamos al Banco Central de Bolivia. Hasta la gestión 2023, se han desembolsado recursos significativos, alcanzando la suma de Bs. 5.636 millones, los cuales deben ser devueltos con amortizaciones anuales. Sin embargo, los resultados financieros de YLB no son alentadores, con pérdidas reportadas de Bs. 60 millones en la gestión anterior. Esta situación plantea interrogantes sobre la posibilidad de reembolsar las inversiones realizadas en un futuro cercano, especialmente considerando la tendencia decreciente de los precios proyectados del carbonato de litio en los próximos años.
En contraste con las empresas privadas de producción de carbonato de litio, como SQM, Albemarle Corporation, Ganfeng Lithium, Tianqi Lithium Corporation y LG Energy Solution, Eramet SA, que enfrentan desafíos similares, pero cuentan con la capacidad de obtener financiamiento a través de acciones o bonos en los mercados financieros, el Estado boliviano ha incursionado tímidamente en este sector. Sin embargo, carece de los recursos necesarios para operar y mantener la planta en caso de prolongadas caídas en los precios del litio o la necesidad de actualizar su maquinaria. Esta situación plantea preocupaciones adicionales sobre la sostenibilidad financiera de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y el potencial riesgo de involucrar más fondos públicos en una empresa de resultados inciertos.
La competencia global en el mercado del litio es feroz, con logística productiva y de distribución de primer nivel. El Estado boliviano, con sus empresas estatales, se encuentra en desventaja en este escenario, donde la única forma de vender sus productos es mediante obligaciones institucionales internas, lo que evidencia una falta de adaptación al libre mercado. Esta situación, combinada con la incertidumbre sobre la capacidad de Yacimientos de Litio Bolivianos para generar ingresos suficientes para respaldar sus préstamos, plantea serias dudas sobre la viabilidad a largo plazo de este proyecto.
En conclusión, la situación actual de Yacimientos de Litio Bolivianos es un ejemplo más de cómo los modelos estatales en la gestión de recursos estratégicos han fallado repetidamente. La falta de adaptación al mercado global, los errores de planificación y la incapacidad para competir eficazmente son patrones recurrentes que reflejan la inviabilidad de este enfoque. Es crucial aprender de estas lecciones pasadas y adoptar un enfoque más pragmático, basado en la apertura a la inversión extranjera y en la colaboración con el sector privado para garantizar el éxito económico sostenible de Bolivia en el futuro.
El autor es analista e investigador socioeconómico.