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Opinión

Modelo, realidad y cifras

30 de agosto, 2023 - 00:00
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GERMÁN MOLINA DIAZ

Una narrativa de nuestra historia económica desde 1825 hasta la actualidad sobre las distintas gestiones gubernamentales probablemente, para comenzar su administración seguramente observaron la realidad concreta, datos y contrastaron con el pensamiento económico destacado de la época, y definir un modelo económico, diseño de una política económica para resolver los problemas económicos de coyuntura y estructura, que generalmente es complejo y difícil de hallar medidas que mejoren la situación de todos, o al menos que mejore la de algunos sin comprometer la de otros, además sea sostenible y exitosa.  

La realidad concreta es un agregado de sucesos económicos y políticos que suceden en una sociedad, es decir, nos indica la realidad económica de un país respecto a: producción; nivel de precios, empleo, Presupuesto General del Estado y el comercio exterior. Entonces, se revisa los datos que son obtenidos de la Contabilidad Nacional con la finalidad de conocer sus niveles, estructura y tendencia, es decir precisar la línea de base o punto de partida en la cual está la economía.

Ante una determinada realidad concreta y sus datos se continua con una construcción y utilización de los modelos económicos que son herramientas que simplifican la relación entre variables económicas para comprender el funcionamiento de la economía, o de una parte de ella. Es decir, son útiles en los estudios de los problemas económicos y resolverlos enfocándose exclusivamente en las variables económicas de mayor relevancia que permite: simplificar el análisis; la descripción del problema y prescribir su solución.

Sobre los modelos económicos el profesor de la Universidad de Columbia Guillermo Antonio Roberto Calvo en una entrevista realizada por el profesor de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (UCEMA) Juan Carlos de Pablo el 2006 manifiesta que: “…. Captar una historia y modelarla. Ahora que me estás haciendo reflexionar, yo necesito eso. Si no, no entiendo. Hay gente que puede entender realidades de manera más intuitiva, y opinar sin modelo. Todos tenemos un modelo, claro. Pero hay gente que lo tiene más espontáneamente, yo necesito elaborarlo.”

El economista Pablo Guidotti, Decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires y ex colega en el FMI de Guillermo Calvo, dice que Calvo es “un economista de mente muy teórica al que le gustan los modelos sencillos y elegantes”. Como el propio Calvo sostiene: “Mi regla es simplificar al máximo. Después de todo, estamos construyendo modelos. No es la realidad.” 

Ningún modelo económico es cien por ciento correcto o erróneo. Todos tienen aspectos positivos y también negativos. Algunos son económicamente consistentes y otros inconsistentes. Otros son consistentes políticamente, pero no son sostenibles económicamente[1]

¿Cuál es el nombre del modelo económico boliviano?

Con relación al nombre del modelo económico boliviano en diferentes publicaciones oficiales se utilizaron las siguientes denominaciones: “Nuevo modelo económico social productivo”, “Nuevo modelo económico social, comunitario y productivo”,  Nuevo modelo Económico Nacional Productivo”, Modelo Nacional Productivo”, “Modelo de Capitalismo Andino Amazónico”, “Modelo de Economía Plural”, “Socialismo Comunitario del Vivir Bien”[2],  “Evonomics”, “Modelo de Economía de Optimización de los Recursos” y de todos ellos se adoptó el de  Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), y recientemente durante el 2023 se menciona el Modelo de Crecimiento de Base Ancha con políticas económicas dirigidas a la industrialización con sustitución de importaciones. Recientemente anuncian que el MESCP enfrentan su segunda fase con la industrialización y que dejara de ser un país comerciante para ser productor[3].

¿Cuándo y cómo funciona el modelo económico boliviano?

Desde el 2006 comienza el modelo económico de centralismo, control de precios, cantidades, calidad y cuotas (MECCC) que se denomina Modelo de Economía Social Comunitaria Productiva (MESCP) de capitalismo de estado organizando la producción y la distribución económica de transición hacia el socialismo[4], buscando la construcción de un sistema económico alternativo al capitalismo que no es reciente y novedoso[5].  Funciona únicamente si logra las siguientes condiciones:  control total del poder; elevados recursos económicos; clientelismo político; debilidad institucional; políticas públicas diseñadas y aprobadas de arriba hacia abajo.

¿Realidad y cifras? 

Durante casi 17 años del MESCP se tuvo 8 años continuos de superávit fiscal y 10 años continuos de déficit fiscal, considerando la gestión gubernamental transitoria de la Señora Jeanine Añez.  El superávit fiscal respecto al PIB acumulado 2006-2013 alcanzo un 14,4 por ciento, y el déficit fiscal respecto al PIB acumulado 2014-2023 registro un 78,3 por ciento, que significa un desequilibrio fiscal respecto al PIB acumulado elevado de -63,9 por ciento y por lo tanto no se alcanzó el equilibrio fiscal Inter temporal.  Por otra parte, el promedio anual del superávit fiscal respecto al PIB fue 1,8 por ciento y del déficit fiscal respecto al PIB el promedio anual fue -7,83.  Con relación al crecimiento económico el promedio anual de 5,01 por ciento durante el período del superávit fiscal respecto al PIB y de 3,26 por ciento en el período de déficit fiscal respecto al PIB.

Durante los 8 años (2006-2013) de superávit fiscal acumulado respecto al PIB de 14,4 por ciento y 10 años (2014-2023) de déficit fiscal global respecto al PIB de 78,3 por ciento resulta un neto de desequilibrio fiscal respecto al PIB acumulado elevado de -63,9 por ciento, es decir fue más de 5 veces el total del gasto fiscal acumulado respecto del PIB para estimular el crecimiento económico mediante la demanda interna agregada.

Los datos de crecimiento del PIB no son los esperados como sucedió el registrado el 2020 el más elevado déficit fiscal respecto al PIB de 12,7 % y una fuerte contracción económica de 8,7 por ciento. El 2021 el déficit fiscal respecto al PIB alcanza casi tres veces el registrado el 2014 y el crecimiento económico del mismo año aumenta 0,6 puntos porcentuales respecto al mismo período. La previsión para el 2023 aún mantiene un elevado déficit fiscal de 8,5 por ciento y una tasa de crecimiento económico menor en 0.64 puntos porcentuales respecto al 2014, es decir, los impulsos fiscales no fueron efectivos como se anuncian.

El ministro de Economía y Finanzas Públicas[6], resalto la vigencia y fortaleza del modelo económico boliviano que permite generar mayores ingresos y una inflación controlada pese al contexto internacional adverso. Por otra parte, remarco “que la realidad es que el modelo está totalmente vigente y brinda estabilidad al pueblo boliviano”.  También brindo los siguientes datos del 2023: tasa de inflación[7] a julio el 1,2 por ciento y tasa de crecimiento del PIB 2,3 por ciento al primer trimestre. 

Si se mantiene la tendencia y nivel de las variables dados a conocer hasta el cierre de la actual gestión fiscal 2023, no se lograría la tasa de crecimiento económico esperado de 4,86 por ciento y probablemente si la tasa de inflación respecto a la estimada de 3,57 por ciento.  Otro aspecto llamativo es que al dar a conocer algunos datos  puede ser parcialmente verdad, puede ser totalmente cierta, sin embargo, solo de una parte de la verdad completa, porque no menciono varios problemas económicos que afectan a los consumidores, empresarios y al mismo gobierno.

Algunos de los problemas económicos no mencionados es el estado actual de las reservas internacionales netas y particularmente los dólares; el estado financiero de las empresas públicas estratégicas y resto de empresas públicas; los bonos soberanos programados para la presente gestión; la ejecución de la inversión pública 2023; las fechas de inicio y producción de las empresas de Yacimientos de Litio de Bolivia, Planta Siderúrgica del Mutún; las exportaciones al 1°semestre 2023 respecto al mismo período 2022 cayeron en 25 por ciento que significan menos divisas, menos ingresos fiscales, menos depósitos bancarios; la falta de suministros médicos y equipos en las cajas de salud en la que aportan los trabajadores y otros aspectos económicos que no se informó.

Actualmente las condiciones internas que requiere para el funcionamiento del MESCP están debilitados o ya no la tiene y además un contexto externo desfavorable impacto directamente en el comportamiento de las variables económicas y no económicas respecto a su nivel, estructura y tendencia que han ingresado a una zona de riesgo fiscal y riesgo de balanza comercial 2023 de disminución de ingresos fiscales y el mantenimiento de elevados gastos fiscales que fueron cubiertos holgadamente durante la bonanza económica y hoy permanecen a pesar de existir iliquidez fiscal[8] que para cubrir se recurre a: la utilización de fuentes de financiamiento a los desequilibrios fiscales mediante créditos del Banco Central de Bolivia; al desahorro público; al desgaste del stock de reservas internacionales netas y escases de dólares por declinación del flujo de divisas al país; al endeudamiento externo e interno; y a la deuda flotante, siendo todas estas obligaciones finitas y tienen un límite para utilizarlas, porque comprometen las rentas del país para las generaciones actuales y futuras.

El MESCP utilizo todos los ingresos transitorios de la bonanza económica en incrementar el gasto fiscal para obtener un promedio de crecimiento económico de 5,01 por ciento y con déficit fiscal continua financiado un elevado gasto fiscal con la elevación de la deuda pública, para lograr un 3,26 por ciento de crecimiento económico, resultados económicos menores a los esperados. Por otra parte, la realidad concreta en la economía de las personas es distinta a las cifras anunciadas, cuando participan como demandantes en los mercados de bienes y servicios.  

Para que la economía boliviana logre un crecimiento económico elevado y sostenible se tiene que reconsiderar la vigencia de las sencillas verdades económicas, en la elaboración y aprobación de políticas económicas de suprimir controles y otras que a continuación se señala:

  • Una es el sistema de control de las exportaciones mediante cupos de exportación, que tiene que suprimirse.
  • Otra con tipo de cambio fijo no tendría que financiarse el gasto público con deuda interna, entonces se tiene que congelar esta fuente.
  • El tipo de cambio es un precio igual que otro precio, y si disminuye el flujo y stock de las RIN, tiene que modificarse respondiendo a las fuerzas del mercado si y solo si la coyuntura económica, política y social es favorable.
  • Servidumbre a la Constitución Política del Estado.
  • Suprimir el impuesto a las transacciones financieras.
  • Incentivar las cuentas en dólares en el sistema financiero boliviano con atractivas tasas de interés.
  • Atraer a la inversión extranjera directa y nacional.
  • Racionalizar el gasto y la inversión pública.
  • Fortalecer las relaciones económicas con todos los países que beneficien al país, ahora que falta los dólares negociar con los EEUU para que nos proporcionen dólares a cambio de nuestra moneda que es posible conseguir.
  • Crear un fondo soberano con los futuros ingresos extraordinarios transitorios proveniente de: YLB, MUTUN, PETROQUIMICA BASICA, UREA, y otras, recursos que serían administrados e invertidos en acciones de empresas que coticen en la bolsa de valores en los mercados internacionales, para obtener un rendimiento que acrecentaría el monto del capital. La utilización de estos recursos sería según el ciclo económico mundial y de nuestro país.

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[1] Expresado por el economista Carlos Alfredo Rodríguez, que fue profesor y Rector del UCEMA.

[2] Al referirse a la Cuarta Tensión: El Socialismo Comunitario del Vivir Bien, Linera señala: “...proponía Marx como alternativa al suicidio social y a la destrucción de la naturaleza impulsada ciegamente por la lógica capitalista de la valorización del valor. A eso llamaba Marx el comunismo, la realización de la lógica total del “valor de uso” de la naturaleza en el ser humano y del ser humano realizado en la naturaleza.  En eso consiste el Vivir Bien: en utilizar la ciencia, la tecnología y la industria para generar riqueza, de otra manera con que se podrían construir carreteras, levantar postas sanitarias, escuelas, producir alimentos, satisfacer las necesidades básicas y crecientes de la sociedad.” (Álvaro García Linera, Las Tensiones creativas de la revolución-La quinta fase del Proceso de Cambio-Vicepresidencia del Estado Plurinacional, paginas 69-71). 

[3] Informe del ministro de Economía y Finanzas Públicas el 27 de agosto del 2023. Ahora El Pueblo.

[4] El modelo económico social comunitario productivo. ECOPLURAL. Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. 2021. Página 6. 

[5] Fue presentado hace más de 61 años atrás durante un simposio internacional por varios economistas de diferentes nacionalidades y publicado en 1961 del siglo XX en Tokio, Japón con el título ¿A dónde va el capitalismo?, de Shigeto Tsuru, que textualmente señala: “………la estrategia de la transición al socialismo destacando la forma del excedente, utilizando todas las ocasiones que se presentan para poner sobre el tapete la cuestión y debilitar la presión del capital privado sobre el excedente, transformándolo gradualmente en un fondo sujeto al control social…...”.

[6] Publicado en el matutino EL DEBER de Santa Cruz el lunes 28 de agosto del 2023

[7] Denominadas inflación reprimida vigente en el país gracias a la subvención de los servicios básicos, alimentos e hidrocarburos y precio regulado de algunos productos.

[8] Durante el período 2006-2013 se obtuvo superávit fiscal y del 2014-2022 se registra déficit fiscal. El superávit fiscal no garantiza per se el crecimiento económico ni tampoco el déficit fiscal; para que la economía crezca se necesitan inversiones y estas reglas claras y seguridad jurídica, además, es necesario no sólo que las cuentas públicas estén equilibradas, sino también que el monto y la calidad del gasto público sean adecuados. 

El autor es economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, docente de la UCB e Investigador asociado del IISEC. 

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