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Opinión

La oposición y su responsabilidad

13 de Mayo, 2025
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Bolivia no puede quedar al margen de una realidad latente que no nos dio tiempo de despertar y se presentó avasallando todo lo que había delante suyo. En muchos países del mundo se habla de algún tipo de revolución y no tenemos los elementos suficientes para asegurar si se trata de transformaciones democráticas, de cambios reaccionarios y dictatoriales o si por el contrario son simples discursos bajo el eslogan de “procesos de cambio” que con el tiempo dejan ver sus verdaderas intenciones, que muestran elementos y comportamientos que se van sumando y a medida que los identificamos, descubrimos sus intenciones como lo acontecido en nuestro país. 

Hoy vivimos una situación de incertidumbre que se ha convertido en factor permanente de análisis, pues se origina el 22 de enero de 2006, desde cuya fecha vivimos confundidos y engañados como si se tratara de una revolución democrática inédita que uso a las mayorías, a los ingenuos, a los cansados de escuchar a los viejos políticos y mintió a los pueblos indígenas y originarios de nuestro territorio y seguramente del mundo entero. Eso no fue todo, pues fueron copando los poderes del Estado secundados por las masas populares que veían a uno de los suyos al mando del país; sin embargo, se caminaba sin un norte claro y con la idea de que las aspiraciones propias y los ofrecimientos a lo largo de hechos políticos y sociales se irían, paso a paso haciendo realidad. Pero nada cambio, aún los bolivianos no tenemos un norte y estamos peor que en el pasado; más al contrario, vivimos mayores dramas por la ineficiencia, la corrupción, la incapacidad, la soberbia, el cinismo, la subida de precios y tantos otros calificativos que reflejan el fracaso que volvemos a sentir quienes somos habitantes de este pueblo enfermo.             

El mayor contingente de la población consciente de nuestro país quiere ver una Bolivia diferente, democrática claro está, con una nueva perspectiva de nación diversa, con un norte que nos conduzca al crecimiento y al desarrollo para no seguir apareciendo en los indicadores internacionales en los peores lugares como en el “Ranking de Presidentes de Sudamérica – Abril 2025 publicado en CBConsultoraOP.com donde Luis Arce Catacora tiene calificación positiva de 24.1% y negativa 70,8% (el peor) o el de derechos humanos que según colectó la ANPB el 2024 cerró con 182 vulneraciones a la libertad de prensa, violencia e impunidad ubicándonos en el puesto 93 del ranking. O la información presentada por JP Morgan que indica que Bolivia cierra abril con 2019 puntos de riesgo país, el más alto de Latinoamérica. En definitiva, o generamos una transformación radical de 360 grados o nos convertiremos en un país inviable y la tendencia de la juventud será emigrar a otras regiones donde las oportunidades y la libertad, les permitan visualizar mejores días y un futuro de esperanza.  

Ante este panorama desolador, ¿qué esperamos los bolivianos? Que los nuevos conductores de nuestro país sean personas comprometidas con Bolivia y no volvamos a decepcionarnos de tanto discurso, de tantas promesas, de tantos 100 días, cuando sabemos que mucho de lo que algunos ofrecen, jamás podrán cumplir porque están demostrando su individualidad, su arrogancia, su dinero, su falta de compromiso, su egoísmo y su mentira, porque si realmente tuvieran conciencia, no hubieran actuado unos en forma desleal perjudicando el supuesto pacto de unidad, ni otros se hubieran lavado las manos cuando debían promover las negociaciones, generar acuerdos y buscar los consensos necesarios con los interesados para evitar el descalabro que hoy vemos en ese conjunto de competidores desesperados que se dicen ser la oposición. 

¿Qué ha logrado la mayoría de LA OPOSICIÓN? Qué todos los ciudadanos nos hayamos convertido en “jueces para juzgarlos”, porque de ellos es la “RESPONSABILIDAD” de lo que acontezca en el país a partir del 17 de agosto de 2025, fecha en que se decidirá el futuro de todos los habitantes y pueblos originarios que habitamos en el Alto Perú y que esperamos un desprendimiento de las ambiciones personales e incompetencias de unos de los candidatos que han aparecido y que quieren que votemos por ellos. Que ingenuos, no lo haremos. Les recordamos que al  conmemorar el 200 aniversario de Independencia de la República de Bolivia, no estamos dispuestos a seguir soportante el destierro en el seno mismo de nuestra Nación; por ello, los acusaremos por su falta de patriotismo, por no pensar e identificarse con el país, por ser funcionales a los gobernantes, por no bajar su ego creyéndose únicos, por estar trabajando para los corruptos y traidores, por no ponerse de acuerdo para conformar un equipo de trabajo con roles específicos apoyando la postulación de un solo candidato, del mejor, del que tiene experiencia para conducir el Estado, del que está peleando por la libertad. 

Debemos, además recordarles que SU RESPONSABILIDA se ha ampliado hacia muchos sectores que están esperanzados en encontrar días mejores para nuestro futuro y ustedes serán los principales actores y conductores de ese acontecer en los próximos años; por ello, piensen que esperan de ustedes desde los jubilados que han perdido el poder adquisitivo del poco dinero que reciben y consecuentemente de la cantidad de dinero que administra la Gestora de los fondos del Sistema Integral de Pensiones, pasando por las madres que están preocupadas por las condiciones que enfrentarán en los nacimientos de sus niños en un país donde el Seguro Universal de Salud ha fracasado y donde se tiene que privilegiar el derecho a la vida, cuando sabemos que no existen los recursos para hacer sostenible la atención de esta sagrada función de las mujeres de nuestro país. Hasta llegar a los estudiantes de los distintos niveles de educación y sus familias que están desconcertadas, pues conocieron los resultados de la prueba que aplicó el Observatorio Plurinacional sobre los alumnos de sexto de secundaria y estarán pensando el daño que les ha causado el adoctrinamiento en lugar de la enseñanza, lo que ya les ha postergado a ser más subdesarrollados y ciudadanos de segunda, puesto que les han quitado la libertad de conocer, entender y aprender.

Señores de la OPOSICIÓN, el destino del país y de todos los ciudadanos está en sus manos, no vuelvan a equivocarse porque serán juzgados por todos quienes estamos seguros qué, la democracia es la mejor forma de convivencia y además porque el destino de un pueblo está en sus manos y ustedes serán los únicos RESPONSABLES de como festejaremos el BICENTENARIO, como esclavos de una dictadura o como ciudadanos libres en una democracia.   

El autor es administrador de empresas y Docente Emérito de la UMSA

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