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Opinión

La música, las canciones, son realidades sociales

3 de Enero, 2025
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La música ha sido siempre un reflejo de la sociedad, una ventana a las vivencias, preocupaciones y aspiraciones de quienes la producen y consumen. A través de la sociología, podemos ver la música no solo como una expresión artística, sino como una manifestación social que cambia con el tiempo y el espacio, respondiendo a las dinámicas de cada época y cada generación. 

"Hoy tengo ganas de ti", interpretada por artistas como Miguel Gallardo y otros, es una canción que captura la intensidad de una relación amorosa llena de deseo y anhelo. Desde una perspectiva sociológica, esta canción nos permite explorar varias dimensiones de las relaciones humanas y la expresión emocional en el actual contexto marcado por las conexiones digitales.

La enajenación, en términos marxistas, se refiere a la desconexión entre el individuo y los productos de su actividad, incluida la actividad emocional. La canción expresa un profundo deseo de conexión, de llenar un vacío emocional que puede ser visto como resultado de la enajenación en las relaciones modernas. En una sociedad marcada por la  racionalización, las personas a menudo se encuentran distanciadas de los productos de su trabajo y de sus propios sentimientos. La modernidad ha intensificado esta separación, promoviendo una vida caracterizada por el espectáculo  y la productividad a expensas de las conexiones emocionales.  

Gramsci argumenta que la hegemonía se construye no solo a través del poder político y económico, sino también mediante la imposición de normas culturales y emocionales. "Hoy tengo ganas de ti" refleja las normas hegemónicas sobre el amor y la pasión en nuestra cultura. La idealización del amor romántico y la intensa pasión son temas recurrentes que se presentan como aspiraciones deseables, influyendo en la manera en que las personas perciben y experimentan sus propias relaciones.

El fetichismo, entendido como la atribución de poderes especiales a objetos o conceptos, puede ser aplicado al amor romántico en nuestra sociedad. La canción eleva el amor a un estado casi mítico. Este fetichismo del amor romántico puede llevar a expectativas poco realistas y a una idealización que en última instancia, puede ser difícil de alcanzar y mantener en la realidad. La necesidad de conexión que expresa la canción es en parte una respuesta a este fetichismo, un intento de alcanzar ese estado idealizado de amor y plenitud emocional. 

Max Weber aporta una perspectiva complementaria con su concepto de racionalización, donde la modernidad se caracteriza por una creciente racionalización de todos los aspectos de la vida, incluidas las emociones. La canción, con su expresión de deseos profundos y emocionales, puede ser vista como una reacción contra esta racionalización. Representa un anhelo de autenticidad y de experiencias emocionales intensas que contrastan con la frialdad y el cálculo de la vida moderna.

Pierre Bourdieu ofrece otra dimensión al análisis con su concepto de capital social y emocional. En esta canción el amor y el deseo pueden ser vistos como formas de capital emocional, donde las relaciones personales se convierten en recursos que los individuos utilizan para construir y mantener un reconocimiento social. El deseo de reconectar con un amor perdido puede interpretarse como un intento de recuperar y reforzar este capital emocional.

"Hoy tengo ganas de ti" es más que una simple expresión de deseo amoroso; es un reflejo de las complejidades emocionales y sociales de las relaciones humanas, donde la sociedad actual ha tomado como filosofía el espectáculo y éxito individual lo más rápido posible, a cualquier medio posible. Las canciones más populares hoy en día, relatan  las aspiraciones, reales o idílicas de lo que hace  un determinado grupo social.

El autor es sociólogo