VERÓNICA ORMACHEA G.
Kamala Harris, tiene todas las condiciones para ganar. Representa la esencia del mestizaje en un país de inmigrantes; es mujer cuyo género va ocupando espacios; derrocha carisma y vivacidad, y tiene la experiencia de trabajar en el Estado.
Joe Biden escogió a Harris, senadora por California, como acompañante de fórmula a la vicepresidencia del partido demócrata para en las próximas elecciones a la Casa Blanca.
Tras el anuncio de su candidatura, las donaciones al partido fueron millonarias. Es la primera mujer de color que postula a la vicepresidencia de EEUU.
Lo más probable es que con su candidatura, su partido triunfe en las elecciones de noviembre y que EE.UU salga del oscurantismo sembrado por Trump.
Su actuación como vicepresidente – si resulta elegida- dependerá que sea la heredera del partido.
Según las últimas encuestas de la BBC, Joe Biden cuenta con el 50% de la intención de voto y Trump con el 42%.
La senadora fue fiscala general de California y fiscala de San Francisco.
Harris, de 53 años, es hija de una tamil doctora en medicina y de un jamaiquino profesor de la universidad de Stanford y está casada con un israelí.
Es sólida en su trabajo. Ha defendido la ley de justicia racial a raíz del asesinato de George Floyd. Ha propuesto la reforma judicial, la vigilancia de los policías y que el linchamiento sea un crimen federal.
También apoya que el salario mínimo sea de US15 la hora y dar fin al pago de los salarios debajo del mínimo para los que reciben propinas. Asimismo, propone condonar la deuda de préstamos a los universitarios. Esto le está dando gran popularidad entre los jóvenes e inmigrantes.
Todos los desaciertos y mala gestión de Trump -principalmente durante la pandemia- coadyuvan a que los electores opten a los demócratas. Estos revertirán sus erradas políticas públicas nacionales y las malas decisiones en el orden internacional.
Las propuestas de los demócratas acapararían los votos de la clase media, minorías, gente de color, latinos, inmigrantes, mujeres y jóvenes. Están influenciadas por Obama, ya que Biden fue su vicepresidente.
Los candidatos demócratas promueven el* Medicare* (seguro médico del Estado) para todos. Trump dijo que lo recortaría, que sería un grave error.
Con el COVID-19, EE.UU ha demostrado que no ha podido paliar la pandemia, por tanto es urgente mejorar el sistema de salud pública.
Los demócratas afirman en torno a la inmigración, que revertirán las políticas que separan a los padres de los hijos en las fronteras; rescindirán los límites de solicitudes de los solicitantes de asilo y darán fin a las prohibiciones de viaje a varios países musulmanes. También protegerán a los Dreamers, que inmigraron de forma ilegal y estos podrán acceder al apoyo del Estado para estudiar.
De igual manera pretenden suscribir el Acuerdo Climático de París que no hizo Trump; revertir los recortes de impuestos; y mejorar las relaciones con organismos como la OTAN.
También ofrecen energía limpia el 2050; promover su industria; que la educación preescolar sea universal; aumentar la universitaria de forma gratuita; legalizar la marihuana y no permitir la pena de muerte.
Lo urgente, sin embargo, será que a raíz de la pandemia en la que han muerto 187.000 estadounidenses, mejoren el sistema sanitario y recuperen la economía que se contrajo en 32.9%. El desempleo llegó al 14.7% y deberán devolver el trabajo a 20.5 millones de personas.
Sobre este tema, sin embargo, nada será posible hasta el mundo no cuente con la vacuna contra el COVID-19.
Verónica Ormachea es periodista y escritora