¿Les suenan algunos de estos nombres? Larry Page, Sam Altman, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Satya Nadella, Sundar Pichai, Peter Thiel, Ilya Sutskever. ¿O tal vez estos otros: Demis Hassabis, Mustafa Suleyman, Eliezer Yudkowsky, Geoffrey Hinton, Yann LeCun? ¿Y qué hay de estas empresas: Anthropic, OpenAI, Alphabet, Microsoft, DeepMind, Baidu, Nvidia, Amazon, Inflection o Meta?
Son empresas, CEOs y científicos que han sido fundamentales en la evolución de la inteligencia artificial durante la última década. Entre los líderes de estas compañías, las conversaciones abordan temas que podrían parecer sacados de la ciencia ficción: el temor a que las máquinas lleguen a dominar el mundo, el riesgo de que el capitalismo sea reemplazado por una única megacorporación, o la inquietante posibilidad de que las máquinas persigan a los primeros colonos de Marte para acabar con la humanidad, son temas que puedan parecer fantasiosos sin embargo vienen de debates acalorados entre algunos de los individuos más poderosos e influyentes del mundo.
¿Pero cuáles son los antecedentes? La idea de dotar a las máquinas con capacidades similares a las humanas se remonta a los años 50, cuando se empezaron a explorar las posibilidades de que las máquinas pudieran aprender y tomar decisiones de manera autónoma. Este periodo marcó el inicio de la búsqueda de la Inteligencia Artificial General (AGI), que aspira a que las máquinas puedan realizar cualquier tarea cognitiva que un ser humano pueda hacer.
En el camino hacia la evolución de la IA, se han alcanzado varios hitos significativos que han demostrado el potencial de las máquinas para superar las capacidades humanas. Entre los más importantes tenemos: Deep Blue vs. Garry Kasparov (1997), AlphaGo vs. Lee Sedol (2016), Cambridge Analytica y el uso de datos (2018). Sin embargo, el hito más importante se dio con la publicación del artículo "Attention Is All You Need" (2017). La introducción del transformador, un nuevo modelo de red neuronal, revolucionó el procesamiento del lenguaje natural al permitir la atención autónoma en secuencias de datos. Este avance ha sido fundamental para el desarrollo de modelos de lenguaje como GPT-3 y GPT-4.
Sin embargo, el logro más importante se alcanzará cuando se desarrolle la Inteligencia Artificial General (AGI). Por lo tanto, debemos preguntarnos qué tan cerca o lejos estamos de lograrlo. El 2023, se publicó el artículo "Consciousness in Artificial Intelligence: Insights from the Science of Consciousness". Este trabajo aborda la posibilidad de que los sistemas de IA actuales puedan desarrollar conciencia a corto plazo, basándose en teorías neurocientíficas.
¿Y la computación cuántica? La computación cuántica, un campo emergente, utiliza principios de la mecánica cuántica para procesar información de manera mucho más eficiente que las computadoras clásicas. A diferencia de los bits tradicionales (0 o 1), los qubits pueden existir en múltiples estados simultáneamente debido a la superposición y el entrelazamiento cuántico, permitiendo cálculos complejos a velocidades inalcanzables para las computadoras convencionales.
La computación cuántica ha alcanzado un punto crucial con avances significativos en la capacidad y estabilidad de los qubits, esenciales para el rendimiento de estos sistemas. Empresas como Atom Computing, IBM, Alphabet, Microsoft, Baidu, QuantumCTek y Origin Quantum lideran el camino con computadoras que van desde cientos hasta más de mil qubits. Aunque aún no se ha alcanzado la "supremacía cuántica" de manera definitiva, se han logrado importantes progresos.
¿Y si la Inteligencia artificial y la computación cuántica llegan a combinarse? La combinación de una Inteligencia Artificial General (IAG) con la supremacía cuántica podría marcar un punto de inflexión sin precedentes. La IAG, dotada de capacidades cognitivas similares a las humanas, al aprovechar la computación cuántica, podría realizar análisis y tomar decisiones con una rapidez y precisión inimaginables. Esta sinergia permitiría resolver problemas complejos que actualmente son inabordables. Sin embargo, este poder también plantea enormes desafíos éticos y de seguridad, ya que una IAG cuántica podría superar fácilmente cualquier sistema de encriptación actual y tomar decisiones autónomas de gran alcance, requiriendo una gobernanza y regulación estrictas para asegurar que sus capacidades sean utilizadas para el bien común.
¿Blockchain al rescate? Blockchain tiene el potencial de jugar un papel crucial en la configuración de la arquitectura global del poder, especialmente cuando se integra con estas tecnologías emergentes. Su naturaleza descentralizada e inmutable ofrece seguridad y transparencia, cruciales para mitigar riesgos. Esto asegura que las decisiones de una IA cuántica sean verificables y auditable, evitando manipulaciones maliciosas. Además, facilita contratos inteligentes, automatizando acuerdos complejos en un ecosistema donde la IA y la computación cuántica operan a alta velocidad y complejidad. Combinando estas tecnologías, podríamos revolucionar industrias, resolver problemas globales y establecer un sistema robusto de gobernanza tecnológica que garantice el beneficio colectivo y prevenga abusos.
Entonces, ¿Qué pasa con los actores de poder en el contexto mundial? En el contexto mundial actual, los actores de poder no se limitan solo a los Estados-nación tradicionales, sino que incluyen una variedad de entidades, entre ellas corporaciones multinacionales, organizaciones internacionales y figuras individuales influyentes. Las empresas tecnológicas y sus líderes están desempeñando un papel cada vez más prominente en la configuración de la economía global, las políticas públicas y las tendencias sociales. CEOs y científicos como Larry Page, Elon Musk, Mark Zuckerberg, y Sundar Pichai, junto con sus respectivas empresas, no solo lideran la innovación tecnológica, sino que también influyen en políticas globales relacionadas con la privacidad, la seguridad y la economía digital. Estos actores, a través de sus innovaciones y el control de grandes volúmenes de datos, están redefiniendo las estructuras de poder. La creciente influencia de estas empresas y sus líderes implica una nueva dinámica que va más allá de las fronteras nacionales, afectando decisiones que antes eran dominio exclusivo de los Estados.
Entonces nos encontramos ante una encrucijada, donde tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la computación cuántica y blockchain tienen el potencial de transformar radicalmente la arquitectura del poder global y en consecuencia nuestra realidad tal como la conocemos. La convergencia de estas tecnologías promete resolver problemas complejos y abrir nuevas posibilidades para la innovación y el desarrollo. Sin embargo, este nuevo poder también trae consigo enormes desafíos éticos y de seguridad. Es esencial que se implementen sistemas robustos de gobernanza y de regulación para asegurar que estas capacidades sean utilizadas de manera beneficiosa.
El autor es ingeniero Comercial
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