Si se confirman los resultados a boca de urna lanzadas por las empresas encuestadoras con los resultados oficiales que brinde en pocos días más el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), habrán dos grandes perdedores de estas recientes elecciones subnacionales llevadas a cabo para elegir a gobernadores y alcaldes en todo el territorio nacional.
Un primer gran perdedor, sin duda alguna será el actual Jefe Nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales Aima. Quien no supo escuchar a sus propias bases sociales en democracia para elegir a candidatos a gobernadores y alcaldes por el MAS para estas últimas justas electorales a nivel regional.
Todos sus candidatos elegidos a “dedazo” autoritario, perdieron o están por ir a una segunda vuelta y lo más probable es que también pierdan. El mayor revés que Evo Morales está recibiendo es de la ciudad de El Alto que durante sus casi 14 años de gobierno le fue leal con el voto hasta el tuétano. Lo más irónico de esta realidad, es que una mujer de raíces aimara-alteña, Eva Copa, muy poca conocida hasta no hace mucho en el ámbito político, es quien se está encargando de enterrar en vida al propio Evo Morales y a su partido político el MAS desde esa urbe con repercusión a nivel nacional.
Para gran parte de la opinión pública, ese golpe bajo que acaba de recibir Evo Morales en estas elecciones subnacionales y muy en especial de Eva Copa, es prácticamente un fuerte aviso de que la era del Evismo está a punto de refugiarse en sus “cuarteles de invierno”. Que tal vez en los hechos ya lo está. Solo él lo sabe porque la careta de “optimista y hombre triunfador” que quiere mostrar ante la población, no le queda debido a que la verdadera figura que muestra su rostro es otra.
El ex presidente tuvo y sigue teniendo grandes errores en su conducta de líder político. No hace caso a los pedidos de sus bases sociales, ni tampoco escuchó al pueblo cuando ejerció el cargo de presidente del país. Con todos esos defectos le está haciendo un flaco favor a su propio partido político que de a poco está apagando su presencia política en gran parte del país.
Otra señal que Morales no supo asimilar, fue el silletazo que recibió hace poco tiempo en su propio bastión del Chapare cochabambino. Eso fue un primer llamado de atención fuerte que desde sus propios movimientos sociales le dijeron: “estamos cansados de tu autoritarismo, de tus imposiciones, de los abusos que cometes, de lo poco democrático que demuestras ser…entre otros mensajes más”.
El segundo gran perdedor y más por propios yerros políticos de su jefe de campaña como lo fue el propio Evo Morales, será el partido oficialista del MAS. Siendo el único partido político con presencia territorial nacional pero que según datos a boca de urna hasta ahora solo tendría las gobernaciones seguras de Cochabamba, Oruro y Potosí. Dos municipios de ciudades capitales como lo son Sucre y Cobija.
En las regiones donde tenga que haber segunda vuelta, el MAS la tendrá muy difícil. Porque hasta ahora el partido oficialista ha perdido esa fuerza política que años atrás le caracterizaba. A lo que se debe añadir que sus candidatos a gobernadores tampoco dan la talla que la gente espera de ellos para que puedan llevar a cabo un trabajo eficiente dentro de la gestión pública departamental y el progreso de sus regiones.
Con todo lo señalado y sí se confirman las derrotas de Evo y el MAS en estas subnacionales pasadas en gran parte de las regiones del país, la posible candidatura de Morales con vistas a las elecciones nacionales de aquí a cinco años se le hace cuesta arriba y quien sabe para esas fechas tal vez ya esté borrado del mapa político del país y sea uno más de los muchos cadáveres políticos que existirán de aquí en adelante.
Juan Carlos Ferreyra P. es comunicador social