Desde hace tiempo que vengo sosteniendo que la actual oposición parlamentaria conformada por Comunidad Ciudadana (CC) liderada por el ya caduco político paceño Carlos Mesa y de CREEMOS del aplazado político cruceño Luis Fernando Camacho, no es una oposición de verdad. A parte de estar debilitada y lanzando pataleos al aire para hacer creer a la gente que están cumpliendo en ser una oposición sólida, no es nada más que un falso papel que llevan a cabo.
El hecho de proponer proyectos de ley cada uno por su lado, sabiendo que no tienen la mayoría parlamentaria para su aprobación, quedan en saco roto sin que se puedan efectivizar y nacer a la vida jurídica para su respectiva aplicación posterior. Hasta ahora ninguno de esos dos partidos políticos han realizado un trabajo serio de fiscalización a los otros tres órganos del Estado.
Con lo que uno puede interpretar que son una oposición “funcional” al Movimiento Al Socialismo (MAS), dejando mucho que desear en el desempeño de sus verdaderas funciones que deberían tener hasta la fecha. No hay un verdadero líder opositor que marque línea e incomode al oficialismo. Todos/as por su lado, hablando de todo y sin decir y hacer nada de nada con respecto a la problemática que vive el país.
En el fondo el MAS está llevando su tarea legislativa sin mucha preocupación, sin extrañar los dos tercios que tenía en la anterior legislatura, bastándole tener una mayoría parlamentaria que le permita llevar la gobernabilidad del país con holgura y sin muchos contratiempos que le pueda dar la “dizque” oposición.
¿Saben dónde está la verdadera oposición? Está al interior del propio MAS. Eso en el fondo le tiene preocupado a su jefe nacional, Evo Morales Aima, con vistas a las próximas elecciones generales del 2025. Hasta ahora hay tres corrientes ideológicas claramente identificadas dentro del masismo: el Evismo, el Luchismo y el Choquehuanquismo. Y una por detrás que de a poco va haciéndose notar como es el Dockweilerismo. La primera corriente en franca decadencia y con un desgaste mayúsculo; la segunda con una fuerte identificación de la clase media citadina y trabajadores de la administración pública; la tercera con amplio apoyo del sector y clase media rural y la cuarta con más apoyo del sector empresarial nacional y parte de la clase media urbana.
Otros ejemplos de que la verdadera oposición está dentro del MAS son Eva Copa actual alcaldesa de la ciudad de El Alto, Damián Condori actual gobernador de Chuquisaca, Ana Lucía Reís actual alcaldesa de la ciudad de Cobija y Christian Cámara actual burgomaestre de Trinidad quienes al nacer del propio MAS a la vida política y luego de desmarcarse del mismo por no ser elegidos por Evo Morales para que candidateen en las pasadas elecciones subnacionales a excepción del gobernador chuquisaqueño que ya se apartó del mismo desde el 2015, consiguieron resultados que destrozaron los cimientos del partido oficialista a nivel regional.
La actual falsa oposición ha sido tan incrédula que tampoco supo escuchar la voz del pueblo que les pidió para las elecciones nacionales pasadas del 20 de octubre del 2020, que se unan en un solo bloque. Todos se creían los grandes ganadores y que daban por descontado su triunfo electoral. El único “gran papel” que hicieron fue el devolverle al MAS en bandeja de oro el poder. Sin valorar los 21 días de lucha que tuvo la población en las negras jornadas de octubre y noviembre del 2019.
Ni mujeres ni varones de la falsa oposición actual, incluyendo gobernadores o alcaldes/as contrarios al MAS, se proyectan como verdaderos líderes políticos nacionales con un serio y verdadero proyecto político alternativo. Desde hace 15 años que se viene buscando al “salvador” opositor y hasta ahora no se lo encuentra.
Carlos Mesa ya tuvo su cuarto de hora en la vida política, me imagino ya debe estar preparando sus maletas para retirarse a sus “cuarteles de invierno”. Tuvo su gran oportunidad de dirigir de verdad al país después de la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003. Prefirió renunciar, perdiendo toda una gran oportunidad de ser un verdadero líder político nacional. En el caso del actual gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, a su primer examen en el ambiente político (elecciones generales del 2020) reprobó rotundamente. En esa coyuntura tuvo la oportunidad de dar un paso atrás para que con vistas al 2025 de cien pasos adelante. De igual manera dicha figura política regional perdió toda opción para convertirse en un líder político nacional.
Por lo tanto Evo Morales y el MAS se pueden sentir tranquilos por el momento hacia afuera porque no se vislumbra un candidato/a opositor/a de peso que les pueda poner en apuros para las siguientes justas electorales del 2025. El verdadero meollo está al interior del propio masismo porque todo hace presumir que sí se desmarcan de la sombra del Evismo, tanto Luis Arce, David Choquehuanca y Cesar Dockweiler podrían ser los potenciales candidatos presidenciales por el MAS para esa gestión electoral.
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta es comunicador social