Hace tres años, el señor Rogelio Mayta fue designado Canciller. Inspirado por Luis XIV que dijo “el Estado soy yo”, consideró que “el Taita era él ”. Hizo lo que quiso y no lo que debió y al final, su gestión quedó caracterizada por hipérboles anuncios, pero resultados ninguno. Recordemos algunos de ellos.
Su carta de presentación, fue desvincular a quienes ingresaron a Cancillería a través de la Academia Diplomática. La justificación fue que: “son (…) los diplomáticos de nariz respingada, que necesitaban ir a los salones a doblar el dedo meñique…”. Ésta declaración evidenció que no tenía las aptitudes para el cargo. La ofensa es contraria a la diplomacia y cuando no sé sabe que decir la recomendación es quedar callado.
Organizó el Ministerio con la premisa de contentar a todos. Las Embajadas las repartió entre los exministros de Evo Morales; los Viceministerios y Direcciones Generales del servicio central fueron para el personal de confianza de David Choquehuanca y el resto para los Arcistas. El resultado, es un ministerio tricéfalo, donde cada grupo tiene su agenda propia.
Su primera tarea, encomendada, fue convencer a la comunidad internacional que fue golpe, no fraude. Sin embargo, una reunión del Consejo de la OEA, dio por bien hecho la auditoría a las elecciones y sus conclusiones. Ante tan duro revés, ingenuamente amenazó que enjuiciaría al Secretario General Luis Almagro, sin caer en cuenta que goza de inmunidad diplomática.
En un contexto de pandemia por el COVID-19, fustigó el régimen de patentes, prometió que las levantaría, que obtendría licencias obligatorias y por ello suscribió un Convenio con la empresa canadiense Biolyse Pharma, supuestamente para producir 15 millones de vacunas. Fue todo pura demagogia, porqué nada de ello ocurrió.
Firmó un contrato con Rusia para la provisión 5,2 millones de vacunas. Doscientas mil dosis de la Spunik fue el primer envío y luego a cuenta gotas. A la fecha no se sabe si lo comprometido fue cumplido y cual fue el precio, son temas sujetos a cláusulas de confidencialidad que impiden la transparencia. En los hechos, la mayor parte de las vacunas llegaron a través del mecanismo COVAX - iniciativa de la OMS - cuyo principal contribuyente fue Estados Unidos y la Unión Europea.
El fallo del Silala es su más grande fracaso. Si bien, el proceso escrito fue durante la Presidencia de Morales, Mayta no tuvo la entereza para exigir cuentas a Eduardo Rodríguez, quién a pesar que sabía que las aguas del Silala discurren inevitablemente hacia Chile, decidió aventurarse en un juicio inconducente que solo dejó millonarias deudas. Es más, ni siquiera disolvió DIREMAR, queda como símbolo del fracaso y del despilfarro, porqué nadie sabe qué hace.
La sentencia del Tribunal de la CAN que dispone que Bolivia debe cesar con el cobro diferenciado de combustibles es su dañosa herencia. El origen del problema son las “Decisiones” - normas comunitarias aprobadas por Cancillería - que son inconstitucionales, porque el proceso de participación de Bolivia en éste organismo no fue adecuado a la Constitución. Ella dispone que la cesión de competencias en el marco de los procesos de integración, debe ser aprobada mediante referéndum.
Deja además una imagen país estropeada. Informes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros, refieren que hay un menoscabo de los Derechos humanos y que la justicia está siendo utilizada como un instrumento de coerción y persecución a opositores. Éste triste legado debe preocupar porque nunca como hoy Bolivia acumula tantos cuestionamientos de la comunidad internacional.
La integración energética la dejó en fojas cero. Argentina, el amigo ideológico, no solo no comprará más gas desde junio del 2024, sino que además pretende sustituir las ventas bolivianas al Brasil y parece que será utilizando el gasoducto Gasbol.
Tampoco, se ha logrado ni un solo nuevo acuerdo comercial, las relaciones económicas internacionales continúan basadas en los acuerdos alcanzados en los años 90. La promoción de exportaciones fue artesanal y nada se hizo para la atracción de inversión extranjera.
Podríamos seguir, con el corredor bioceánico, el deterioro de las relaciones con Perú, la interminable construcción de la confianza mutua con Chile, los apoyos a Irán, Nicaragua, Venezuela, etc y más etcéteras. La lista es amplia, pero creo que para evaluar la gestión del excanciller Mayta, con lo anotado, basta y sobra.
El autor es economista, diplomático y docente universitario