Después de un tiempo decidí retomar escribir, la cuestión es sobre qué porque está pasando de todo en el mundo; sin embargo, el último viernes de octubre asistí a un Cine Foro de la comunidad venezolana en Santa Cruz de la Sierra- Bolivia, como venezolano me cuesta reunirme con otros compatriotas, aun me duele no estar en Venezuela aunque no lo demuestre; la película se llama como el nombre de este escrito, no la había visto pero me impresiono por uno de los personajes principales que es el abuelo, que le toca cuidar por tres meses a su nieto por un viaje de su hija, en uno de los lugares más bello de Venezuela como son los andes.
Así mismo, en el transcurso de la trama el abuelo en su sabiduría le fue develando situaciones a su nieto para que poco a poco aprendiera a decidir, porque cada persona es quien decide lo que ha de accionar asumiendo con responsabilidad las consecuencias de las decisiones; claramente toda esa sabiduría era producto de viajar por el mundo y por los libros animando a su nieto a LEER Y ESTUDIAR no para ser alguien, sino para tener para capacidad de elección, entre más posibilidades se conozcan mayor puede ser la libertad del individuo.
Por otro lado, el abuelo va exponiendo que llevo una vida acelerada buscando algo que nunca supo qué era, siempre haciendo 20 mil cosas hasta darse cuenta después de varias décadas que todo estaba tan cerca que no lo supo ver; claro tuvo que vivir todo lo necesario para tener dicha certeza; es muy enriquecedora la película por lo tanto les invito a verla, reconociendo que el ser humano sabe dónde nace más no donde muere, además, la sabiduría llega en la medida que se camina por la vida con la conciencia de dicho caminar.
El autor es filósofo