La muerte de un anciano en Santa Cruz a causa del ataque de dos perros pitbulls ha desencadenado una intensa controversia e indignación. La captura de uno de los canes se ha vuelto icónica: cinco funcionarios de Zoonosis transportando al animal, amarrado y cubierto, bajo el titular " Así capturaron a uno de los pitbulls que atacó a un anciano hasta la muerte". Esta imagen, que no nos resulta del todo ajena, reaviva el debate sobre quién es el culpable: ¿el dueño de los perros?, ¿los propios perros pitbull?
En su escrito titulado "La Pachamama y el Humano", Zaffaroni hace referencia a la larga historia de la humanidad en la que la venganza se canalizaba hacia un chivo expiatorio. Así como en el siglo XVIII, el chivo expiatorio de la culpa solía ser un animal, lo que impedía que la condena recayera sobre el individuo responsable. Un ejemplo destacado de esto son los juicios a los animales, siendo uno de los más recordados el "Juicio de una cerda y su cría en Lavegny". Zaffaroni relata que "al ejecutar a la cerda que había matado a un niño, se evitaba que la pena recayera sobre la madre negligente que había permitido que el niño estuviera al alcance de la cerda" (P.5). En la actualidad, los perros, especialmente los pitbulls, han tomado el lugar que solían ocupar los cerdos en los juicios de la época medieval.
Lamentablemente no se trata de una historia de siglos atrás, esta se mantiene presente y lo sucedido en la comunidad Tipoy, no los recuerda. A pesar de contar con leyes que regulan la tenencia de perros de raza pitbull, como la Ley N°553 y la Ley Autonómica Municipal N.º 37, destinadas a establecer la tenencia responsable de animales en Santa Cruz, estas normativas no se aplican de manera efectiva. Si se aplicaran de manera adecuada, podríamos ver una disminución en este tipo de ataques, que en ocasiones como la de Wilfredo Leaños, tienen desenlaces trágicos. Hasta el año 2023, el Programa de Zoonosis del Ministerio de Salud informaba que se registraban en promedio diez personas por día debido a mordeduras o ataques de perros. Es importante tener en cuenta que estos son solo los casos registrados, y que Santa Cruz representa el 70% de ellos.
En este caso, el responsable del ataque que resultó en la muerte de un anciano es el dueño del perro. A pesar de esta responsabilidad evidente, la respuesta rápida de las autoridades ha sido sacrificar al perro pitbull. Esta acción refleja una respuesta simplista que no aborda adecuadamente la raíz del problema ni responsabiliza al verdadero culpable. Creer que castigar al animal es la solución al problema es una falacia. Son los propietarios y cuidadores quienes deben tomar las medidas necesarias para prevenir ataques a personas u otros animales más pequeños. La responsabilidad recae exclusivamente en aquellos que están a cargo del cuidado y supervisión del animal. Lamentablemente, el dueño de los perros no ha sido encontrado, lo que una vez más refleja la impunidad arraigada en el entramado institucional, un sistema que, aferrado a viejas lógicas, opta por un sacrificio ritual del chivo expiatorio en lugar de abordar la raíz del problema.
Lorena Choque Flores