VERÓNICA ORMACHEA G.
Lo amenazaron hace treinta años y finalmente lo acuchillaron. ¿Sabía Salman Rushdie que con Los versos Satánicos indignaría a los musulmanes?¿Buscaba protagonismo literario?¿Con qué fin escribió la controvertida novela?
Aquella publicación le costó que un fundamentalista musulmán de ancestro libanés, (ahora preso) lo acuchillara mientras el escritor ofrecía una conferencia en Nueva York. Hoy se recupera en un hospital.
Tras la publicación en 1988, los musulmanes -principalmente los chiíes- lo acusaron de insultar los temas sagrados de la fe islámica, al profeta Mahoma, y al Corán. El ayatola Homeni le impuso una fatwa (decreto religioso con valor de ley) y ofreció una recompensa de U$ 2.8 millones por acabar con su vida y luego se ofreció otros U$ 600 mil.
El título de la novela hace referencia a dos versos que fueron eliminados por Mahoma en el Corán ya que consideró que estaban inspirados en el diablo. De igual manera, existe un episodio en el que Mahoma, se esconde en un burdel donde dos prostitutas toman la identidad y los nombres de las esposas del profeta.
La novela fue quemada por los musulmanes en las calles de Londres y Nueva York y su venta fue prohibida en países como India, Arabia Saudita, Egipto y Pakistán. También se la sacó de las vitrinas de las librerías. Hoy, sigue prohibida su venta en India y en Irán. Todo esto trajo mucho interés por su lectura y fascinó a los editores. Se convirtió en un best seller mundial.
Según el periodista Lawrence Pollard de la BBC, sin embargo, Los versos satánicos es "el libro del que más se ha hablado y el menos leído en los últimos tiempos". Es probable.
Es una novela surrealista y posmoderna enmarcada dentro del realismo mágico que según la crítica, no es considerada como literatura de alto nivel a pesar de que ganó el premio de novela Whitbread.
Salman Rushdie estuvo oculto durante diez años. A raíz de su experiencia escribió una autobiografía titulada Joseph Anton. El escritor ha vivido a salto de mata, en el exilio – ahora en EEUU– y bajo protección del gobierno inglés. Los versos satánicos le dieron fama, y se convirtió en un ícono de la defensa de la libertad de expresión, pero a un precio personal muy alto.
El intento de asesinato era de esperar. Mataron al traductor del libro al japonés. Hubo un atentado al traductor al turco cuando le pusieron una bomba que explotó y mató a 37 personas. Él, afortunadamente, se salvó. También un hombre apuñaló al traductor al italiano, pero supervivió.
Todo aquello, sin embargo, no merece que un fanático religioso lo acuchille. Los musulmanes, que alcanzan a ser 1.500 millones, tienen esa tendencia. Poco les preocupa matar o inmolarse por sus creencias religiosas. Su valor por la vida está basado principalmente en su religión.
¿Tenía derecho a escribir Los versos satánicos? La respuesta es obvia. Todo hombre tiene derecho a la libertad de expresión que es un derecho incuestionable y a disentir de cualquier tema o ideología a través de cualquier medio razonable. Ningún tema debe ser sacralizado, caso contrario viviríamos en dictadura. Cualquier fanatismo religioso o político así como la intolerancia, son condenables.
Los versos satánicos han sido controvertidos, a pesar de que el autor se disculpó ante los musulmanes.
El autor tenía méritos antes de publicarlo. Ganó el premio Booker con su libro Hijos de la medianoche; ha escrito doce libros; es miembro del Royal Society of Literature y ha sido nombrado caballero en el Reino Unido por su aporte a las letras.
Verónica Ormachea