América Latina al parecer está destinada a tener entre sus lideres a DICTADORES disfrazados de demócratas, el último caso de otros que existirán es el actual presidente del Salvador; se presentó como un joven candidato a la presidencia con principios enraizados en la democracia, sin embargo, al ganar el poder y aprovechando su popularidad entre la ciudadanía, ha copado los otros poderes del Estado en el Salvador controlando el Tribunal Supremo de Justicia y el Poder Legislativo, logrando que se apruebe una resolución que le permitiría presentarse en una relección como presidente de la nación cuando claramente la Constitución del Salvador lo prohíbe.
Así mismo, el caso de Bukele recuerda que cuando los partidos políticos estan agotados, la ciudadanía se siente decepcionada y la crisis económica es imperante, se buscan soluciones mesiánicas e innovadoras, resultando ser peor el remedio que la enfermedad; de igual forma, lideres carismáticos como el actual presidente del Salvador aprovechan la compleja situación para promocionarse como la persona que renovaría todo desde la Democracia; pero sus acciones demuestran que ha cambiado los rostros manteniendo la corrupción del sistema salvadoreño, con el añadido que controla los otros poderes del Estado, que podrían si fueran independiente ser el contrapeso del todopoderoso Bukele
Por último, se confirma que los nuevos dictadores en el siglo XXI se denominarán demócratas y utilizaran a la democracia para llegar al poder, luego en el camino armaran toda una fachada democrática ejerciendo realmente una dictadura, Bukele creerá que la DEMOCRACIA da para todo incluyendo DICTADURAS.
Ronald Valera es filósofo