En base a un análisis hecho, con datos oficiales del Banco Central de Bolivia (BCB), se pudo observar que Bolivia desde agosto de 2023 a abril de 2024, ha reducido su tenencia de “reservas totales de oro”, en 3,61 toneladas métricas. El descenso más importante fue del oro depositado en entidades financieras internacionales, que, durante este periodo, descendieron en 9,56 toneladas, debido a la monetización o venta de estas por divisas, las cuales fueron utilizadas para financiar parte del elevado gasto público del país, entre el pago del servicio de la deuda externa e importación de carburantes, lo cual esta detallado en sus informes respectivos de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Sin embargo, en su último informe del BCB respecto a nuestras RIN, al 1er cuatrimestre 2024, este ente monetario indicó que el total de nuestras reservas de oro eran por 22,45 toneladas, la cual incluían 3,73 toneladas de oro que están en proceso de refinación en el exterior. Pero en su mismo informe, lo dice textual “Asimismo, se encuentran en proceso de refinación en el extranjero cerca de 3,73 toneladas adicionales, que serán próximamente abonadas en las cuentas de oro del Ente Emisor”, es decir, las mismas todavía no están acreditadas a favor del BCB como reservas de oro certificadas a nivel internacional.
Por lo tanto, actualmente, las reservas de oro “efectivas” que tiene Bolivia serian de 18,72 toneladas, las cuales están por debajo de las 22 toneladas exigidas como mínimo por la ley 1503. Esto implicaría que nuestras reservas totales de oro del país hubieran caído en un 28% desde agosto 2023 a la fecha; aunque en poco tiempo, tal como indica el BCB, 3,73 toneladas serán abonadas como reservas de oro, a la fecha las mismas no cuentan con esa calidad (condición), ya que no hay nada especificado en la ley de oro (tampoco en su reglamento) que indique que el oro en proceso de refinación u oro comprado se deba considerar como “reserva de oro”.
Se concluye, que cualquier tipo de oro físico de propiedad del BCB, como lo indica el artículo 15 de la ley 1570, forma parte de nuestras RIN. Sin embargo, no hay ninguna normativa que indique tácitamente que el oro bruto o en proceso de refinación sea considerado como “oro de reserva”, para ello debe contar con la certificación del metal precioso como Barras de calidad de Buena Entrega conforme a los estándares de la Asociación del Mercado de Barras de Londres (LBMA), para posteriormente ser abonadas en las cuentas de oro del BCB.
Según su último informe del Consejo Mundial del Oro (WGC), con datos actualizados al 1er trimestre 2024, se observa que Bolivia ocupa el 7mo lugar en reservas de oro por banco centrales en Latinoamérica y el Caribe. Aunque nuestro país no ha actualizado su información a nivel internacional, con los datos proporcionados al 1er cuatrimestre 2024 por el BCB, se ha reflejado una tendencia clara en vender de manera acelerada nuestro oro, incumplimiento los objetivos propuestos en la ley 1503.
Desde su promulgación de la ley del oro hasta abril 2024, el BCB vendió oficialmente 23,43 toneladas de oro de reserva, pero solo compro 8,65 toneladas de oro fino del mercado interno, de los cuales solo 2,67 toneladas fueron acreditadas como oro de reserva a favor del BCB. Por lo tanto, la relación de venta/reposición de oro es de 9 a 1, es decir por cada 9 toneladas vendidas solo se repuso 1 tonelada aproximadamente.
Le ley de 1503, ley del oro, que buscaba fortalecer nuestras RIN, no está cumpliendo con su finalidad, esto se puede deducir si hacemos una comparativa con los datos de abril 2024 respecto a diciembre 2023, donde las divisas cayeron en un 16%, las DEG bajaron en 14% y solo el oro subió en un 8%, pero solo gracias a su alta cotización en el mercado internacional. Las RIN subieron su valor nominal alrededor de un 5% respecto a diciembre 2023, pero se denota un deterioro de sus principales componentes, DEG al límite de su uso, reducción de divisas para gasto y menos oro en físico como respaldo macroeconómico.
Finalmente, la ley del oro, según los datos del BCB, vende mucho más oro de lo que compra, y de lo que adquiere, no está garantizado que se destinará a fortalecer nuestras RIN y/o reponer nuestras reservas de oro, con el riesgo subyacente de desestabilizar nuestra economía nacional. Estamos pagando un alto costo, el cual puede ser mucho mayor, el seguir financiando un gasto público elevado de años, con el objetivo de mantener la estabilidad de precios (ficticia) y mantener el poder adquisitivo mediante los subsidios, es un elástico que cualquier momento se puede romper.
Pasamos de gastar casi al tope nuestras divisas, y ahora, vamos por uno de los activos estatales más importantes de nuestra economía, el oro. Lo vendemos barato, para gastar y no invertir, y nos costará el doble reponerlo. ¡Suena a mal negocio!
El autor es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija