“Estoy totalmente compungido porque para mí fue mi mentor y guía profesional, tuve el inmenso honor de ser su alumno en la Universidad, discípulo en el ámbito académico, y colega en el Tribunal Constitucional”, dijo Rivera.
Desde hace tres años, Dermizaky vivía en Santa Cruz. Su esposa falleció el pasado año, sufría del corazón y ya había sido víctima de un preinfarto en 2001, lo que lo obligó en ese entonces a presentar su renuncia a la Presidencia del TC y a retirarse de la vida pública, informó el periódico "Los Tiempos".
El jurista aportó al Estado de derecho y se lo recuerda por su carrera política y diplomática. Fue embajador de Bolivia en Bélgica.
“Él es el ícono del derecho constitucional en Bolivia”, resumió Rivera. “Formó varias generaciones de constitucionalistas y tengo el honor de haber sido alumno suyo”, agregó.
Dermizaky encaminó al Tribunal Constitucional (actualmente Tribunal Constitucional Plurinacional) y fue su primer presidente (1998-2002), dándole a esta instancia el sello de la independencia, responsabilidad y mística de trabajo. “Defendió a capa y espada la independencia del TC para que éste pudiera ejercer un verdadero control de constitucionalidad para hacer prevalecer el estado de derecho y custodiar la Constitución”, comentó "Los Tiempos".
Sus principales libros se han convertido en textos obligados de consulta (Derecho Constitucional, Derecho Administrativo, Ciencias de la Administración, La Justicia Constitucional, Constitución Democracia y Derechos Humanos y otros.
Estos libros y su pensamiento, explica Rivera a "Los Tiempos", permitieron pasar en Bolivia del Estado legislado de derecho al Estado constitucional de derecho, de una exegética francesa del siglo XIX a una forma contemporánea de concebir la justicia, de las reglas a los principios y de la norma de derecho a la justicia.
(MJF)