La Paz, 11 de marzo (ANF).- En los últimos años la situación de abandono, violencia y despojo hacia los adultos mayores se ha visto incrementada, por esos motivos deben terminar sus vidas lejos de sus familias y ser acogidos por instituciones públicas o privadas, en muchos casos reciben atención digna hasta sus últimos días, en otros casos son revictimizados por esas mismas instituciones.
Actualmente el centro transitorio para adultos mayores “Rosaura Campos” se encuentra albergando a ocho ancianos, cuatro de ellos no cuentan con documentación por lo que por el momento no es posible reacomodarlos en centros estables, el resto de los ancianos en los próximos días serán llevados a hogares acreditados por la Gobernación de La Paz, como el Quevedo, San Martín y San Ramón.
Rosaura Campos alberga temporalmente a los ancianos que en su mayoría ingresan por casos de extravío, abandono, violencia intrafamiliar, entre otros. La institución les brinda atención integral mientras dura su estadía.
A pesar de la atención muchos de ellos no se resignan a que sus familias los hayan dejado, olvidado e incluso despojado de lo poco o mucho que consiguieron en su vida.
“Muchos familiares los dejan y no vuelven a aparecer, tienen miedo de que se los devolvamos. A esta edad los abandonan, pero queremos que por lo menos nos den datos como fecha de nacimiento, documentos de nacimiento o de bautizo, eso nos ayudaría para realizar la documentación y así poder hacer que vayan a un hogar estable y que puedan tener una vida digna hasta que Dios los recoja”, comentó Rosario Escobar, trabajadora social del centro de acogida.
Los ancianos sin documentación no pueden acceder a beneficios. Las gestiones para obtener sus documentos a criterio de los encargados del Centro son muy burocráticas, se tramita ante el Sereci (Servicio de Registro Civil) y posteriormente en el Segip (Servicio General de Identificación Personal), muchas veces estos trámites duran meses y en el hogar transitorio según la norma los ancianos solo pueden estar un máximo de tres meses.
Escobar indicó que casi todos ingresan por extravió, pero cuando se realizan las investigación se devela que los antecedentes son de abandono y negligencia familiar. “Muchas veces damos con la familia y no quieren saber de ellos. Entonces agotada toda la investigación los trasferimos a hogares estables”, explicó la funcionaria.
Al mes ingresan entre 15 a 20 ancianos, de ellos aproximadamente cinco en situación de abandono, explicó.
“Muchos llegan con el 110 (Policía) por extravío, el extravío es más fácil de resolver, porque a veces hacemos publicar en facturas, en medios y a veces aparecen los familiares y los recogen. El abandono es el problema”, apuntó.
Sostuvo que el abandono de ancianos debería tener una sanción. “Muchas veces incluso los despojan, les hacen firmar papeles y los expulsan. Hay adultos mayores que tienen su casa, pero si bien viven en el espacio se encuentran en situación de abandono”, lamentó Escobar.
Ancianos buscan a sus familiares
Antonia Ayala busca a su familia. Fue socorrida por el 110 por extravío, pero luego se realizó el contacto con su sobrino Adrián Pari, si bien manifestó que no podía cuidarla porque tiene hijos pequeños, no entregó ninguna documentación y despareció.
Salome Vargas Mamani tiene retraso leve, habla aimara, no da datos precisos sobre sus familiares y no cuenta con documentación. Se publicó sus datos en la factura de luz, pero aún no apareció ningún familiar.
Rosa Menacho ingresó al Centro en 2013 por extravío, luego de que la Unidad del Adulto Mayor de El Alto la encontrara deambulando en las calles de esa ciudad. Comentó la existencia de un hijo que radica hace muchos años en Argentina y con quien perdió contacto hace varias décadas. También se refirió a dos hijos más, quienes aparentemente radican en Santa Cruz. El Sedeges intentó rastrear el paradero de sus familiares, sin embargo no ha sido posible encontrarlos.
Modesta Nina, natural de Moco Moco Italaque cantón Uyuyo, ingresó el 26 de febrero, el Centro realizó contacto con autoridades de dicha localidad para ver si algún familiar puede hacerse cargo. En su caso, todo señala que la señora sufrió despojo, fue encontrada por el 110 deambulando con todas sus pertenecías, en amarros lleva desde su anafre hasta sus vestimentas.
Ella manifestó que no quiere quedarse en el hogar. “Esto es cárcel”, dijo. Quiere ir donde sus paisanos, pero no se la deja salir mientras no se encuentre a sus familiares.
Si usted tiene información o es familiar de alguno de estos ancianos puede dirigirse al Centro Rosaura Campos ubicado en la calle Yanacocha Nº 974.
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