La Paz, 12 de julio de 2023 (ANF).- Riccardo Giavarini, director general de la Fundación Munasim Kullakita (FMK), informó que un 75% de los exreclusos que pasan por las casas de reinserción postpenitenciaria que administra esa entidad, aprovechan la oportunidad y se reintegran a la sociedad mientras que el resto del porcentaje, principalmente extranjeros, “escapa”.
"La mayoría, como un 75% ha logrado aprovechar esta fase postpenitenciaria, para no de golpe entrar a la sociedad, si no tener un momento pausado, tranquilo, acompañado con un instrumento de trabajo, de un equipo que lo sigue hasta llegar a independizarse", señaló Giavarini a ANF.
La iniciativa va de la mano de la FMK y las ONG italianas Progettomondo y CVCS que en coordinación con la Dirección de Régimen Penitenciario llevan adelante este proyecto postpenitenciario con el propósito de acoger principalmente a exinternos que no cuentan con algún familiar fuera de la cárcel o en definitiva los han abandonado.
La Fundación cuenta con los centros casa Cantuta y casa de la Ternura en La Paz y casa Willjtata en los Yungas Coroico. El programa postpenitenciario de la Fundación desarrolla como primera experiencia a nivel nacional el proceso de reinserción social a personas exprivadas de libertad, brindando un espacio de acogida, capacitación o formación, experimentación y oportunidad laboral.
En casa Cantuta “tenemos talleres de panadería, carpintería y carpintería en aluminio, además un mínimo de equipo sobre todo para los que no conocen el medio o ya no tienen vínculos o una familia que los va acompañando, nosotros hemos suplido esta carencia con darle una vivienda, darle alimentos, capacitarlos en algunos de estos talleres o haciendo alianzas con otras instancias como restaurantes como la empresa Manqa que capacita en emprendimientos de cocina”.
La casa de la Ternura, donde ocurrió el robo hasta de las puertas, cuenta principalmente con un horno de panificación y la casa Willjtata, una finca de 29 hectáreas de bosque, constituye un espacio de acogida, capacitación, formación, promoción técnica productiva y de emprendimientos con un enfoque del cuidado del medio ambiente y enfoque de género y empoderamiento para jóvenes hombres y mujeres en situación de vulnerabilidad experiencias de consumo de drogas, privación de libertad, vida en calle, explotación sexual.
“En fin -remarcó Giavarini-, un 75% de las personas masculinas y femeninas han logrado reencausarse en la sociedad de una forma no abrupta, con una mediación que les ayudara a aterrizar adecuadamente, mientras que de un 25% no sabemos el destino, lastimosamente ha habido algunos, sobre todo extranjeros, que a pesar de que antes de salir se habían comprometido a insertarse en la casa, a cumplir con sus deberes, a firmar un convenio que establece normas de convivencia, han abandonado, prácticamente han escapado”, indicó.
Ante esta situación, la FMK hace la denuncia al juzgado debido a que no es garante de las personas que salen libres de las cárceles, sino solo ofrece el servicio de alojamiento e inserción laboral.
Pese a eso, indicó Giavarini, “la experiencia sigue y es exitosa en el sentido de que no habiendo hasta la fecha como dice la ley espacios de reinserción donde el Estado incluso tendría que asumir responsabilidades, nosotros como Obra Social de la Iglesia Católica lo hemos implementado y lo seguimos implementando”.
El director agregó que en perspectiva hay otras 34 carpetas de potenciales beneficiarios que están siendo analizadas para que ingresen a la casa Cantuta.
Refirió que el grueso del trabajo en las casas lo realiza la Fundación Munasim Kullakita en coordinación con las dos ONG italianas que hacen trabajos de prevención, sensibilización y acompañamiento a los familiares de los internos que pueden salir en libertad, mientras que Régimen Penitenciario tiene la buena voluntad, pero solo de palabra por la falta de recursos.
“Ellos tienen siempre el compromiso de abrir un centro de acogida, de dedicar tiempo, de crear fuentes de trabajo, de facilitar un montón de cosas, pero lastimosamente en la práctica la cantaleta es siempre la misma: no hay fondo, no hay personal”.
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