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Opinión

Vacaciones educativas: Más allá de las redes sociales

12 de Diciembre, 2023
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MIGUEL ANGEL AMONZABEL GONZALES

A medida que culmina un año académico en kinders, escuelas y colegios, la mayoría de los estudiantes experimentan emociones encontradas. La gran mayoría estará feliz por haber concluido con éxito, mientras que muy pocos lamentarán no haber aprobado el año académico. Durante este periodo, se llevarán a cabo actos de promoción en los colegios, marcando el fin de una etapa educativa y el inicio de nuevas experiencias.

En este periodo de transición, es imperativo reflexionar sobre el uso constructivo del tiempo durante las vacaciones. Padres conscientes de la importancia del desarrollo de sus hijos consideran diversas opciones. Aquellos con recursos medios y altos inscriben a sus hijos en cursos artísticos o deportivos. Sin embargo, los padres con recursos más bajos pueden enfrentar dificultades para brindar actividades extracurriculares estructuradas, optando algunos por involucrar a sus hijos en el trabajo familiar o buscar empleos temporales para sus hijos.

Durante el receso académico, surge una tendencia inquietante: la inmersión de muchos estudiantes, independientemente de su situación económica, en el universo de los juegos en línea y las redes sociales. Este fenómeno afecta no solo a niños y adolescentes, sino también a adultos, quienes quedan atrapados en la adicción al contenido de las redes sociales. Este comportamiento no solo roba tiempo valioso a cada individuo, sino que también tiene un impacto negativo en la capacidad de concentración, afectando el rendimiento en diversas áreas de la vida.

Aunque estas actividades ofrecen entretenimiento y, en algunos casos, generan adicción, se pasa por alto una opción valiosa: la lectura, esencial en nuestro país. Según una encuesta de IPSOS en 2018, el 48% de los bolivianos nunca lee, y aquellos que lo hacen, leen muy poco, entre 1 y 3 libros al año, quedando rezagados en comparación con otros países sudamericanos.

Hoy en día, parte de la niñez y juventud muestra aversión a la lectura. Es esencial fomentar que elijan lecturas atractivas para vivir una experiencia libre y voluntaria. Además, enfrentan el desafío de la descontextualización al preferir dispositivos móviles en lugar de libros. Esta práctica ofrece respuestas inmediatas, pero carece del valor de generar conocimiento sostenible, convirtiéndose en un dato efímero que se desvanece con el tiempo.

En conclusión, impulsar la lectura durante las vacaciones no solo enriquece, sino que también contribuye al desarrollo continuo de conocimientos adquiridos. Los padres desempeñan un papel crucial al proporcionar acceso a libros y alentar la exploración de diferentes géneros literarios. Comprender que la lectura no solo complementa el aprendizaje académico, sino que también estimula la imaginación y mejora habilidades, es esencial. Al hacer de la lectura una actividad divertida y adaptada a los intereses de los niños, los padres no solo ofrecen una opción educativa valiosa, sino que también cultivan el amor por la lectura, evitando que los niños y adolescentes pasen largas horas en dispositivos electrónicos. Este enfoque promueve el descubrimiento de nuevos mundos a través de las páginas de un libro y contribuye a cultivar una apreciación duradera por el poder transformador de la lectura.

El autor es analista socioeconómico 

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