Ir al contenido principal
 

Opinión

Sin pena ni gloria

10 de Diciembre, 2024
Compartir en:

Todos los ciudadanos de este país que tenemos un mínimo de conciencia, de lógica y de sentido común percibimos con certeza el desastre económico, político y social al que nos han conducido los gobernantes de estos últimos 18 años y que hoy continúan en el show de hacernos creer que están enemistados y en sendas disputas. No seamos ingenuos, todo esta orquestado desde el gabinete de los maquiavélicos que continúan jugando con los destinos de nuestro miserable país, moviendo en cada actuación las fichas del tablero en el que siguen actuando contra el pueblo y con el único objetivo de incrementar la destrucción nacional para continuar obteniendo réditos que les sigan permitiendo usufructuar de los casi inexistentes recursos que han dejado en las arcas fiscales. 

Paralelamente, sentados a su derecha e izquierda están los partidos políticos que tienen representación parlamentaria, que se han constituido en cómplices de las denigrantes decisiones que se toman en el Estado Uninacional, porque ya nos convencimos qué es de ellos únicos y no de los mas de 10 millones de bolivianos que habitamos en este territorio, ni de la cantidad de pueblos indígenas originarios, ni de los mestizos que somos parte de este país. Esos partidos políticos son sus cómplices; por supuesto que sí, porque sus actos los muestran en designaciones, acuerdos, aprobaciones, consensos, y hasta beneficios. Los que no somos ingenuos, además nos lamentamos de los viejos políticos atornillados cerca del poder, aquellos que continúan queriendo estar vigentes, renunciando a un partido y buscando unirse a otro, cambiándose de sigla o simplemente declarándose independiente para ver quien lo coquetea, es decir actuar como tránsfugas o traidores. Qué vergüenza y que bajeza, por eso hoy se buscan nuevas caras, nuevos actores, nuevos ciudadanos sin importar la edad, el color o la religión, que tengan experiencia, que sepan de gestión pública y que estén dispuestos a cambiar las reglas del juego y promover la libertad, que sean honestos, que sepan consensuar y no sean individualistas y engreídos y sobre todo estén dispuestos a sacrificarse por el país y hagan temblar a la también “casta privilegiada” que solo ha usufructuado de los recursos de nuestro empobrecido Estado.  

La historia se encargará de juzgarlos y seguramente lo hará el próximo gobierno que asuma la conducción del Estado después de las elecciones del 2025, pero la historia no se borra y la mala historia menos. Por su puesto que la impunidad en que vivimos estos años tendrá un fin y en ese momento los actores tendrán que ser justos y no como ahora cómplices; por ello el Presidente como cabeza visible de un gobierno que solo saborea su fracaso, puede revertir la historia en su último año de gestión y escribir su nombre no con letras de oro porque es demasiado tarde, pero al menos con color opaco  para mostrar su compromiso, su formación profesional, su patriotismo, su responsabilidad como gobernante y su alejamiento del color azul veneno que nos sojuzgó estos 18 años; porque de lo contrario pasará a la historia “SIN PENA NI GLORIA”, por ello debe tomar entre otras algunas medidas de urgencia para el corto plazo.

Las medidas que se constituyen en indispensables decisiones para la gobernanza de Bolivia son las siguientes:

  1. Ajustar el tipo de cambio oficial a un promedio entre la oferta y demanda y dejar que su comportamiento sea flexible, el mercado se encargará de procurar que el dólar vuelva parcialmente a nuestra economía. Como corresponde su administración debe estar a cargo del Banco Central de Bolivia, mientras él Poder Ejecutivo proponga y aplique políticas públicas que promuevan la libre exportación de todos los productos o servicios que generen recursos para nuestro país. Esta decisión permitirá ajustar la economía en términos globales.  
  2. Incrementar el precio final de la gasolina a Bs.6.5 por litro y autorizar la modificación de la escala de precios para los diferentes tipos de combustibles que comercializa YPFB, con base en sus costos de aprovisionamiento.  
  3. Autorizar el incremento de los precios del transporte público urbano e interurbano en 25%. Los precios del transporte de las otras diferentes modalidades departamentales, nacionales e internacionales se regirán por la oferta y demanda del mercado, para lo que cada sector deberá presentar sus planillas de costos para su aprobación por las instancias responsables de su aprobación. Aprobar la vigencia del transporte libre que será regulado y autorizado expresamente por las instancias municipales respectivas en todo el territorio nacional. 
  4. Instruir la realización de estudios de todas las empresas públicas estratégicas y las creadas con fines de industrialización, para proceder a formular sus planes estratégicos definiendo objetivos de rentabilidad en los casos que sean sostenibles. 
  5. Identificar aquellas empresas sujetas a modificar su estructura legal para incorporar capitales privados y/o delegar su gestión gerencial al sector privado, asegurando la rentabilidad de dichas empresas, y proceder a la liquidación y cierre de todas las empresas estatales que no generan utilidades y no sean rentables. Los estudios mencionados buscarán disminuir asignaciones de recursos y disminuir los gastos del Estado. 

A los hombres públicos se los juzga por sus hechos y sus decisiones, no por sus discursos y sus buenas o malas intenciones. La vida y la historia nos enseñan que debemos mirar para atrás, conocer y aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos, de lo contrario nos convertiremos en parias y todos solo nos acusarán. 

El autor es administrador de Empresas y Docente Emérito UMSA