A nivel mundial se han generado diversos conflictos antes de la pandemia de Covid-19 y después de la misma, en las sociedades abiertas la ciudadanía utiliza las protestas callejeras para alzar su voz, en la cual un grupo de personas salen a las calles de manera pacífica para expresar su descontento sobre una situación o exigir algún derecho que está siendo vulnerado, ejemplo de ellos fueron las protestas en Bolivia por el fraude electoral del 2019 y las protestas en Hong Kong.
Este año surgieron otras por el abuso policial en EEUU, en Europa por la forma de gestionar la pandemia de parte de algunos gobiernos; la diferencia entre las protesta del año pasado con la de este año, es que en 2019 no había el riesgo de infectarse con el Covid-19, lo peor que podía pasar era que la policía o el ejército lanzaran gases lacrimógenos y utilizaran la fuerza para dispersar la manifestación.
En la actualidad por el contexto de salud, salir a protestar o marchar es sumamente IMPRUDENTE E INSENSATO, porque se pone en riesgo a toda una población que se puede contagiar en las aglomeraciones, es válido que se exijan algunos derechos pero no en detraimiento de la salud o la vida; en Bolivia se han anunciado protestas para exigir que se realicen las elecciones aun en medio de la pandemia; las personas que hacen el llamado solo piensan en sus intereses, aunque exponen que llaman a la población a protestar para rescatar la democracia, pero ¿acaso no se han enterado que la nación boliviana tiene colapsado el sistema de salud y aun no se ha llegado al pico de los contagios?, ¿o que los muertos no disfrutan de la democracia ni de los derechos civiles-políticos?, porque están muertos, por ende, se deduce que las razones que exponen son válidas, pero insuficientes para exponer a una población que ya está muy golpeada por la situación.
Por lo tanto, ha de prevalecer la conciencia y cuidado de la salud de cada persona, es decir, quien quiera salir a protestar que asuma las consecuencias de contraer el virus y que sepa que existe una gran probabilidad de fallecimientos en situaciones críticas, porque el sistema de salud no cuenta con lo necesario para salvar su vida, entonces LA SENSATEZ Y LA PRUDENCIA debe partir de la ciudadanía y no de algunos dirigentes políticos.
Ronald Valera es filosofo.