En el ultimo mes en América Latina se han realizado elecciones unas legislativas (Argentina), otras de gobernadores (Venezuela) y en otras presidenciales (Chile y Hondura) , en la mayoría ninguno de los partidos políticos han arrasado, demostrando que la sociedad esta polarizada en porcentajes reducidos, pero la mayoría simplemente opta por un equilibrio o gusto del momento, por ende, las fuerzas políticas deben de entender (sino la sociedad civil se lo recordara) que el hecho de haber ganado una elección no se traduce que harán lo que les venga en gana, porque en la democracia se ha de respetar a las fuerzas minoritarios, en el caso de Bolivia mas 40 % de la población no comulga con el actual partido de gobierno.
Partiendo de lo antes mencionado, la propia realidad empujara a los gobiernos al dialogo político entre todos los estamentos de la sociedad, no solo con los partidos políticos (lamentablemente piensan más en sus intereses partidistas que de los ciudadanos), la sociedad civil que esta integrada por diversas organizaciones es uno de los actores indispensables para un dialogo fructífero y lograr una convivencia entre las distintas ideologías, identidades y culturas que son enriquecedores, para construir la Bolivia necesaria que se adapte a los nuevos retos globales. Al mismo tiempo, cualquier gobierno de turno debe de aceptar que existirán partidos, sectores y ciudadanos que no comulgaran con el proyecto de país que proponen, pero no por ello deben ser humillados, vejados e incluso perseguidos, al contrario, es una oportunidad para dialogar y en la acción política construir la democracia que tanto se proclama, pero poco que ejercita.
Por último, muchas personas no creen en el dialogo porque lo ven imposible o no les conviene una sociedad que pueda resolver sus problemas en los acuerdos políticos; por ende, se debe de insistir en el dialogo, aunque sea complejo se puede realizar; se puede llegar a los acuerdos políticos entre los actores de la sociedad, porque es mejor intentarlo tanta veces sea necesario, que necesitarlo y no intentarlo.
Ronald Valera es filósofo