En el ultimo año el ser humano se ha topado de frente con situaciones que han restringido su libertad, en la mayoría de los casos los gobiernos se excusan en la necesidad de disminuir los números de contagios por el COVID-19, son válidas y necesarias las restricciones; pero ahondando en el asunto se evidencia la necesidad de la persona de sentirse en la potestad de realizar cualquier acción sin que nada o nadie se lo impida (rozando en un libertinaje que en otro momento abordare). La LIBERTAD, es una cualidad de la persona que le permite realizar cualquier acción, tomando en cuenta la responsabilidad de asumir las consecuencias de las mismas.
Así mismo, la sociedad actual es paradójica porque en muchas naciones con gobiernos mínimamente democráticos, la libertad se puede ejercer sin mayor limite que la conciencia o las leyes; mientras que en otras sociedades (disfrazadas de democracia), las opiniones o acciones distintas al gobierno de turno son sinónimo de cárcel o muerte, anulando la libertad o reduciéndola en su mínima expresión. En ambos casos la coincidencia es el anhelo de la humanidad de SER LIBRE, para ejercerlo plenamente cada persona debe de ser consciente de las opciones que tiene a la mano, porque cuanta mas opciones tiene para elegir mayor es su libertad.
Por lo tanto, el individuo ha de exigir a los gobiernos de turno las condiciones necesarias para ejercer su libertad, al mismo tiempo, asumir las consecuencias de sus actos tomando como referencia su conciencia, que le permitirá reflexionar en la gama de opciones que dispone, donde cada una de ellas le traerá consecuencias distintas una de la otra, beneficiándole o perjudicándole.
Ronald Valera López es filósofo