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Opinión

La ingenuidad de la despolitización

5 de Agosto, 2022
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JORGE ROBERTO MÁRQUEZ MERUVIA

Partamos de un principio aristotélico: el “zoon politikón”. El ser humano es un ser social y esto lo hace un animal político. Ahora, en caso de que se reúnan diversos actores políticos para la toma de decisiones sobre un tema concreto, la decisión será una decisión política. ¿Por qué los actores políticos saldrían a decirnos que se encuentran en un intento despolitizado de acción? La respuesta podría sorprendernos, la mayoría de las autoridades electas tanto en el nivel nacional y subnacional vienen del activismo, o de las organizaciones cívicas. Intuyen, que, al ser autoridades políticas continuando en su papel no-político mantienen su cercanía con la gente. Error ingenuo que nos muestran que son alianzas electorales con una visión a corto plazo y que una vez cumplido su objetivo son víctimas del azar.

El censo se va convirtiendo en el ejemplo máximo de lo importante de la política. Tras un avance lleno de escollos, sin cumplir las tareas fundamentales, polémicas referidas a categorías étnicas como el de incluir o no la opción “mestizo” y el inevitable paso del tiempo el gobierno se vio obligado a retrasar el levantamiento censal. Primero, lo hicieron en una reunión con los Gobernadores de 8 departamentos del país y más allá de las excusas para mover la fecha al 2024 que no fueron convincentes, se vieron obligados a cambiar de estrategia; segundo, hicieron participes a las universidades; tercero, los Alcaldes de las capitales fueron los actores clave para que el Gobierno Central logre sus objetivos, la fecha del censo es abierta, pero el 2024 sigue en el panorama y posiblemente sea el objetivo a alcanzar. Independientemente, de los paros o medidas que se vayan a tomar para llevar a cabo el censo lo más pronto posible, la realidad nos dicta que se encuentra definido para 2024.

A veces, olvidamos generosamente que los límites departamentales, provinciales y municipales todavía no se encuentran establecidos. Debemos ponerle especial atención a estos últimos, debido a que no son claros los límites entre La Paz-Palca, Cochabamba-Sacaba, Santa Cruz de la Sierra-Warnes, por mencionar algunos. La cartografía es importante, ya que se definirá cuadriculas de barrios que corresponderán a un municipio correspondiente y los habitantes censados son una ganancia para los recursos de coparticipación. Para definir los límites y tener la cartografía correspondiente para el censo, más allá del trabajo técnico y que no lo tiene presupuestando ningún municipio del país por el alto costo que representa. La solución, será política.

Ningún municipio querrá perder y el juego político tomará el escenario, la diplomacia de los funcionarios ediles será fundamental para lograr sus objetivos, debido a que los límites municipales deben definirse entre pares, para después pasar a la Gobernación. De no concretarse por los anteriores pasos mencionados, el juego de poder subirá la apuesta. Los municipios irán tras aliados que les ayudarán a cumplir sus objetivos y en ese momento, ya no existirán municipios pequeños o grandes, sino que se tomará el camino de la defensa de los intereses propios y de acercarse al poder. Debemos recordar que las mesas técnicas que tendrán como protagonista al Instituto Nacional de Estadística recopilarán la información de los municipios y aquellos que tengan aliados fuertes serán capaces de defender sus intereses. Los que se creen grandes y carecen de aliados por más histriónicos y características técnicas que tengan a su favor, no necesariamente ganaran, ya que la balanza mostrará que el peso va donde se encuentra el poder.

Todas nuestras autoridades políticas deben recordar que Max Weber mencionaba: “También los cristianos primitivos sabían muy exactamente que el mundo está regido por los demonios y que quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando”.

Jorge Roberto Marquez Meruvia

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