GERMÁN MOLINA DIAZ
I. EL IMPACTO DE LA CAÍDA DEL PESO ARGENTINO EN SEPTIEMBRE DE 2019 EN LOS PAÍSES VECINOS
Por la devaluación del peso argentino y el control de cambios aprobado, los países vecinos fronterizos, países miembros del MERCOSUR y de otras regiones, acoplados económicamente con Argentina serán afectados directamente de forma desfavorablemente en sus balanzas comerciales y balanzas de capital en diferentes niveles según los acuerdos de comercio y de crédito que tengan suscritos.
II. EL IMPACTO DE LA CAÍDA DEL PESO ARGENTINO EN SEPTIEMBRE DE 2019 Y SU EFECTO EN LA ECONOMIA BOLIVIANA
La crisis económica de Argentina de mayo y agosto de 2018, y la última septiembre de 2019 fueron un shock externo regional que afecta de forma directa a la economía boliviana, por el alto grado de acoplamiento de la balanza comercial de nuestras exportaciones tradicionales (gas natural) y exportaciones no tradicionales (plátano, piña, palmitos y otros).
Bolivia mantiene una elevada dependencia de la economía argentina por nuestras exportaciones de gas, de banano, de piña y otros productos, que aportan al ingreso de divisas y acumulación de las reservas internacionales netas del Banco Central de Bolivia. Una fuerte devaluación del peso argentino en relación al dólar, inflación creciente, déficit fiscal y comercial y recesión económica en Argentina han generado susceptibilidades en nuestro país, principal proveedor de gas al mercado argentino.
La devaluación del peso argentino genera cuatro efectos desfavorables a la economía boliviana. El primer efecto desfavorable es una demora en los pagos correspondientes a la compra de gas, tal como ocurrió en la década de los 90 durante el Gobierno de Jaime Paz Zamora, y en la actual administración del Gobierno de Evo Morales Ayma que tuvo pendiente el pago tres facturas de la exportación de gas durante el 2018, según declaraciones de autoridades nacionales ascenderían a $US 400 millones, porque cuando hay dificultades económicas en Argentina ya se cuenta con dos antecedentes históricos que los pagos a Bolivia por las importaciones de gas tienden a retrasarse. Esta demora es una de las consecuencias de la falta de liquidez suficiente de divisas del vecino país que va a priorizar internamente algunos pagos urgentes, entonces esta situación ya nos está afectando y es probable que continué, y a nuestra acumulación de las reservas internacionales netas del BCB. Las transferencias bancarias a nuestro país continuarán demoradas, porque están en un proceso acelerado de desgaste continuo de sus reservas internacionales netas del Banco Central de la República Argentina intentando sostener el valor de su moneda. Respecto a nuestros productos de exportación no tradicionales con destino al mercado argentino continuaran declinando.
Todos los sectores económicos ya son afectados desfavorablemente en diversos grados que corresponden a la exportación de productos tradicionales (gas, minerales y otros) y también los sectores económicos exportadores no tradicionales (plátano, piña, palmitos y otros) que no lograrían colocar sus productos en el mercado argentino y los que sí lo consigan no recibirán el pago oportunamente sino con demora.
El segundo efecto desfavorable en Bolivia, se gesta en las ciudades fronterizas como Yacuiba, Bermejo y Villazon donde el comercio experimenta una caída considerable, porque con la depreciación del peso argentino, los productos argentinos tienen un menor costo en relación a los bolivianos. Esto generará que la actividad comercial se concentre en los puntos fronterizos argentinos y no en los bolivianos, como ocurría anteriormente. El derrumbe del peso argentino ante el dólar americano afecta a los ciudadanos de ciudades fronterizas, comerciantes y el sector privado por la disminución de las ventas comerciales y poca afluencia de ciudadanos argentinos. Los ingresos de la población que viven en las ciudades fronterizas dependen del comercio, turismo y casas de cambio, que debido a la crisis económica de la República Argentina son impactados negativamente.
El tercer impacto desfavorable está relacionado al movimiento de capitales que hacían los ciudadanos argentinos en zonas fronterizas bolivianas.
El cuarto impacto desfavorable será la reducción de remesas que introducen al país los migrantes bolivianos que trabajan en Argentina, puesto que, con la caída del peso, la cantidad de dólares que éstos puedan adquirir será menor y adicionalmente limitado la compra de divisas por el control de cambios aprobado.
III. CONCLUSION Y RECOMENDACIONES
La fuerte devaluación del peso argentino en relación al dólar, control de cambios, inflación creciente, elevadas tasas de interés, déficit fiscal y comercial y recesión económica en Argentina generan expectativas desfavorables en la economía de nuestro país.
Es fundamental que se precautele la estabilidad económica regional de la que nuestro país no puede sustraerse, y que los problemas económicos de Bolivia sean sobrellevados adecuadamente en el actual contexto del ciclo electoral correlacionado con el ciclo fiscal cuidando la estabilidad económica por parte de la actual administración gubernamental.
Los empresarios privados nacionales tienen que ajustar sus costos para evitar que su costo variable medio supere el precio de su producto y no logren colocar sus productos por la competencia de los productos argentinos. Tienen que continuar ajustando sus costos, mejoren su productividad y ser creativos, para mejorar la competitividad y ventaja respecto a las empresas extranjeras.
Germán Molina Diaz es economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas y docente en la UCB