El mes de septiembre pasado mientras el show de la llegada de una marcha a nuestra ciudad tensionaba a las amas de casa, la población espectaba y el burgomaestre (Alcalde) ofrecía su colaboración a los recién llegados, la primera autoridad de YPFB Corporación daba a conocer la decisión del Poder Ejecutivo relacionada a la incorporación y a los nuevos precios de venta de los combustibles que se comercializarían en el mercado nacional.
La nueva lista de precios según la página de la empresa estatal es la siguiente: gasolina especial Bs.3,74 por litro, gasolina super etanol 92 Bs.4,50 por litro, gasolina premium Bs. 5,71 por litro y gasolina ultra premium 100 Bs. 6,71 por litro.
La gasolina especial es el combustible que la mayoría de los ciudadanos consumimos, principalmente por sus precios más económicos. Los otros combustibles como el Diesel, el combustible de aviación y el gas utilizado en el transporte público nacional, tienen un precio político y por ende son subvencionados por el gobierno, situación que contribuye a incrementar el déficit fiscal que es una constante desde hace más de cinco años.
Esta situación ha generado además una subvención a los países vecinos que compran los combustibles que distribuye YPB Corporación, la empresa de petróleo no nacionalizada, únicamente modificada en su estructura societaria y con conducción pública en su aparato burocrático y privada en las empresas que la conforman como la Chaco, la Andina y otras. Para ampliar el efecto de los precios recordemos que hace mas de 20 años el gas se lleva de contrabando a los países vecinos y se ha generado una casta de nuevos ricos con toda seguridad funcionarios del anterior y del actual gobierno del MAS.
El fin de semana pasado en varios surtidores se informaba “hay Diesel” pero no había gasolina especial que ha ya ha disminuido en el mercado nacional; sin embargo, en el surtidor del Automóvil Club Boliviano de Calacoto se vendía solamente gasolina premium a Bs.6.18 el litro. Este fenómeno de escases no es una casualidad, es una forma de incrementar el precio para el ciudadano común que tiene un vehículo privado y el hecho se constituye técnicamente en un sutil “GASOLINAZO ESCONDIDO”. A no dudarlo, el mencionado combustible u otro será el que sustituya la gasolina especial que se está retirando paulatinamente del mercado.
En otro orden de cosas, desde la óptica analítica de la teoría económica, los mercados libres donde los precios se fijan por la oferta y la demanda están vigentes desde siempre. En nuestro país no es la primera vez ni la excepción que estos mercados actúen para la mayoría de los productos, aunque el Gobierno ha creado EMAPA que vende productos a precios más económicos, es decir subvencionados, a costa de largas colas desde la madrugada, los que sin duda benefician a los intermediarios y contrabandistas; por eso el Presidente, ha instruido a las FF.AA. vigilar las fronteras.
La teoría económica continúa afirmando qué ante la presencia abundante de un producto en el mercado, surge la tendencia a la baja de los precios; por el contrario, ante su escases los precios se incrementan. Este comportamiento casi lógico en el mercado se aprecia para la moneda extranjera, en particular el dólar norteamericano qué como cualquier otro bien ha subido de valor al no continuar como una moneda de habitual transacción comercial en las entidades del sistema financiero, tampoco se los obtiene en el Banco Central de Bolivia, lo que ha generado el surgimiento de un mercado paralelo donde el tipo de cambio alcanzó a Bs.14 por un dólar o más, fenómeno que a no dudarlo, tenía un alto contenido especulativo que hoy se ha mimetizado y ha permitido estabilizar el tipo de cambio alrededor de los Bs.10 a Bs.10.50 por dólar.
Este particular comportamiento en el mercado es la consecuencia de la falta de divisas al tipo de cambio oficial; por tanto, quienes acceden a los precios oficiales se están privilegiando y consecuentemente en los casos típicos de los avispados oportunistas ya han encontrado una nueva fuente de negocios. En consecuencia, e independientemente de todos los análisis que pueden realizar los expertos para explicar estos comportamientos formales o especulativos, una realidad es evidente, hemos percibido una DEVALUACION DE HECHO de nuestra moneda y las autoridades responsables del BCB están obligados a formalizar esta evidencia para no continuar deteriorando la precaria economía que hoy se aprecia en nuestro país, la que deja ver el proceso inflacionario en el que estamos zambullidos.
Los hechos de la realidad que se están viviendo en el país, nos conducen a la única decisión coherente que tiene que adoptar el gobierno; dicho de otro modo, debe modificar el tipo de cambio aplicando el cambio flexible, que actuará en función al comportamiento de la oferta y la demanda y veremos cómo el dólar vuelve a las calles. De no hacerlo, las consecuencias serán cada vez más desastrosas para la población desprotegida y mayoritaria que ve un incremento constante de los precios de los artículos de primera necesidad que serán irreversibles, lo que continuará contribuyendo al empobrecimiento de las clases más vulneradas (el pueblo), que al nombrarlo quieren endulzar sus discursos el Presidente del Estado, sus Ministros y sus Viceministros.
El autor es administrador de empresas y Docente Emérito UMSA
