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Opinión

Enero 2024: Chapare separatista

6 de Febrero, 2025
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La rueda de la historia continúa su inclemente camino rumbo a uno de los momentos clave del acontecer nacional, el surrealismo y la volatilidad de la situación económica, social y política, son las únicas constantes con las que vivimos los bolivianos, puesto que cada semana, si no es que cada día, los fichas se mueven y cambian sus posiciones en el campo de batalla en el que se transformó nuestro país.

A mi parecer, los acontecimientos más importantes del mes de enero se dieron en el corazón del país, en la zona denominada Chapare, una región marcada por un control de tendencia fascista por parte de los allegados al exmandatario: Evo Morales Ayma, quienes se adjudican el derecho del control de tránsito, la imposición de fronteras e incluso la creación de lo que ellos denominan: “las leyes del chapare”.

En anteriores años, Morales despotricaba contra Santa Cruz y otras regiones, tildándolas de separatistas y traidoras a la patria, esto debido a que en varias ocasiones reivindicaban posiciones más autónomas respecto al gobierno central, es irónico que en la actualidad este aspirante a dictador este creando en la actualidad un feudo, en el cual se puede dar el lujo de reservarse el ingreso de otros ciudadanos bolivianos, los cuales tienen todo el derecho de caminar esta zona del país, como ahuyentar tanto destacamentos policiales como militares.

Estos hechos, los cuales son realmente alarmantes, son un claro ejemplo de la desinstitucionalización del estado, como también de su debilidad muy a pesar de su tamaño elefantástico, claramente Bolivia tiene por gobierno un gigante de pies de barro, lento e incapaz de cumplir sus funciones, a medida que pasa el tiempo, es más claro que el gobierno intenta atribuirse responsabilidades en las cuales no debería tener competencia, como la producción de productos y servicios, en detrimento del cumplimiento de funciones básicas como el resguardo de las libertades y derechos de sus ciudadanos en contra de movimientos totalitarios y criminales como los que tienen lugar en el Chapare.

Uno de los requisitos fundamentales en el camino al desarrollo y a la creación de riqueza es la existencia del estado de derecho, donde tanto los ciudadanos como los inversores tengan la certeza que su integridad, proyectos e inversiones estarán resguardados por el imperio de la ley, materializado en las instituciones coercitivas del estado.

El hecho de que una persona y/o un grupo de personas sean capaces de generar una suerte de republiqueta en el corazón de Bolivia, financiada por actividades delictivas, es una clara señal que el gobierno, tanto como administración y como institución, no esta cumpliendo con sus funciones y precisa una transformación profunda en todos sus niveles.

Aún a pesar de la situación, confío en la característica rebeldía boliviana, para creer que este minúsculo grupo fascista que tiene por sede el chapare, será incapaz de someter la buena voluntad y la esperanza de un pueblo que viene doscientos años soñando con días mejores.

El autor es Director Ejecutivo Generación Bicentenario