Al momento de escribir estas líneas escuche atentamente la entrevista que el periodista Fernando del Rincón le realizó al actual presidente del Perú, dicha entrevista refleja la visión del mandatario peruano, que no tiene por lo verbalizado las mínimas competencias para gobernar una nación, sin embargo, fue elegido presidente vaya paradoja de los pueblos. Ese término PUEBLO, fue muchas veces mencionado en la entrevista, dejando entrever que el pueblo peruano lo eligió para hacer lo que pueblo quiere, pero a la final el pueblo no sabe lo que quiere o a lo mejor sí, parece un trabalenguas o palabrería sin contenido; la preocupación que despierta es que el supuesto pueblo mencionado por el presidente Pedro Castillo, es superior a las leyes y a la democracia.
Así mismo, no es primera vez en la historia de la humanidad que la denominación del pueblo sea utilizado por los poderosos del mundo, la trampa se visualiza cuando se pretende reducir al pueblo a una mínima expresión de los miembros de una sociedad o nación; en el peor de los casos reducirlo a una sola persona que toma la decisiones en nombre del pueblo que lo eligió para tal cometido, con el riesgo de caer en un totalitarismo del pueblo (es realmente de una sola persona) para gobernar con mano de hierro sin tolerar al pensamiento que discrepe, existe ejemplo en los países de América Latina como: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
De igual forma, en la Política como bien común no necesita del pueblo, sino de ciudadanos que sean capaces de decidir el destino de su nación bajo la democracia y las leyes; al pueblo se le mutila su capacidad de elección, en cambio al ciudadano por naturaleza es libre para elegir a sus gobernantes y al mismo tiempo, decidir en qué momento se deben de ir sino trabajan para el bien de la nación, desde esa mirada ciudadana un presidente es un funcionario público que está al servicio de la ciudadanía y no lo contrario, creo que a los gobernantes se le debe recordar lo antes mencionado. RECUERDEN SOMOS CIUDADANOS Y no pueblo…
Ronald Valera es filósofo