
I. Consideraciones generales
La economía boliviana (2006-2019) se caracterizó por un mayor protagonismo del Estado en todas las actividades conformada por 4/5 por el sector informal y 1/5 el sector formal. El economista premio nobel Douglas North (1993) señala: “Las instituciones formales e informales son la clave para entender el cambio histórico de una sociedad y debe ser parte integrante del análisis económico”.
Fueron catorce años continuos del ex presidente Morales (2006-2019) de predominio estatista y expansión fiscal en proyectos de inversión no rentables y elevado gasto corriente, despilfarro de los ingresos transitorios y extraordinarios producto de la bonanza económica y priorizar la ideología ante los principios y fundamentos económicos, que dejó como herencia una economía con varios problemas complejos y su solución significa elevados costos económicos, sociales y políticos. para resolverlos, que entre los principales son:
A fines del 2029 en Wuhan – China comenzó el COVID-19 y afecto a todos los países incluido Bolivia que no tenían previsto recursos y asignaciones de partidas de gasto en sus presupuestos públicos del 2020 para suministros médicos, ítems para personal médico y paramédico, equipos para terapia intensiva, hospitales, etc.
Para resolver el problema sanitario se utilizó políticas públicas no convencionales.
El virus y sus efectos económicos continúan afectando de manera diferenciada a los 11 millones de habitantes y a los diversos sectores y subsectores económicos simultáneamente.
El bien mayor es preservar la vida de las personas y luego la economía que también tiene que prestarse atención para precautelar la permanencia de las empresas públicas, privadas y las fuentes de trabajo.
II. Presupuesto agregado y consolidado 2020
La administración gubernamental transitoria presidida por la Sra. Jeanine Añez envió a la Asamblea Legislativa Plurinacional el proyecto de PGE 2021 dentro el plazo estipulado en la Constitución Política del Estado, para su tratamiento de revisión y aprobación en sus dos cámaras legislativas, y luego de su promulgación tendrá vigencia a partir del 1º de enero hasta el 31 de diciembre del 2021 en su ejecución presupuestaria.
El PGE 2021, en uno de sus componentes el presupuesto agregado es de Bs. 282.032 millones y en su otro componente del presupuesto consolidado alcanza a Bs. 216.501 millones.
Continúa el nivel y tendencia elevado del gasto público sobre el ingreso público respecto del PIB que resulta en un déficit fiscal de 11,3 por ciento, que sería cubierto recurriendo a los recursos provenientes de crédito externo en un 16,45 por ciento y una contracción en la utilización del crédito interno de 5,12 por ciento, para cubrir los gastos que no es posible de hacerlo con los ingresos corrientes esperados que se generen durante el año 2021, debido al contexto externo de incertidumbre en los mercados donde se venden nuestros productos de exportación, explicado por la pandemia del COVID-19 y la probable lenta recuperación de la economía mundial.
Se destacan dos asignaciones de gasto, según el documento presupuestario, la salud obtendrá Bs 21.835,3 millones, lo que significa un 10,1% del PGE, como se había comprometido el Gobierno transitorio. Para la educación, se prevé Bs 23.827 millones; es decir, un 11% del PGE para el año 2021.
III. Variables macroeconómicas estimadas para el 2020
La elaboración del PGE 2021 consideró un precio base del petróleo de US$ 37,21/barril, nivel inferior en US$ 14,16 (-27,56%) respecto al utilizado en el PGE 2020 que fue US$ 51,37/barril.
Las variables macroeconómicas estimadas para el 2021 y utilizadas en el PGE fueron: PIB aumentaría un 4,2 por ciento; tasa de inflación; 3,9 por ciento; Déficit Fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) respecto al PIB un 11,3 por ciento (ver gráficos 1, 2 y 3) y presupuesto consolidado del gasto del Sector Público (SP) Bs 216.501 millones. Todas las variables están por debajo del promedio registrado durante el período 2006-2020, excepto las variables de déficit fiscal que es casi ocho veces mayor y el presupuesto consolidado es casi el doble (Ver cuadro 1).
IV. Presupuesto de Inversión Pública 2021
La asignación de recursos públicos para financiar la inversión pública 2021 tiene una nueva estructura de financiamiento de mayor participación del crédito externo respecto al crédito interno que difiere a la que prevaleció en gestiones pasadas.
El monto de inversión pública 2021 registra las siguientes cifras: Inversión Pública (entidades del PGE) $US 3.441,6 millones que representa una disminución de $US 950,4 millones (-21,3%) con relación al 2020 que fue $US4.392 millones.
Las cifras de inversión pública distribuidas sectorialmente fueron programadas de la siguiente forma: el sector de la Infraestructura (transportes, comunicaciones y recursos hídricos), tendrá un 35% de los recursos; es decir, $us 1.208,4 millones; el sector productivo (energía, hidrocarburos, agropecuaria, minería, industria y turismo) 33,4%; el sector Social (salud, urbanismo y vivienda, saneamiento básico, educación, deportes, cultura y seguridad social), con 26,9%, y el Multisectorial (defensa nacional, administración general, justicia, medio ambiente, orden público y seguridad ciudadana, comercio y finanzas), con 4,6% (ver cuadro 2).
Entre los principales proyectos de inversión para el 2021 está la construcción de la doble vía tramo central El Sillar, con un monto de $us 138,8 millones; la construcción de la planta de generación hidroeléctrica Ivirizu, que se le posibilitará $us 126,9 millones; y la construcción carretera Rurrenabaque-Riberalta, que contará con $us 111,8 millones, entre los principales.
V. Conclusión
El proyecto del PGE 2021 como un instrumento de política económica de corto plazo destina recursos fiscales al sector salud un 10 por ciento del presupuesto para fortalecer el sector sanitario para continuar enfrentando la pandemia del COVID-19. También se asignó recursos de crédito externo para financiar la inversión pública en los sectores productivos y de infraestructura en un 68,5 por ciento destinado a la recuperación económica del país que explica la tasa esperada de crecimiento económico de 4,2 por ciento, que además está por debajo en 1,4 puntos porcentuales de la tasa de crecimiento del PIB proyectado por el FMI en su informe de octubre 2020.
El presupuesto agregado 2021 registra un monto que está por encima del promedio de los catorce años precedentes y continúa con los gastos públicos aprobados en gestiones anteriores, por ejemplo: bonos, subsidio, rentas, transferencias corrientes a niveles subnacionales. Por el lado de los ingresos fiscales registra disminuciones debido a la caída de los precios internacionales de nuestros productos de exportación, es decir, sinceraron los parámetros de estimación de ingresos, aparentemente no estarían sobrestimados los ingresos fiscales.
En el proceso de la ejecución presupuestaria que comienza el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del 2021 se utiliza el presupuesto agregado de ahí que es importante que las cifras sean aproximadas a lo que sucede en el contexto externo e interno
Se programó un déficit fiscal respecto al PIB de 11,3% que es una muestra de crecimiento del gasto público por encima de los recursos públicos, que sería financiado en un 16,45% con crédito externo y una contracción del crédito interno de -5,12%, con la finalidad de atenuar o suavizar la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda hasta un 3,9% que sería la tasa de inflación. Respecto al crecimiento de la economía se espera un 4,2% explicado y sustentado en la inversión pública de $us3.441,6 MM, orientada a la recuperación de la economía, y en la parte social se destaca que contribuye a los sectores de salud y educación.
Es importante que antes del cierre contable y ejecución presupuestaria 2020 de todo el sector público el Tesoro General de la Nación atienda los comprobantes de egreso C-31 para atenuar el crecimiento geométrico de la deuda flotante, para contribuir a que las empresas que prestan servicio al Estado cuenten con liquidez para el pago de salarios, aguinaldos y préstamos bancarios, contribuyendo de esta forma a la generación de expectativas favorables sobre la economía boliviana por parte de los agentes económicos, que es fundamental devolverles la confianza, para que continúen con su emprendimiento manteniendo los actuales puestos de trabajo y creando nuevos para disminuir el excedente de la oferta, y no se repita el hecho de postergar el pago de la deuda flotante que sucedió durante la presente gestión fiscal de aproximadamente Bs2.000 millones afectando particularmente al sector de la construcción.
Germán Molina Diaz es economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas y docente en la UCB.