GERMÁN MOLINA DIAZ
I. BALANCE FISCAL 2006-2018
La economía boliviana durante el período 2006-2018 registro tasas de crecimiento positivo durante los trece años que en promedio alcanzo un 4,73 por ciento, favorecida por la bonanza económica durante ocho años continuos y acompañada por una política fiscal expansiva permanente en todo el período.
El sector fiscal por los resultados registrados en los balances se distinguen dos sub períodos: el primero con la característica de superávit fiscal alcanzados durante ocho años continuos (2006-2013) que de forma acumulada representa 14,4 por ciento respecto al PIB, y el segundo sub período el retorno a los déficits fiscales durante cinco años continuos (2014-2018) representa 32,8 por ciento respecto al PIB de manera acumulada (ver gráfico 1), cifra que significa 2,3 veces por encima del superávit fiscal acumulado que significa el retorno del déficit fiscal que prevaleció desde la creación de la República de Bolivia .
La diferencia entre el resultado acumulado de superávit fiscal respecto al PIB de 14,4 por ciento y el resultado acumulado de déficit fiscal respecto al PIB de 32,8 por ciento se obtiene un déficit fiscal acumulado de 18,4 por ciento en todo el período, que significa que continuó manteniendo cinco años de expansión del gasto público como se vino realizando durante los primeros ocho años, que si se tuvo ingresos extraordinarios transitorios originados por la elevación de los precios internacionales de nuestros productos de exportación (bonanza económica), y en el segundo período a pesar de la caída de los precios internacionales que significo la finalización del ingreso de los ingresos extraordinarios transitorios fue sustituido con otras fuentes de financiamiento la expansión del gasto público.
¿Cuáles fueron los ingresos que permitieron la continuación de la expansión del gasto fiscal? Está claro que no fueron los ingresos corrientes generados en misma la gestión anual porque se registraron elevados déficits fiscales y la administración gubernamental decidió utilizar crédito interno proveniente del Banco Central de Bolivia y crédito externo de organismos bilaterales, multilaterales y privados (bonos soberanos). Son obligaciones que el Estado boliviano posteriormente tiene que amortizar el capital y el pago de intereses y comisiones a los acreedores.
II. PERSPECTIVAS DEL BALANCE FISCAL 2019 Y 2020
Si consideramos el nivel, estructura y tendencia de las variables fiscales que caracterizo el sector fiscal durante trece años continuos (2006-2018), además con un contexto externo desfavorable de nuestros productos de exportación y no se consigue aún compensar y/o sustituir los valores de exportación de nuestros productos de exportación tradicional que declinaron sustantivamente por otros, y continué la expansión de gasto fiscal financiando la brecha fiscal entre ingreso y gasto como se lo vino haciendo hasta el 2019, se esperaría que a diciembre 2019 cierre con déficit fiscal de 8,3 por ciento respecto al PIB y una estimación para el 2020 de un déficit fiscal de 8,7 por ciento respecto al PIB, que posiblemente sean cubiertos con créditos del Banco Central de Bolivia y crédito externo de organismos bilaterales, multilaterales y privados.
El segundo sub período de déficit fiscal se ampliaría dos años (2015-2020) y de forma acumulada representaría 49,8 por ciento respecto al PIB y realizando la diferencia con relación al primer sub período de superávit fiscal acumulado de 14,4 por ciento respecto al PIB tendríamos un resultado de un déficit fiscal acumulado de 35,4 por ciento respecto al PIB (ver gráfico 1), cifra que significa 2,5 veces por encima del superávit fiscal acumulado.
Según las expectativas históricas continuaría la expansión del gasto público, para atenuar la declinación del crecimiento económico del país afectado por factores externos e internos desfavorables.
GRAFICO 1 SUPERAVIT (DEFICIT) FISCAL RESPECTO AL PIB (%) 2006-2020

La economía boliviana ingreso en un círculo perverso durante los últimos catorce años, de ocho años de superávit fiscal (2006-2013) y de seis años de déficit fiscal (2014-2019), que significa estar entre la espada y la pared. Si el gasto publico orientado a proyectos de inversión pública no tienen éxito en la generación de ingresos adicionales, para honrar la fe del Estado boliviano con los acreedores externos, ingresaríamos en un círculo peligroso que nuestro país tránsito en el siglo XX de endeudamiento público.
III. CONCLUSION
Precautelar la estabilidad económica y resolver los problemas económicos de Bolivia adecuadamente en el actual contexto del ciclo electoral correlacionado con el ciclo fiscal.
El empresariado privado nacional y la administración gubernamental prediquen y practiquen el respeto a las leyes y reglas, se reestablezcan los pesos y contrapesos de los órganos nacionales, restituir la institucionalidad con la finalidad de disminuir los costos de transacción, para mantener la confianza y credibilidad en el sistema democrático que es lo más importante para la toma de decisiones económicas y no económicas en cada instante del tiempo.
La administración gubernamental tiene que revisar, analizar y ajustar toda la normativa aprobada que desincentiva la creatividad y emprendimiento de la iniciativa privada.
Los empresarios privados nacionales tienen que ajustar sus costos de producción para evitar que su costo variable medio supere el precio de su producto y no logren colocar sus productos por la competencia de los productos importados.
El país debe mantener un clima amigable y de incentivos para atraer a la Inversión Extranjera Directa (IED) para que se beneficie de la transferencia de conocimiento, tecnología, formación del capital humano boliviano hacia la economía digital.
Los déficits fiscales tienen que ser resueltos y no continuar con la expansión del gasto público financiado con crédito externo público y crédito interno del Banco Central de Bolivia que no es sostenible en el tiempo y pone en riesgo la estabilidad económica del país que aún se mantiene por treinta y cuatro años.
El equilibrio fiscal es un tema central que tiene que ser encarado como política pública.
El nivel de deuda pública que viene elevándose progresivamente exige que nuestro país tenga superávit fiscal primario en los próximos años. Esta necesidad generara tensiones en la elaboración del Presupuesto General del Estado a partir de la gestión 2020.
El próximo gobierno que asuma la nueva gestión gubernamental 2020-2025 va enfrentar restricciones muy fuertes para encarar un proceso de crecimiento económico y políticas sociales.
El ajuste fiscal encuentra su límite en el gasto social (jubilaciones y programas sociales) o el pago de intereses y del principal de la deuda pública.
La posibilidad de una nueva política fiscal pasa por hacer un uso más eficiente de los recursos o por priorizar gastos, pero no por un gran aumento con respecto al nivel actual.
La economía boliviana ingreso en un círculo perverso durante los últimos catorce años, de ocho años de superávit fiscal (2006-2013) y de seis años de déficit fiscal (2014-2019) que significa estar entre la espada y la pared.
Los agentes económicos “Consumidores” y “Empresarios” que son los contribuyentes al agente económico “Gobierno” están en el límite de soportar una mayor presión tributaria, entonces para resolver el elevado déficit fiscal originado por la expansión del gasto público es continuar financiando con el aumento de la deuda pública interna y externa que también tiene límite.
Germán Molina Diaz es economista, miembro de número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas y docente en la UCB