
La primavera ha aparecido en Santa Cruz con las flores blancas del tajibo que han caído como copos de nieve – flores que viven un día – y con el tajibo amarillo, color oro, que adorna sus principales avenidas y que perdura para solaz del camba o del visitante. Los toborochis acaban de dejar caer sus últimas flores de rosa intenso, pero las hojas verdes que aparecen por todos lados anuncian que, pasado el último surazo, el tiempo cálido y húmedo hará florecer toda la ciudad. Desde mi escritorio veo los primeros brotes del guapurú.
Septiembre ha sido extrañamente frío este año. Con un invierno tardío, cuando los vientos frescos llegaron recién en pleno julio, se pensaba que seguirían archivadas las chamarras y las chompas guardadas durante meses y que nuestras elegantes y hermosas muchachas no podrían lucir sus botas altas ni sus tapados. Pero no ha sido así. Tanto que un suave frescor ha persistido en quedarse hasta el día de la inauguración ferial, cediendo campo al aire tibio del norte.
Pasados los desfiles cívicos y los actos oficiales de conmemoración del grito libertario cruceño de 1810, cada vez más estropeados por el encono político, Expocruz es el nudo de unión de todo el pueblo. Se podría decir que el cruceño espera la Feria, casi tanto como el Carnaval. Las jóvenes azafatas lucen bellísimas, como las reinas de las comparsas para el corso carnavalero. Diseñadoras de modas, estilistas, dietistas, instructores de gimnasia, hasta cirujanos plásticos, tienen en los días de feria un trabajo frenético, porque nadie quiere verse mal al lado de las beldades que figuran en los stands. La Expocruz es, seguro, más elegante que el Carnaval.
“Fierro” se llama el toro “nelore mocho” que se ha convertido en “rey bello” de la Feria. Con 1.375 kilos – lo que pesan tres toros de lidia – dicen que es el record de las 38 ediciones feriales. Un soberbio animal producto de la genética que ahora ostenta Santa Cruz y que se puede apreciar en las 100 cabañas ganaderas que participan este año, donde además de bovinos el rubro caballar tendrá un lucimiento especial. Los remates de ganado han comenzado antes de la inauguración de la cita ferial donde la Hacienda Nelorí, Las Madres, Santa Bárbara, La Caldera y otras no menos importantes se mostrarán, además, ante criadores extranjeros.
Este espejo de la pujanza cruceña y de Bolivia toda, tendrá un movimiento de 283.5 millones de dólares, de los 7.597 generados en el departamento de Santa Cruz durante el 2012. En los diez días de Feria se espera a algo más de medio millón de visitantes (512.000 el año pasado). Pero, además, estarán representados 23 países (Cuba debuta ahora), con 2.300 expositores y muchos millones de dólares intercambiados en la Rueda de Negocios que promueve Caino. A esto se suma, en estas épocas críticas, la creación de 27 mil empleos directos y 48.000 indirectos, que trabajan en los sectores automotriz, petrolero, de manufacturas, telecomunicaciones, construcción, decoración, turismo y muchos otros. Las cooperativas cruceñas tienen, como siempre un papel central, y tanto Cotas, como Cre y Saguapac podrán enseñar sus avances tecnológicos de punta.
A los espectáculos que se disfruta con artistas nacionales y extranjeros, a las orquestas tropicales, a la hermosura femenina que anima a bailar, se suma un patio de comidas con 13 restaurantes, aparte de otros cuatro locales que están en diversos lugares de la Feria, con una oferta gastronómica que pasa por carnes de todo tipo, pastas, arroces, mariscos, platos típicos y comida gourmet, que harán de las diez noches de exposición algo memorable.
La expectativa por la Expocruz hace que la aflicción política en Santa Cruz vaya cediendo y alejándose temporalmente. Al fin, hasta la presencia de S.E. en el departamento se la toma como poco grata pero inevitable. Se ha evitado ir a extremos, aunque cayó fatal descubrir a una policía de “inteligencia” merodeando en la brigada parlamentaria cruceña. S.E. se ha pasado el tiempo por el área rural anunciando “regalos” caros al departamento. Rositas, Puerto Busch, Mutún, Yacuses, son proyectos viejos, de más de 50 años algunos, ofertas presidenciales momificadas a las que se intenta revivir. Lo más importante podría ser el anuncio de la construcción del ferrocarril Montero-Bulo Bulo, que, ante el abandono del Aiquile-Santa Cruz, uniría las redes ferroviarias de oriente y occidente. Si así fuera se salvaría uno de los absurdos más grandes que existen en Bolivia. El “regalo” para los cruceños en este caso sería de 250 millones dólares, bastante menor que los 840 millones de dólares que se están invirtiendo en la planta de urea en Cochabamba, un absurdo al decir de los entendidos.
Como tragándose un sapo, la mayoría de los cruceños tendrá que aguantar a S.E. en su efeméride. Habrá otros que estarán solícitos para el aplauso y la lisonja, como siempre ocurre. Pero el rey de la Expocruz será el toro “Fierro” con sus 1.375 kilos, aunque les pese a los entusiastas masistas cambas.