Un tema que compromete a la humanidad es el narcotráfico y se comprende que la realidad es muy dolorosa e indignante por el futuro de las generaciones.
Hay factores que definen nuestra época como la pandemia del Covid, la guerra rusa a Ucrania, refugiados, exiliados políticos, incendios de bosques devastadores y el huracán Idalia.
En el conjunto de estos fenómenos que causan desesperación y hasta incertidumbre para más de 7.000 mil millones de personas nos asedia el narcotráfico de la cocaína y su fase de altísima pureza competitiva el clorhidrato de cocaína.
Según el informe Mundial sobre las Drogas (2022) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) el récord de producción en 2020 fue de 1.982 toneladas y los destinos son los mercados de América del Norte t Europa con niveles de expansión hacia África y Asia (Viena, 27-06-2022). Asimismo, en el informe de la UNODC (Viena 26-06-2023) se destaca que el narcotráfico acelera la devastación ambiental y la delincuencia en la Cuenca Amazónica.
La población mundial juvenil es la más vulnerable y a escala mundial más de 296 millones de personas consumieron droga en 2021 y las que padecen trastornos mentales se ha disparado hasta los 39,5 millones de personas, sin procedimientos de tratamientos especiales en países como África. Supone que las redes de narcotraficantes son más ágiles para la oferta y los controles internacionales son superados.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico en Bolivia (FELCN) destruyó 30,5 toneladas de droga el 2022, pero la UNDOC solo participó en la quema de 26,5 toneladas, sin validar 4 toneladas en ese periodo sin conocerse el procedimiento y destino.
Según el gobierno entre 2020 a agosto de 2023 más de 1,084 fábricas de cocaína fueron descubiertas y destruidas por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico. De esa cantidad entre el 80 al 90% estaban en el municipio de Villa Tunari en el trópico del Chapare. Lo asombroso es que el gobierno se reserva el ingreso a los perímetros del Chapare y no al corazón mismo de la zona y, lo curioso es que las fábricas que ahora son 1.085 generalmente son abandonadas, bien equipadas, sin detenidos, sin procesos ni prófugos.
De modo que el Chapare es el imán de la droga producida, donde tienen control de la producción de la hoja de coca las seis federaciones de cocaleros dirigidas por militantes activos del Movimiento al Socialismo y cuyo presidente es el expresidente de Bolivia, Evo Morales Ayma y que no sabía nada en los 14 años de gobierno que en su reducto había por centenares fábricas de cocaína y clorhidrato, siendo que la infraestructura aeroportuaria y la fábrica de amoniaco se hizo en su gestión, y amplió las plantaciones de la hoja sagrada de 12.000 a 26.000 hectáreas. El incremento ilegal se estima en más de 4 ha que no sería de extrañar que sean regularizadas en vísperas de elecciones generales y como siempre aplicando la fórmula milagrosa de la presión ¿Pobre Pachamama? así no vives bien.
En definitiva, la crisis de la droga es convergente y universal y, si se quiere preservar la salud de la población boliviana, hay que tomar tres decisiones políticas prioritarias y determinantes: 1) Abrogar los decretos supremos 26075 de 9 de julio y 3973 de 10 de julio de 2019 de ampliación controlada de la frontera agrícola en los Departamentos de Santa Cruz y Beni; 2) Sancionar los avasallamientos de tierras y loteamientos corporativos bajo supuesta legalidad estatal con incautación de bienes a los autores, cómplices y encubridores; 3) Reducir el número de hectáreas de coca en el Chapare en 12.000 has excedentarias que no pasan por el mercado legal mediante ley; 4) Establecer mecanismos legales de cooperación eficaz con la EUROPOL, INTERPOL, DEA, en la lucha contra los carteles que siguen abriendo mercados.
Hay quien como Camarillo Camarillo Laura A. sostiene que: “La Corte Interamericana ha insistido en el effet utilice de la Convención Americana en el derecho interno de los Estados, que no es otra cosa que el objeto y propósito de la Convención es la protección del ser humano”. Esto es la salvaguarda de los individuos bajo su jurisdicción y de ninguna manera a los narcotraficantes.
El autor es abogado constitucionalista y defensor de DDHH