La Paz, 20 de marzo de 2024 (ANF).- ¿Se autoidentifica con alguna nación pueblo indígena originario campesino o afro boliviano? Se preguntará en el Censo de Población y Vivienda este 23 de marzo, una consulta que se ha instrumentalizado políticamente, mientras que la inclusión de los pueblos indígenas en políticas públicas sigue siendo un factor simbólico.
La pregunta 32 de la papeleta del censo 2024 tiene dos opciones de respuesta –Sí o No-, si la autoidentificación es afirmativa, debe especificar con cuál pueblo indígena se identifica. Para analistas y dirigentes indígenas, esta pregunta responde a un manejo político pues la inclusión de la población indígena hasta ahora ha sido predominantemente simbólica.
“Los derechos de los pueblos indígenas son temas que tienen relevancia; sin embargo, en el caso boliviano está fuertemente contaminado, digamos con un sello político. Ahora hay que esperar un poco estos resultados (del censo) y también invocar a los sectores políticos para que no hagan un abuso discursivo de estos resultados”, dijo a la ANF la socióloga María Teresa Zegada.
El politólogo Carlos Cordero explica que la primera vez que se planteó la pregunta se lo hizo de manera “inocente”, porque se buscaba conocer cuánta gente se autoidentificaba con la base étnica del país, pero luego cree que “este tema se politizó”.
“Se quiere tener argumentos en sentido de que la mayoría de la población boliviana es indígena y si es indígena, pues debe tener un gobierno indígena, todas las políticas en favor de la base étnica del país deben ser prioritarias y por encima de lo que puede ser el apoyo a las zonas urbanizadas. Esa es la utilización política, la politización, el encubrir, distorsionar una realidad y convertirla en un instrumento político”, argumenta.
En el Censo de Población y Vivienda 2012, la pregunta solo daba la posibilidad de marcar la pertenencia o no a una nación indígena ¿Como boliviana o boliviano ¿pertenece a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afro boliviano? Un amplio debate se abrió sobre incorporar una casilla sobre los “no indígenas” o los “mestizos”.
Este sábado 23 de marzo se realizará, después de 12 años, el Censo de Población y Vivienda 2024. Dos años más tarde de lo previsto. El cuestionario censal consta de 59 preguntas distribuidas en siete capítulos.
De acuerdo con el investigador del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis), Juan Carlos Marca, en el Censo 2001, el 62% de la población boliviana (como 5,1 millones) mayor de 15 años se autoidentificó de origen indígena u originario; sin embargo, en el Censo 2012, solo el 41% (como 2,4 millones) de los bolivianos, -21% menos en relación al anterior censo, dijo tener una autoidentificación a un pueblo originario indígena.
Marca en su columna de opinión: 'Preguntas en relación a la autoidentificación étnica en el Censo 2024' sostiene que diferentes estudios establecen un descenso en la pertenencia étnica “por los procesos de migración y expulsión de la población rural a los centros urbanos, por la pérdida de la identidad étnica en los jóvenes de origen indígena que viven en los centros urbanos, por la movilidad social de los jóvenes de ascendencia indígena y, por el uso equivocado del concepto de lo mestizo frente a la identidad indígena en los medios de comunicación”.
El historiador Pedro Portugal, en la misma línea, apunta que la reducción en la autoidentificación se debe al “factor subjetivo, un censo mide cosas objetivas para planificar políticas de Estado y merced a corrientes sobre todo internacionales de agencias de desarrollo hemos pedido ya en dos censos la opinión de cómo se identifican y eso ha provocado un altibajo, gran población que se identificaba como indígena al principio y ahora no. Se están jugando modelos y proyectos de nación, proyectos políticos, cosa que no debería medir el censo”.
Algunas de las nacionalidades indígenas existentes en el país son: aymaras, quechuas, urus, afroboliviano, guaraní, chiquitano, ayoreo, tapieté, wenhayek, paiconeca, araona, baure, canichana, cayuvaba, chácobo, chimán, esse ejja, itonoma, joaquiniano, leco, machineri, mestizo, more, mosetén y otros, aunque muchs reclaman por una mejor atención del Estado.
Para Walter Limache, coordinador nacional del programa NINA- UNITAS, existen tres aspectos que puedan justificar el porqué de esta caída en los porcentajes de los dos censos anteriores. En primer lugar, por los procesos migratorios –gente que se muda del campo a la ciudad-, en segundo lugar, porque hay una cierta pérdida de identidad étnica y, en tercer lugar, por la aceptación y el acceso a mejores oportunidades de formación de parte de la población indígena pues hoy muchos indígenas han alcanzado niveles superiores de formación.
“Se volvió como un justificativo para tener una especie política de visibilización de lo indígena, para crear un fuero indígena para un partido indígena, para sustentar a los partidos indígenas y los liderazgos indígenas”, explica Zegada.
El director general del Instituto Nacional de Estadística, Humberto Arandia, manifestó que se hizo un arduo trabajo de capacitación en los pueblos indígenas, porque la boleta censal ha sido traducida en más o menos 30 lenguas.
Añadió que es fundamental que las naciones indígenas sean identificadas de la forma correcta y en el marco de los protocolos internacionales de poblaciones vulnerables, un enfoque que en su opinión “ha sido tergiversado muchas veces cuando se intentó introducir el concepto de mestizo en la papeleta”.
El propósito de incluir una pregunta específica en los dos anteriores censos (2001 y 2012) fue para contar con información relevante acerca de la población que se autoidentifica como indígena, el objetivo final es diseñar políticas públicas en su beneficio. ¿Entre censo y censo se habrá avanzando en este propósito?
La líder indígena Wilma Mendoza, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB) sostiene que no hubo los avances que se esperaba para su población, pese a los resultados de los censos.
“Esto no ha venido a solucionar los problemas, las deficiencias que se tienen dentro (de) los pueblos indígenas. No se ha dado mayor atención a las necesidades y demandas, del cumplimiento de la política propia del movimiento indígena, estamos hablando, por ejemplo, en la consolidación de los territorios indígenas autonómicos que hasta ahora ya son más de 10 años para tener nuestro gobierno autónomo propio”, enfatizó.
Limache comparte esta preocupación, dijo que pasaron más de 15 años desde la vigencia de la Constitución Política del Estado (2019) y “apenas” existen ocho gobiernos de autonomías indígenas y otras 35 están en proceso de convertirse. Para consolidar ello, los pueblos indígenas deben pasar por una serie de exigencias burocráticas.
Además, no tienen una asignación de recursos que les permita avanzar en ese proceso; y sufren la vulneración de sus derechos de parte del Estado, por ejemplo, a través de la extracción de los recursos naturales en sus territorios como el oro, afectando su medio ambiente, sin consenso ni participación ni diálogo con los indígenas.
“Como gobiernos indígenas tienen que superar toda una serie de requerimientos y dificultades que les llevan por lo menos un promedio de siete años y que tienen que esperar la voluntad política del gobierno y de las instancias de los órganos del Estado como son el Órgano Legislativo, el Órgano Ejecutivo e inclusive el Órgano Judicial. Además, vemos toda la actividad minera, que está contaminando sus aguas, eso es atentar contra la salud de la gente”, dijo Limache.
Mendoza cree que la pregunta de autoidentificación indígena es importante si se actuará de “buena fe”, contrariamente lo que sucede ahora.
La líder indígena reclamó por políticas de protección para las poblaciones más vulnerables, fundamentalmente para enfrentar la deforestación y la ampliación de la frontera agrícola, porque son actividades que no están relacionadas con sus prácticas.
“Y los otros temas tienen que ver con la educación, con la salud. Tenemos normativas que tienen una visión y una mirada más en el ámbito urbano, lo mismo con la discriminación y la violencia, no es para mujeres indígenas de tierras bajas, es más para el área urbana”, comentó.
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