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Iglesia

Víctor Codina, un legado teológico inspirado en Bolivia que irradia a la iglesia de Latinoamérica y del mundo

Una vida entregada en América latina al servicio del pueblo pobre, considerado gestor de una teología profunda y a la vez sencilla de comprender. El jesuita Víctor Codina deja un legado teológico reconocido como uno de los más sobresalientes.
31 de Mayo, 2023
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Víctor Codina, sacerdote jesuita y doctor en teología. Foto. Internet

La Paz, 31 de mayo (ANF).-  Víctor Codina, sacerdote jesuita y doctor en teología, falleció en Barcelona, España, el pasado 22 de mayo a los 92 años de edad. Es considerado uno de los más grandes teólogos de Latinoamérica. 

Su principal legado es su reflexión sobre el Espíritu que “actúa desde abajo”, es decir,  desde los pobres, desde los diferentes, desde los indígenas. Con este pensamiento, Codina afirmaba que a la iglesia le corresponde “escucharlo”, una escucha que entra en sintonía con la Iglesia del papa Francisco.

Codina nació en España en 1931, ingresó a la Compañía de Jesús en 1948. ¿Cómo surgió su vocación? A la edad de 17 años decidió ingresar a la Compañía de Jesús en España, desde ahí esbozó su formación sobre todo en teología. Pero fue en 1980, luego de la muerte del jesuita Luis Espinal, que decide pedir permiso a sus superiores para ir a Bolivia, y así tratar de “llenar el hueco” que Espinal había dejado, pero no a manera de imitación, sino desde un propio aporte espiritual, teológico y pastoral. 

“La muerte de Espinal me impactó mucho, después me pregunté si yo podía continuar lo que hacía Espinal, no en la línea suya que era cosa de medios de comunicación, pero, en fin, llenar un hueco que (Luis Espinal) había dejado. Entonces, pedí ir  a Bolivia, me concedieron ir a Bolivia, y para mi fue como un segundo  nacimiento, una segunda vida”, dijo Codina en un video que registró Vocaciones jesuitas Bolivia en 2015 y donde habló de su vocación a la Compañía, su ser jesuita y teólogo.


De esta manera, desde 1982, Codina  residió en Bolivia como profesor en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Boliviana, y en su actividad pastoral popular dejó su paso por Oruro, Santa Cruz y Cochabamba, desde donde se convirtió en una referencia en la reflexión teológica del continente. 

“En Bolivia he estado dando clases en Cochabamba; estuve 5 años en Oruro,  allí  creamos un centro de servicio popular con trabajo social y con trabajo teológico de formación para los laicos mineros, gente popular, que se llama CISEP, después volví a Santa Cruz donde estuve  12 años. Después de nuevo en Cochabamba. Ahora estoy jubilado de la Facultad de Teología”, dijo cuando tenía 83 años.

Codina a mitad del año 2018 regresó a Barcelona donde siguió con su trabajo intelectual y reflexivo. A pesar de la distancia, no se apartó de Bolivia, mantuvo contacto constante. Una de sus últimas actividades fue un Encuentro virtual con el Equipo del CISEP Oruro, obra de la Compañía de Jesús, para la reflexión del capítulo "Vivir con audacia en el mundo de hoy"  del libro “En Camino con Ignacio”, del P. Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús. 

En este encuentro compartió sus reflexiones y manifestó que para comprender las expresiones del P. Sosa en este libro, hay que entender que en el cambio de época que vivimos todo está  conectado, lo social, económico, político y ecológico. Y para esto “Hay que vivir con audacia”. Porque frente a posturas apocalípticas de que todo se hunde, de que todo está mal, de que la iglesia se acaba, de  que la sociedad va al desastre, “desde esa “audacia”  los cristianos, los creyentes, pensamos que la mano de Dios va guiando nuestro caminar”.


El Espíritu “sopla desde abajo”, su legado

Codina apostó siempre por una Iglesia que no estuviese encerrada en sí misma,sino desafiada a descubrir que el Espíritu Santo está también allá donde la Iglesia va, de ahí nació su enunciado el Espíritu “sopla desde abajo”. De esta manera,  y con su sensibilidad “desde abajo”, desde los marginados y pobres, su aporte original a la teología de la liberación, continúa inspirando a una Iglesia en salida. 

Asimismo, las reflexiones de este teólogo jesuita ayudaron a muchos a entender las conexiones del Concilio Vaticano II con toda la reforma actual de la iglesia. Él explicó en forma sencilla los cambios introducidos por ese concilio y subrayaba  lo que  faltaba aplicar y poner en práctica en la iglesia actual. en otras palabras, a entender la teología desde los más pobres. 

 Uno de sus últimos grandes aportes a la Iglesia fue el de participar como  perito en el Sínodo para la Amazonía convocado por el papa Francisco en 2019, donde tuvo un papel destacado. Según Mauricio Lopez, director de la Acción Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), el aporte de Codina al Sínodo Amazónico fue de  profundidad, de claridad y de  importancia en todo el proceso del sínodo Además, aseguró López, en la elaboración del Documento Final de este evento eclesial,  la huella de Codina está presente. 

De esta manera, el aporte principal para la amazonía de Codina es su visión clara de las terribles agresiones a la Casa Común, la  denuncia de los intereses económicos sobre la vida, la opción por los pobres, los más pequeños, la apertura del racionamiento de la iglesia a pueblos indígenas saliendo del clericalismo hasta convertirse en una iglesia abierta.

Codina es autor de más de treinta libros, además fue columnista en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Para la teóloga Tania Ávila, cada uno de los textos que Codina escribió son una muestra de la posibilidad  de hacer una teología horizontal donde la escucha es mutua, aprendiendo con la otra persona. Así la teología de los pueblos se va  haciendo desde los pueblos y con los pueblos. 

Finalmente, durante el “un homenaje en vida” con motivo de su cumpleaños 91 de Codina, realizado por la red Amerindia, Codina fue descrito por la misionera Muriel Dube como sencillo, humilde, cercano, de un aporte teológico y pastoral  que expresa  al pueblo. Ella describe a Codina de mente, corazón y manos juntos, mismos que permiten reconocer los pasos del Espíritu en la complejidad de las situaciones humanas e históricas.

“Doy muchas gracias a Dios por la vocación. Uno ahora comprende mucho más el sentido del  primer llamado y lo que significa formar parte de la  Compañia de Jesús y el ejemplo de los compañeros, los trabajos diferentes que se ha tenido, todo esto llena la vida, da sentido y da esperanza (…) me encuentro feliz, contento me parece que mi  vida ha sido una vida llena, he trabajado bastante, he escrito bastante,he viajado por bastantes países de latinoamérica dando charlas, pero lo importante es que me he sentido animado en un grupo que trabaja en la línea de fe y la justicia, de la ayuda a los demás, del diálogo intercultural, interreligioso, estar preocupado por la ecología, construir un mundo mejor”, finalizó Codina el video que relata los inicios de su vocación.


CJL///

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