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Economía

Al menos nueve "empresas sociales" luchan por salir adelante frente a un marco legal trabado

El salario de los empleados depende -en muchos casos- de sus ventas mensuales y de su antigüedad, también aportan voluntariamente a su seguro de vejez y de salud.
17 de Diciembre, 2022
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Empleados de Inal Panda Foto: Panda
La Paz, 16 de diciembre de 2022 (ANF).- Cerca de nueve son las “empresas sociales” que existen en el país y que son administradas por sus mismos trabajadores debido a que pasaron por una situación de quiebra, liquidación, cierre o abandono injustificado de sus propietarios. Son empresas que luchan por salir adelante y pese a que ya pasaron cuatro años desde la promulgación de la Ley 1055 no logran constituirse jurídicamente como tal.

Las empresas son: Industrias de Alimentos Limitada Helados Panda, Cerámicas Victoria, Inversiones Industriales Frazadas Polar, Punto Blanco (en La Paz), Industrias de Cerámica Oruro (Inceror), empresa Corporación Industrial Dollmann-Cordill, gomas Prosil y Hilsend, ex hilandería Sendtex (en Cochabamba) y PIL Chuquisaca (en Chuquisaca).

Los datos fueron proporcionados por la Confederación de Trabajadores Fabriles de Bolivia. También se solicitó datos al Ministerio de Trabajo y al Servicio Plurinacional de Servicio de Comercio (Seprec- anteriormente fue Fundempresa), mas no se tuvo éxito.

Las nueve mencionadas tendrían que constituirse en empresas sociales, según lo establece la Ley 1055 de Creación de Empresas Sociales promulgada en 2018, que tiene el objetivo de regular la forma de su constitución permitiendo que los trabajadores puedan reorganizarlas y reactivarlas; sin embargo, esto no sucede en los hechos.

“No existe la empresa social completamente establecida, están en proceso”, afirmó Edwin Choque, dirigente de la confederación.

De acuerdo al artículo segundo de la Ley 1055, se entiende por empresa social aquella constituida por las trabajadoras y los trabajadores activos de una empresa privada que se encuentre en proceso de concurso preventivo, quiebra o liquidación, cerrada o abandonada de forma injustificada, “cuya finalidad es reactivar y reorganizar la empresa, en defensa de sus fuentes de trabajo y en resguardo del interés social”.

De la misma forma, todas trabajan bajo condiciones que ellos mismos determinan y bajo votación de la mayoría, pues no existe un propietario o dueño que tome las decisiones frente a los demás empleados. Se organizan como una familia: se reparten las ganancias y deben analizar la manera de salir adelante, pero sin tener la posibilidad de ayuda por parte del Estado, pues ningún artículo de la norma así los dispone.

“La situación es diversa porque cada una de las empresas. No todas encajan de manera plena dentro de lo que es esta ley. Tienen que lidiar con ellos mismos y son sus propios jefes”, dijo Limberth Fernández, secretario general de la confederación.

De acuerdo con el dirigente, estas empresas aún tienen temas pendientes que solucionar como las deudas que dejaron sus anteriores dueños, principalmente por préstamos con entidades bancarias, con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y con las cajas de salud.

“Al no haber sido preparados en la parte administrativa, financiera, contable, se han registrado problemas. En muchos casos (los nuevos ejecutivos) han sido peor que los (anteriores) empleadores, porque cada quien siente que tiene más derecho que el otro porque ha trabajado más o es el más antiguo. Hay necesidad de que la ley funcione o sino de que exista una nueva norma o un amparo que establezca el funcionamiento operativo de una empresa social como tal”, refirió.

Dos de las empresas que continúan sin ser constituidas jurídicamente como sociales son: Inal Helados Panda y Frazadas Polar. Este medio entrevistó a sus actuales ejecutivos para conocer cuál es su situación.

Ocho años que Polar sigue produciendo frazadas

Para esta Navidad, cerca de los 80 empleados de Frazadas Polar gozarán de su salario y de un aguinaldo. El dinero procederá del pago por un contrato que firmaron con una institución a cambio de frazadas.

Edgar Mamani, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Frazadas Polar calificó como una travesía “hacerse cargo de la empresa” durante los últimos ocho años. Ellos continuarán o se quedarán sin fuente laboral.

“Tener que complacer a los obreros es complicado para una persona que no tiene estudios, hay que pagar sueldos, comprar material. Somos una empresa recicladora, vamos a los talleres para recoger retazos, los cuales se convierten en frazadas”, señaló

Mamani calificó la aprobación de la Ley 1055 solo como una medida política para ganar electores debido a que no brinda apoyo a las nuevas empresas sociales.

Polar nació a mediados de los años 90 del siglo pasado y formó parte de una cadena de empresas pertenecientes a Ametex, cada empresa tenía una función diferente, como producir prendas de algodón o teñirlas, y Polar se hacía cargo del reciclaje y la producción de los cobertores.

Tras la suspensión de la ATPDEA (Ley de Preferencias Arancelaria Andina) se afectaron las exportaciones de textiles. Es así que en julio de 2012, Ametex entregó al Gobierno sus instalaciones industriales, y hoy lleva el nombre de Senatex (Servicio Nacional Textil). En 2015 se separó a Polar de la cadena Ametex y se convirtió en Inversiones Industriales Polar.

El líder sindical recordó que antes de todo ese quiebre, la empresa trabajaba 24/7 con tres turnos de ocho horas, sacando como 45.000 frazadas mensualmente, hoy se llega a un máximo de 22.000.

En Polar, los obreros pagan su jubilación por cuenta propia y su seguro de salud. Y en el caso del personal antiguo, “luchan” para poder pagarse sus bonos respectivos.

Por otro lado, solo facturan como empresa unipersonal a nombre de Mamani. “Estamos buscando ser empresa social”.

Panda obtendrá unos Bs 1,5 mm este año

De a poco, cada año, los ingresos de Inal Panda –helados, yogures y gelatinas- van mejorando, afirmó a este medio su gerente administrativo, Sergio Quisbert. Mientras que en 2020 obtuvieron ingresos de Bs 1,2 millones, en 2021 fueron de Bs 1,4 millones y para este año cerrarán con cerca de Bs 1,5 millones.

“El objetivo es continuar. Estábamos con esa ilusión de ser empresa social, ahora podríamos cambiar algunos aspectos, ver de ser cooperativa u otro tipo de sociedad. Casi medio millón se van a las planillas Sí estamos pudiendo, pero también tenemos procesos y deudas anteriores”.

Panda nació en mayo de 1988. Tal fue el éxito de esta empresa que en una oportunidad hasta regalaron un automóvil en un programa televisivo; sin embargo fue en 2019 que los obreros hicieron una huelga de brazos caídos y denunciaron su quiebra. Entonces, la firma pasó a manos de los empleados.

Panda cuentan con un poco más de 100 empleados, quienes además deciden  temas importantes de su empresa. “Hemos necesitado contadores y hemos ido completando personal para diferentes áreas”.

Panda aún tienen una deuda con un banco por el predio que ocupan. Y sobre sus beneficios, por el momento los empleados solo pueden acceder a vacaciones. “Seguros no los estamos pudiendo, porque tenemos deudas con las cajas y a las AFPs, son procesos por gestiones anteriores. Veremos cómo asegurar a nuestros trabajadores.

Actualmente, Panda ofrece 83 productos, cada uno con su registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag). Su mercado no solo es La Paz, también son Oruro, Cochabamba, Sucre, Potosí y Tarija.

“Tenemos 13 vendedores en La Paz con su vehículo propio, a otros vendedores se les paga por comisión, también tenemos vendedores en las provincias. Nosotros sentimos cuando los estudiantes entran en vacaciones porque ellos son nuestros principales consumidores”.

/MVL/

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