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Opinión

Un puente sin sentido

30 de Diciembre, 2024
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En las últimas semanas ha sido resucitado por el ministro de Economía, la propuesta de construir un puente sobre el estrecho de Tiquina, los pobladores de ambos lados del famoso paso han echado el grito al cielo, y lo  han bloqueado, porque han visto en peligro su más importante fuente de ingresos y de alguna manera lo sobrevivencia de sus respectivos pueblos. Dicho sea de paso, tampoco es una sobrevivencia  glamourosa. Pese a ser un paso obligado para ir a un destino turístico local muy importante como es el Santuario de Copacabana, y a ser parte de la ruta turística internacional más importante del país, tanto San Pablo como San Pedro de Tiquina no han podido desarrollarse, no hay ni siquiera un  restaurante aceptable, o  un café. En efecto, la única opción de ganar un dinero que tienen los habitantes, es el uso de los pontones y de las  lanchas que trasladan a carros  y personas de una manera ciertamente precaria, aunque como las estadísticas lo demuestran, no verdaderamente peligrosa, de una orilla a la otra.

Carreteras y sus respectivos puentes no son básicamente una mala idea, aunque en el caso del estrecho de Tiquina, nos topamos con una situación extrema, el puente sería demasiado caro, tanto para la realidad económica del país, como para los beneficios que este debería traer, y como lo digo en líneas anteriores, realmente convertiría a San Pedro y San Pablo de Tiquina en pueblos fantasmas. 

Aclaremos que la carretera de trascendencia que debió ser ampliada a cuatro carrileas antes que la de la rivera de Huatajata, era la que  lleva a Desaguadero, por donde pueden pasar de forma más expedita, y segura las mercaderías que podríamos exportar no solo al Perú, al Ecuador o a Colombia, sino utilizando el sistema de puertos del Perú al enorme mercado asiático, y a la costa oeste de los EEUU.

Lo que además llama la atención, en esta propuesta, es el tiempo y la circunstancia.  Proponer activar un proyecto tan oneroso y de tan largo plazo para su ejecución, cunado se está a solo 8 meses de una elección  general,  y a menos de un año de dejar el gobierno, es mínimamente extemporáneo, hacerlo en estos momentos de déficit fiscal extremo, donde no hay plata ni para pagar el combustible que financiamos al consumidor boliviano y a alguna población de los países fronterizos, es un despropósito extremo. 

Y quepa preguntarse;  ¿Por qué lo hacen?  ¿A quien quieren impresionar?  ¿A quien quieren agradar? ¿Quién los presionan?

La península de Copacabana tiene ya una inversión verdaderamente absurda, el aeropuerto, hecho no se sabe para qué, y al otro lado, en Omasuyos, aunque una carretera asfaltada es siempre algo bueno, entre Huarina y Achacachi hay dos carreteras con esas características, la que va directamente y la que pasa por el idílico rincón de Cocotoni, convengamos que en este país, de enormes carencias, dos carreteras asfaltadas casi paralelas, son por lo menos una muestra de falta de planificación. 

La propuesta de la construcción del puente en el estrecho de Tiquina muestra varias de las falencias de un gobierno y de un partido político que nunca tuvieron claras las prioridades económicas reales del país. Aún en proyectos que parecen sensatos como infraestructura caminera.  Una combinación de políticos demagogos, y técnicos ya sea ineficientes o subyugados nos ha llevado a la creación de elefantes blancos, y a derrochar dinero sin más. 

La responsabilidad de don Luis Arce, primero como ministro de economía, y luego como Presidente es enorme. El enorme despilfarro de decenas de millones de dólares en tiempos del MAS es la suma de proyectos estilo el puente de Tiquina.

Por supuesto que  el cruce de ese estrecho debe ciertamente ser mejorado, hoy por hoy, en fechas clave, y a determinadas horas se debe esperar un par de horas para cruzar, y el atraque de los pontones es parcialmente folclórico y parcialmente arriesgado,  las lanchitas que trasladan a los pasajeros también son muy modestas, pero todo eso puede ser mejorado, con una buena política de apoyo al sector, y con normas claras, y no se necesita gastar el dinero que no se tiene para un puente. 

El autor es operador de turismo