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Opinión

Un “modelo” económico justo y exitoso, neuter

17 de Marzo, 2025
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Así tituló Luis Alberto Arce Catacora al libro de su autoría, publicado el año 2020, el mismo desglosa los elementos que hacen al modelo económico social comunitario productivo (MESCP) así como los aparentes resultados que bien justifican el título elegido. 

Sin embargo, la realidad se ha encargado de refutar los logros aparentes del modelo. Hoy, el modelo se constituye en la retórica del Movimiento al Socialismo ala Arcista para posicionar un liderazgo incuestionable en la figura del actual presidente. En el pasado fue el indigenismo, racismo y discriminación que calo fuerte en las bases sociales que con el tiempo han mutado en una nueva clase de simpatizantes: los profesionales – empleados públicos – urbanos periurbanos. 

La base del modelo parte por dirigir los dividendos provenientes de la explotación de Recursos Naturales No Renovables para el Estado y que este los redistribuya en Programas Sociales Asistenciales y la Industrialización de la Economía Interna. Se espera que para el momento en el que los Recursos Naturales No Renovables se agoten la economía interna ya se encuentre industrializada y esta reemplace el modelo primario exportador por uno de generación de valor agregado. 

Conceptualmente existen algunos vacíos en la lógica del modelo. Se asume que los rendimientos obtenidos de los Recursos Naturales no Renovables son constantes y no requieran de re inversiones para su mantenimiento o un probable incremento en la capacidad de producción en el mediano y largo plazo. Estos excedentes son secuestrados para financiar gasto social e invertir en la industrialización de recursos naturales renovables o materia prima que se comercializa sin ser transformada. 

Por otro lado, el gasto social tiene un carácter asistencialista y universal que pretende bajar los indicadores de pobreza pero al contar con estas dos características hace que su crecimiento siga un ritmo exponencial casado con el crecimiento de la población. Aquí existe una divergencia respecto a los ingresos que los deberían financiar, porque los mercados internacionales en este caso los del gas natural y minerales dependen de las dinámicas propias de la oferta y demanda por lo que considerar que estos sean constantes en el tiempo se justifica unicamente en que los precios se mantengan constantes así también los volúmenes de producción. La evidencia da cuenta que ni los precios ni los volúmenes de producción lograron sostenerse, los primeros a consecuencia de la caída en la demanda de los mercados emergentes (léase China) y el segundo como resultado de la no inversión de excedentes en el sector de hidrocarburos.

Finalmente la Industrialización debía tener componentes tanto privados como públicos, la misma obedecía a la generación de cadenas de producción que se construyan a partir de las producciones primarias de la economía, principalmente agraria y pecuaria pero considerando también sectores de servicios como el turismo. Sin embargo los mercados finales para esa producción deberían ser orientados al mercado interno, por lo menos en un inicio, elemento que plantea varias interrogantes no subsanadas por el propio modelo. Si la desigualdad social y la pobreza son un problema vigente que demanda de una política universal asistencialista, resulta confuso proponer industrias que transformen materia prima para su venta a un mercado no segmentado, por lo menos no identificado con claridad. 

Algo cercano al “pienso, luego existo” de Descartes, aplicado a este escenario seria “primero industrializo luego reconozco los mercados”. La industrialización como consigna a llevado al Estado a financiar 53 empresas públicas (PGE 2025) que al ser deficitarias demandan recursos adicionales para sostenerse que ya no provienen del sector primario exportador sino principalmente de la deuda interna y externa. Esto se ve reflejado en los 12 años consecutivos de déficit fiscal (2014-2025) que requieren cada vez más créditos para garantizar sus operaciones. 

Las preguntas que debemos hacernos acerca del modelo son: ¿Es justo? La respuesta es un rotundo no, porque todos los programas sociales e indicadores de pobreza reducidos en apariencia, retroceden nuevamente por el deterioro del mercado interno, un incremento en la informalidad de la economía, el nivel de endeudamiento interno y externo que es cubierto por el cobro de impuestos a una misma base de contribuyentes con mayores niveles de presión y sanción por parte del SIN. ¿Es exitoso? Le dejó a usted la respuesta, dependiendo en que lugar de la cola en la gasolinera se encuentre al momento de leer esta columna.

Arce Catacora se presenta como el economista más aventajado del país, sin embargo su capacidad y preparación representan al promedio de profesionales que se adoctrinan en los mismos dogmas estatismo e intervencionismo en aulas universitarias. Montenegro y Cusicanqui, sus alumnos, dan muestra de la calidad de docente que se jacta de ser. Sus hijos son reflejo de la calidad de padre que es, alguien capaz de convivir con la corrupción, el ílicito, el delito bajo el amparo del Estado y justificarlo por ideología.

“… A mis hijos Luis Marcelo, Rafael Ernesto y Camila Daniela para que les sirva de estímulo y para que siempre actúen bajo los valores y principios enseñados con el ejemplo” fragmento de la dedicatoria de Luis Alberto Arce Catacora – “Un Modelo Económico justo y exitoso” (2020)

El autor es economista, presidente de la Fundación Lozanía