PEDRO GARECA PERALES
En democracia en opinión de (López Guillén E. 2019:23) “El derecho constitucional debe buscar todas las fórmulas para que un ciudadano normal le resulte difícil decir “huele a podrido en el reino del poder…” , en cuyo caso la democracia constitucional estará en grave peligro, como puede suceder cuando se polarizan las fuerzas políticas con contingencias y reversiones indeseables o bien, cuando las cámaras en circunstancias de transitorialidad presidencial no justifiquen sus atribuciones, -que razonablemente podrían ser cubiertas por una comisión-.
Hoy, el reto de una forma de gobierno en Bolivia es el “presidencialismo”, timonel en los modelos americanos, generalmente, suele presentarse como la encarnación de los intereses del pueblo y como justo mediador cuando éstos entran en conflicto. En algunas ocasiones tiene la posibilidad de contar con adhesión o pactos, pero también enconados desencuentros cuando no se tiene una mayoría apreciable en las cámaras.
Esto también, supone que las derivas en democracias frágiles hayan podido conducir a dictaduras como la vivida del 2006 al 10 de noviembre de 2019, porque el líder cuando alcanza el poder total merced a la voluntad popular a punta de prebendas y bonos puede en cualquier momento ceder el impulso de confundir el carisma, con la improvisación, el despilfarro económico hasta lograr deslizarse por la pendiente no soñada.
En su versión más prístina, en el presidencialismo, es en las cámaras legislativas donde se aprueban las leyes de transformación social, económicas, políticas, etc., y si el presidente carece de buen abono de cohesión, obviamente que su capacidad de impulso en desarrollar su plan de gobierno, se verá recudido hasta límites de obstrucción total (veto).
Una cuestión no menos importante, tiene que ver con la legitimación de la forma de gobierno, puede suceder y ha ocurrido, que en épocas de extremado descontento los ciudadanos pongan al presidente y las instituciones en la diana.
Ante estas disfuncionalidades, hay necesidad de buscar con rapidez un equilibrio que permita pasar de la –pluralidad de intereses y la protección de las diferentes posturas públicas a la síntesis-; es decir, al proyecto abierto de país, donde prime el “derecho de ceder” en beneficio del “derecho común requerido por la ciudadanía”.
Asegurar este objetivo, supone evaluar conscientemente los problemas concretos que un Estado de derecho tiene en puertas, con ocho binomios presidenciales polarizados en sus mezquindades que, en lugar de evaluar los problemas concretos y considerar los cambios cualitativos en que las instituciones puedan actuar con sensibilidad constitucional y prudencia eficaz, revirtiendo todas las dinámicas negativas de corrupción, narcotráfico, terrorismo, destrucción de las cinco millones de hectáreas en la Chiquitania, procesos injustos y una justicia podrida, que en su conjunto son problemas incompatibles con una forma de gobierno que se precian hoy de legítimos . Sin embargo, hasta ahora no tienen la grandeza para atraer al electorado urbano y lejos de enamorar al ciudadano rural que espera propuestas.
En mi opinión modesta, en la carrera política sideral por los tiempos estrechos del calendario electoral, ninguna de las organizaciones políticas de oposición “ha asumido la fórmula de la unidad departamental de diputados de circunscripciones uninominales”, traducido en la convicción y decisión de valorar el voto para abonar al representante de mayor perfil y captación preferencial reflejados en estudios de encuestas serias, de forma tal, que si en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando son supuestamente los diputados de la Alianza “Juntos” los que captan el mayor volumen de aceptación, las demás alianzas deben impulsar la reavivencia para incrementar el causal de votos o, verbigracia si en Tarija es “Comunidad Ciudadana” la mejor votada, la línea debería ser la misma extensiva a todos los demás departamentos. Si fuere en Chuquisaca y Potosí “Creemos” la fórmula sería la misma.
Esta práctica innovadora impregnada de dirección política, pluralismo, sensibilidad y respeto a los cuatro años del Referéndum 21 f y los 21 días de lucha por la democracia y libertades, asimilables a los plurinacionales, sea la panacea para asegurar los dos tercios de votos, que definitivamente integrados armonicen, materialicen la Constitución y los cambios esenciales.
Ahora bien, si la política está manchada y la democracia del 20 de octubre fue dolosamente maltratada, “regenerémosla” con la fórmula explicitada y no permitamos acabar el 3 de mayo o en balotaje del 14 de junio con su mala salud de hierro y persecuciones políticas perversas.
El jurista (Pla, José. 2003: 149-150) dice: “Los daños de la libertad, con libertad se curan…máxima libertad, máxima autoridad…No nos espantan, señores de la extrema izquierda sus utopías”. Por tanto, las amenazas del indeseable refugiado en Buenos Aires y sus abogados cronistas de novelas no afectan la INHABILITACIÓN decidida por el TSE en forma correcta y constitucional; sí, apenas sirven para conjurar las lágrimas derramadas en Chimoré en busca de asilo voluntario en México y posterior refugio solicitado en Buenos Aires.
Pedro Gareca Perales Abogado constitucionalista y defensor de DDHH.