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Opinión

Morales y Camacho: dos políticos que deben dar un paso al costado

10 de Enero, 2024
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JUAN PABLO MARCA

Este domingo 7 de enero el expresidente Evo Morales denunciaba que gobierno de Luis Arce a través del fallo del Tribunal Constitucional había acordado con Mario Aguilera quitarle la Gobernación de Santa Cruz a Luis Fernando Camacho. La declaración de Morales evidencia el dicho de que "el enemigo de mi enemigo, es mi amigo” y que los extremos se tocan.

Aunque existen muchas diferencias ideológicas entre Morales y Camacho, tanto el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), partido político que se considera de izquierda y el líder de Creemos, agrupación política considerada como de derecha, ambos líderes tienen muchas similitudes, en cuanto al manejo del poder, su radicalismo y su mesianismo político. 

Entre otros aspectos, lo mencionado anteriormente se observa en Morales en su decisión de postularse como el único candidato del MAS para las siguientes elecciones generales y de volver a tomar el poder sin dar oportunidad a nuevos liderazgos políticos dentro del MAS. Hecho que se evidencio el 2019 cuando Morales no respeto la Constitución y la voluntad popular del referéndum del 21 de febrero de 2016. 

En el caso de Camacho este fenómeno se puede observar cuando no permite que el vicegobernador de Santa Cruz asuma su suplencia en la Gobernación siendo que Mario Aguilera fue electo para ese cargo. De esta manera más allá de su detención autoritaria en Chonchocoro, Camacho sin respetar la voluntad popular del pueblo cruceño y el mismo Estatuto Autonómico de Santa Cruz, busca mantenerse a toda costa en el poder.

Entonces, el deseo de volver a tomar y no soltar el poder, disminuyen las diferencias entre Morales y Camacho. Son dos políticos que, con la complicidad de sus principales allegados, no dan oportunidad a nuevos liderazgos dentro de sus organizaciones políticas, sometiendo a su ambición personal a sus estructuras políticas y por ende a la ciudadanía.

Desde la Ciencia Política, lo mencionado anteriormente, se explica desde la “teoría de la herradura” que asevera que los liderazgos radicales tanto de extrema derecha y la extrema izquierda, en realidad se parecen la una a la otra (en ciertos aspectos). Esta teoría atribuida al escritor francés Jean-Pierre Faye, sostiene que, según la posición discursiva, se establecen polaridades que “curvan el espacio argumentativo en forma de una herradura”, en el que gravitan los discursos extremistas y dogmáticos que fijan sus posiciones. 

Lo irónico es que, si bien cada posición política se diferencia una de la otra, terminan tocándose, como reza el dicho “los extremos se tocan”. Entonces, tanto Morales y Camacho a pesar de encontrarse en las antípodas ideológicas terminan confluyendo en patologías comunes (abuso de poder, radicalismo, caudillismo, autoritarismo y mesianismo político).

La ciudadanía debe comprender que en pocas circunstancias de la historia los liderazgos extremos de uno y otro lado del espectro político son buenos para una sociedad. A pesar de que cada uno se venda como el ideal a seguir, lo que esconden en realidad son prejuicios y dogmatismos muy nocivos para cualquier democracia. En este sentido, Morales que estuvo más de 10 años en el poder y Camacho que esta alrededor de 4 años en el poder, son dos políticos que instrumentalizan la democracia, deben dar un paso al costado y que deben ser jubilados en términos electorales, antes que sigan haciendo más daño al país. 

El autor es politólogo e investigador social

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