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Opinión

Invertir o apostar en el estado

22 de Junio, 2024
CARLOS ARMANDO CARDOZO
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Escuchar las sandeces, incoherencias y disparates de los funcionarios públicos cuando se ufanan de ser inversionistas avezados y experimentados capaces de salvaguardar la jubilación de los trabajadores se asemeja al sonido crepitante de uñas rasgando la superficie de un viejo pizarrón.

Pero más allá de los portavoces y sus acólitos gubernamentales es necesario responder a la siguiente pregunta ¿Es rentable invertir en el Estado, vía Banco Central? La respuesta es un contundente no, sin embargo, para efectos de la fundamentación se tratará de ser lo más claro y conciso posible.

Cuando un Gobierno se financia a través del Banco Central, este debe contabilizar en la deuda no solo el capital sino los intereses aplicados sobre ese capital, esto variará en función al tiempo y condiciones de la operación en cuestión.

El Banco Central pone a la venta, Bonos o Activos Financieros a los mercados privados. Estos papeles o documentos establecen los plazos y formas de pago de rendimientos y devolución de capital.

Ahora que hace el Gobierno para devolver los intereses y el capital al cabo del tiempo establecido. Bueno aquí simplemente se tiene la Inversión Pública como alternativa de “generación de riqueza”. El gobierno siendo el que provee de bienes y servicios públicos a la ciudadanía, se verá en aprietos a la hora de establecer cómo y dónde invertir ese capital. Condicionado por lo ayuda política y actores sociales que pueden imponer desde la protesta y conflictividad. 

Primer Punto.: Las inversiones responden a criterios fuera de lo económico, del mercado de bienes y financiero para instalarse en el campo político. Las inversiones seleccionadas persiguen fines electoralistas y políticos propios de la agenda de poder, por ende, no toman en cuenta la premura de recuperar el capital y generar un rendimiento adicional por lo menos suficiente como para cubrir los intereses.

Segundo Punto: El Estado jamás se puede desentender de sus deudas es decir, aunque el Gobierno deudor deponga funciones el nuevo gobierno está en obligación de responder frente a los tenedores Bonos y Deudas Públicas, pero no existe ningún incentivo para que el Gobierno sucesor de curso a su cumplimiento inmediato.

El Estado repondrá las inversiones por dos medios y ambos trasladan el costo a los privados. Emisión Monetaria o Nuevos Impuestos, golpean doble a los ingresos y a los ahorros condicionado la inversión futura que la empresa privada este en condiciones de realizar.

Las obligaciones son institucionales sin embargo la forma de honrarles trae consecuencias que superan las buenas intenciones buena fe de las autoridades en función de poder. Monetizar la deuda, es decir imprimir moneda para pagar la misma solamente reduce el poder de compra de la moneda generado que la capacidad de compra de los ingresos individuales se vean afectados. Adicionalmente los ahorros pierden valor y se reducen por las mismas razones que los ingresos, la inflación. 

Tercer Punto: La temporalidad entre las inversiones y su recuperación para el Estado son de largo plazo por el contrario los Gobiernos tratan estos en un espectro de corto plazo de realidad alterada.

Los Gobiernos suelen endeudarse en los últimos años de gestión en previsión de un año electoral, es así como no escatiman esfuerzos en disponer de fondos al costo que sea con tal de mostrar resultados en su administración. Son hábiles para comprometer grandes cantidades de recursos en supuestas inversiones rimbombantes y ambiciosas que solamente son ideas disfrazadas de proyectos que no pasarían el escrutinio de un inversionista medianamente serio. Cargarle al próximo gobierno créditos y acumularle obligaciones por el simple hecho de perseguir sostener por otra gestión el poder es un acto criminal que la clase política parece no dudar en practicar a pesar de los costos irreversibles que tienen sobre la economía de todos los ciudadanos. 

No faltará alguien que ponga de ejemplo los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos y que si ellos pueden porque invertir en bonos bolivianos resulta ser una mala inversión. 1) El emisor de estos bonos maneja la divisa más utilizada a nivel mundial tanto a nivel comercial como a nivel financiero 2) el petróleo, la materia prima transversal sobre la que todos los sectores de la economía se asientan, cotiza en dólares 3) la economía estadounidense sufre el mismo problema, inflación, sin embargo, tiene un margen de maniobra más amplio que cualquier economía pequeña siempre y cuando la confianza sobre su moneda siga incuestionable. 

Bolivia, no tiene credibilidad a nivel institucional, no tiene credibilidad a nivel de sus autoridades clave como Presidente del Estado, Presidente a.i del Banco Central, Gerente de la Gestora Pública y Gerente de la ASFI y no tiene medios de comunicación creíbles que discutan estos temas desde la verdad y no así desde los falsos testimonios oficiales.

Apostar la jubilación de los trabajadores es una de las últimas bellacadas que el gobierno de Luis Arce dejará como legado, invertir tiempo en hacer creer lo contrario parece ser su única carta hasta el 2025.

El autor es economista, Máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Especialidad en Gestión del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, presidente de Fundación Lozanía