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Opinión

Crisis ambiental, tema 2 de la agenda ciudadana

20 de Octubre, 2024
ANDRÉS GÓMEZ VELA
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¿Cuáles son los dos problemas que más preocupan a los bolivianos?, preguntó Oxfam Bolivia a través de una encuesta. Ocho de cada diez, tanto de áreas urbanas como rurales, dijeron: los problemas económicos (falta de empleo, incremento de precios, bajos ingresos, pobreza). Siete de cada 10 de la gente del campo y seis de cada 10 de las ciudades señalaron: los problemas de contaminación y climáticos.  

El estudio fue realizado en octubre de 2023 con una muestra representativa de 1.702 personas (735 de áreas urbanas y 315 de áreas rurales) y es parte del informe titulado: “A fuego y mercurio, crisis ecológica y desigualdades en Bolivia”. 

Para tener un conocimiento integral de la situación, Oxfam preguntó, además, a otras 652 personas de cuatro zonas específicas afectadas directamente por la crisis climática y ambiental:

1.      Zona de Potosí, de alta sequía (municipios de San Pedro de Buena Vista, Ocurí y Chuquiuta).

2.      Zona norte de La Paz, con presencia de minería aurífera (municipios de Tipuani y Teoponte).

3.      Zona de la Chiquitanía en Santa Cruz, con presencia de agroindustria y desmontes (municipios de San José, Concepción y San Ignacio de Velasco).

4.      4. Zona de Beni y Pando, Amazonía, con presencia de minería aurífera (municipios de Riberalta, El Sena y Puerto Rico).

Es la primera vez que veo que los problemas medioambientales ocupan los primeros lugares de la agenda ciudadana. Generalmente, figuraban los problemas sociales, políticos, económicos u otro de coyuntura. El medio ambiente no solía ni aparecer. Revisemos resultados de la encuesta.

La gente del área rural, que es la que más siente los efectos de la crisis climática, identificó nueve problemas: sequías/falta de agua, contaminación de ríos, contaminación por basura, cambios en el clima/calentamiento, contaminación de suelo, chaqueos/desmontes, desertificación/menos producción agrícola, enfermedades por contaminación, enfermedades de animales/ganado, contaminación por minería.

Un punto muy preocupante es la contaminación del agua potable, de los ríos y del aire porque causa enfermedades. Casi 5 de cada 10 personas reportaron que, en los últimos 12 meses, algún miembro de su familia padeció enfermedades respiratorias, estomacales o de piel.

La encuesta demuestra que los problemas ambientales no sólo causan enfermedades, sino que también reducen los ingresos económicos de la gente. El 45,5% de los habitantes del área rural reportó una disminución en los ingresos familiares durante los últimos cinco años.

La reducción de ingresos económicos y los problemas ambientales obligaron a alguna gente a migrar en busca de mejores condiciones de vida. El 21,1% de las personas de áreas urbanas del valle y el 51,4 % de los llanos dejaron, en los últimos cinco años, sus pueblos por razones climáticas. Desde el altiplano, migraron el 40,5% del área rural y el 27,6% del área urbana.

A la pregunta de cuáles son los factores de contaminación, el 44% de la población cree que la propia sociedad es responsable de la contaminación, el 28% señala a las empresas y el 35% atribuye el problema a una inadecuada gestión de residuos. Este resultado refleja el desarrollo de la consciencia ambiental social porque desde el momento que la misma persona se considera como causante de los problemas ambientales, puede considerarse como solución.

Finalmente, Oxfam preguntó: Si usted fuera autoridad en su municipio, ¿cuál de las siguientes acciones realizaría en primer lugar para detener los problemas ambientales? Destacan cinco acciones:

1.      Exigir a las empresas y cooperativas mineras a cumplir las normativas ambientales.

2.      Promover la educación ambiental.

3.      Imponer multas a quienes infrinjan las leyes ambientales.

4.      Prevenir el ingreso de empresas contaminantes al municipio.

5.      Reciclar basura.

Estas cinco acciones, indicadas por la misma población, tendrían que constituir la columna vertebral de una política pública integral de medio ambiente y economía. En ese sentido, la estrategia debe considerar un modelo económico inteligente más que extractivo. En consecuencia, debe proyectar invertir en los cerebros de la gente más que en la destrucción de la naturaleza. Para alcanzar esa meta, la educación ambiental debe ser un imperativo para comprender el problema como especie humana en peligro de autodestrucción.

Esa política pública debe ser formulada y aplicada por el gobierno que asumirá el mando del país el próximo año porque el Informe “A fuego y mercurio, crisis ecológica y desigualdades en Bolivia” prueba que el gobierno de 18 años del Movimiento al Socialismo (MAS) fue pura teoría en materia de medio ambiente porque sólo repitió largos discursos y aprobó bonitas normas en favor de la Madre Tierra, pero en la práctica fomentó su destrucción por reproducirse en el poder.

El autor es periodista y abogado