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Opinión

Censo: elementos y preguntas para leer el dato de autoidentificación étnica

23 de Agosto, 2024
JUAN PABLO MARCA
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Entre los resultados del Censo 2012 se recoge el dato de que el 41% de la población boliviana dijo pertenecer a un pueblo indígena originario campesino o afro boliviano, dato muy distinto a los resultados del Censo 2001 donde alrededor del 62% de los bolivianos se consideró perteneciente a algún pueblo originario o indígena. Según Chirino (2017), Albó (2012), Popolo (2012) y CEJIS (2022), este descenso se debió a los procesos de migración de la población rural a los principales centros urbanos del país, a la pérdida de identidad étnica en los  jóvenes indígenas que migraron a las ciudades, al uso mediático del concepto de lo mestizo como una identidad contraria a la identidad étnica por determinados actores políticos y académicos, así como a la forma en la que se redactó la pregunta referente a la autoidentificación étnica en la boleta censal el 2012, entre otros factores.

Sin embargo, cuando se publicaron los resultados oficiales del Censo 2012, en el ámbito mediático y los medios escritos, se produjeron una serie de reacciones, hipótesis y preguntas, especialmente por parte de analistas críticos al MAS, quienes recibieron con gusto el dato del descenso de la autoidentificación étnica, porque en su momento demandaron que se incluya la opción de mestizo en la pregunta 29 de la boleta censal y sostenían el falso debate de la dicotomía de lo mestizo frente lo indígena, además de ser contrarios a la vigencia del Estado Plurinacional. Además, consideraron el descenso de la autoidentificación étnica como un golpe “devastador” para el Estado Plurinacional, porque los pueblos indígenas pasaban a ser minoritarios y, desde su perspectiva política, esa reducción develaba la pérdida de la base social del Estado Plurinacional de Bolivia.

Por ejemplo, Jorge Lazarte en una columna publicada el 21 de agosto de 2013, indicaba que: «[con los resultados del censo] se habría venido abajo todo el cimiento social del Estado “plurinacional”, y su justificación histórica. Entonces ¿sigue siendo pertinente calificar al Estado de “plurinacional”? ¿Esta nueva realidad demográfica no obligaría más bien a revisar la matriz étnica de la Constitución Política “plurinacional”, y corregir sus graves disfuncionalidades, que son tanto producto como defectos de construcción? ¿Si lo “plurinacional” en términos de la Constitución, excluye a los no “indígenas”, no será necesario por lo menos redefinir lo que debe entenderse constitucionalmente por “nación”? […] y desplazar la columna “plurinacional” […] Quizá la fórmula de Estado “republicano” y “nacionalidad boliviana” […] debe ser rehabilitada por ser más integradora» (ICEES, 21 de agosto de 2013). 

Por su parte Erika Brockmann Quiroga, citando a Horst Grebbe (La Razón, 4 de agosto de 2023) indicaba que: «con estos resultados “se desbarataron mitos que se quisieron implantar en el imaginario colectivo al destacar que Bolivia era un país predominantemente indígena”, cuya impronta andina, fundamentalmente aimara y quechua, obliga a un nuevo concepto, el neo colonialismo avasallante de los pueblos andinos y de su vanguardia ahora denominada “intercultural”». Por su parte indicaba: «Desde mi perspectiva, el Censo 2012, refleja con mayor nitidez y confiabilidad la realidad nacional en materia de identidades étnicas, constituyendo una referencia que deberá no sólo atemperar discursos etno nacionalistas sino, ante todo, sincerarnos con una realidad plural pero acompañada por una gran mayoría que abraza su bolivianidad y su “mestizaje cultural”» (Eju.tv, 11 de agosto de 2013). 

De igual manera, Víctor Hugo Cárdenas, exvicepresidente de Bolivia indicaba que el proyecto del Estado Plurinacional, instaurado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), se fundamentaba en que el 62 por ciento de bolivianos se identificaban como indígenas en el censo 2001. Y, sostenía que con los nuevos datos de la autoidentificación étnica del Censo 2012, el MAS perdió su base social (Los Tiempos, 6 de agosto de 2013). 

El abogado Paúl Antonio Coca, indicaba que los resultados del Censo 2012 establecían que aquellos que se consideran indígenas y que sostienen al Estado Plurinacional son minoría y que la mayoría son los mestizos que “no somos tomados en cuenta”. Y, remarcaba que «la población boliviana debía preguntarse ¿cuál Estado Plurinacional? “Si bien en la Carta Magna establece que Bolivia está conformada por los indígenas originarios campesinos, los afrobolivianos y los interculturales, pero la realidad es diferente» (El Dia, 20 de enero de 2014). 

Por otro lado, los resultados oficiales del Censo 2012, también generaron otras opiniones, por parte de especialistas y profesionales que conocen de cerca la realidad de los pueblos indígenas por trabajar con organizaciones indígenas, para quienes el descenso en la autoidentificación étnica no se trató necesariamente de un golpe “devastador” para el Estado Plurinacional. Por ejemplo, Leonardo Tamburini, abogado y exdirector del CEJIS explicaba que no se había hecho un censo de verdad con los indígenas: «Lo que se realizó es un muestreo con una pregunta, digamos, que no tenía el objetivo de identificar a la población indígena del país».  Y, agregaba que las preguntas del Censo 2012 no siguieron los estándares de las Naciones Unidas, por lo que la baja sería debido a que las respuestas fueron contradictorias, y que se trataba de una encuesta referencial porque las últimas políticas del Gobierno «tienden a bajarle el tono a la presencia indígena del país» (Servindi, 8 de agosto, 2013).

David Choqueticlla, coordinador de IBIS Bolivia, una organización no gubernamental que busca fortalecer las capacidades de mujeres y hombres de los pueblos indígenas, indicaba que hubo la intención de perjudicar a los indígenas con el censo de 2012, pero aún así, esto no tendría por qué afectar al nombre de Estado Plurinacional de Bolivia (La Razón, 4 de agosto de 2013). 

Por su parte el sociólogo y docente de la UMSA, Alfonso Hinojosa, indicaba que los resultados sobre la autoidentificación étnica no incidirían en los indígenas; además, la identidad, según él, no está elaborada en piedra: «Yo creo que esta disminución en el porcentaje de autoidentificación étnica no afecta a la construcción de este Estado Plurinacional […].Sin duda esto de definirse como indígena u otro es un aspecto profundo de subjetividades y en muchos casos tiene que ver con traumas. Puede ser que una persona con historia cultural por discriminación ya no la asume» (La Razón, 4 de agosto de 2013).

Para la politóloga Moira Zuazo, el resultado del dato de la autoidentificación arrojaba un dato extraño: «Que este número se haya reducido en un momento en el que nuestra Constitución reivindica las identidades indígenas, que son la base del Estado plurinacional, es extraño». Planteaba la necesidad de analizar el resultado y considerar otras variables. «Hay que mirar cómo se distribuye esta cifra, este porcentaje, en el área urbana y en el área rural». Y, además se preguntaba: «[…] en la sociedad boliviana se está viviendo un proceso de desindigenización identitaria y […] cuál es el motivo para ello» (Servindi, 8 de agosto, 2013).

Ahora, bien, a semanas de publicarse los datos oficiales del Censo 2024, debemos preguntarnos ¿Cómo se leerá y analizará de existir un descenso en la autoidentificación étnica? ¿Constituirá un golpe al Estado Plurinacional? ¿Pulverizará el discurso indigenista del MAS? ¿El MAS ya no tiene su base electoral? O quizás también preguntarnos ¿La vigencia del Estado Plurinacional pasa necesariamente por tener una población mayoritaria indígena? ¿Habrá incidencia en el ámbito de la representación política de los pueblos indígenas? O más bien, los resultados nos invitan a analizar las razones subjetivas del descenso de la autoidentificación étnica en el área rural y urbana, si fuera el caso. 

Interesante seria también identificar y analizar qué identidades asumen las personas migrantes del área rural en el área urbana y que son hijos de padres que asumen una identidad étnica. A esto debemos añadir que los bolivianos tenemos una identidad compuesta que, por vivir en un departamento, somos cruceños, paceños, orureños, etc., también que, por asumir ciertos rasgos culturales, somos collas, cambas, etc., pero también que, por nuestros orígenes y ancestros, somos, aymaras, mojeños, guaraníes, tsimanes, esse ejas, chacobós, cavineños, yaminahuas, etc., identidades regionales, culturales y étnicas que no necesariamente son excluyentes. Asimismo, que el Estado Plurinacional, en primera instancia, no fue una creación del MAS, sino que básicamente es el proyecto político de las organizaciones indígenas de tierras bajas, a la cual, posteriormente se sumaron los pueblos indígenas de tierras altas y demás organizaciones sociales en el contexto del proceso constituyente del 2003 al 2009. 

El autor es sociólogo e investigador del CEJIS