El debate sobre federalismo fue planteado por personajes muy interesantes en la historia boliviana, la mayoría de ellos contrarios al orden político de su tiempo, como Lucas Mendoza de la Tapia, Andrés Ibáñez, Pablo Zárate Wilka, entre otros. Al respecto recomiendo revisar el libro Regiones y poder constituyente en Bolivia donde el historiador José Luis Roca describe la trayectoria de las ideas federales en la Bolivia del siglo XIX.
Actualmente, desde un tiempo a esta parte en Bolivia tenemos a diferentes personajes como Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, Carlos Sánchez Berzain el ex ministro del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, Rómulo Calvo, presidente del Comité Pro Santa Cruz, hablando de federalismo como la solución de todos los problemas del país.
En el caso de Luis Fernando Camacho, a pesar de que en las elecciones nacionales obtiene un porcentaje muy pobre y mostrar una pésima gestión en la gobernación de Santa Cruz, insististe en abrir algunas casas de campañas de federalismo en Santa Cruz, Beni y Tarija y en que llevará adelante la construcción de una propuesta federal para poner fin al centralismo del Movimiento Al Socialismo (MAS) y sin tener una propuesta clara de la misma presenta al federalismo como la solución de todos los problemas del país.
Es así que el gobernador de Santa Cruz, un político conservador en términos ideológicos que no duda en usar la religión como discurso político, presenta al federalismo como el modelo que permitirá acabar con el centralismo y la hegemonía del MAS y presenta en el fondo al federalismo como un discurso regionalista y conservador, por su perfil político labrado hasta este momento.
Aunque, se debe afirmar que nadie es el dueño del concepto de federalismo u otros conceptos como nación o democracia en el país. Sin embargo, personajes como Luis Fernando Camacho o instituciones como el Comité pro Santa Cruz por su capacidad mediática son quienes en la actual coyuntura buscan darle una carga ideológica al concepto de federalismo.
Lo mencionado anteriormente, ocurre según la teoría del discurso propuesta por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe por la condensación o vinculación de significantes vinculados a los personajes mencionados, quienes actúan como puntos nodales que fijan el significado de una diversidad de significantes o conceptos flotantes. En este contexto Camacho y Calvo, posicionan federalismo como un discurso conservador y regionalista.
De igual manera, por otro lado, se debe mencionar la mala propaganda que le hacen al federalismo diferentes actores sociales y políticos allegados al gobierno central y el MAS; para quienes el federalismo es sinónimo de división del país y solo es una propuesta regionalista de las elites cruceñas y no una propuesta de construcción de país; a pesar de que el mismo Evo Morales fue quien hablo de federalismo hace unos meses, al proponer un referéndum sobre federalismo. En este sentido para el MAS el federalismo es una mala palabra que hay que derrotar en las elecciones o incluso en el escenario de una asamblea constituyente.
En suma, lamentablemente tanto Creemos y el MAS le hacen una mala propaganda al concepto de federalismo y lo utilizan en el fondo como una estrategia discursiva de posicionamiento y profundización de la polarización entre oriente y occidente, antes que plantear su discusión de una manera seria y responsable frente al país.
Juan Pablo Marca es politólogo por la UAGRM