La Paz, 19 de mayo de 2022 (ANF). - El Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) considera que la solución al abastecimiento de maíz en Bolivia no pasa por autorizar el uso de transgénicos o biotecnología, sino en exigir que suba la productividad de la agroindustria, cuya prioridad es el negocio con insumos y busca ampliar la frontera agrícola.
“Mínimamente, el Estado debería exigirles ya, de una vez, indicadores que muestren la mejora de la productividad, no son los transgénicos. Si comparamos con la importación de agroquímicos, la importación de una serie de insumos que requiere el agronegocio, eso se ha ido resolviendo, el negocio no está en la producción y productividad, sino en lo que genera en términos de movimiento y eso está en manos de las empresas. Mínimamente se debería exigir que mejore la productividad con las tierras que manejan”, afirmó la directora General del CIPCA, Pamela Cartagena.
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior y la Cámara de Pequeños Productores del Oriente afirmaron el miércoles que es necesario debatir el uso de biotecnología o de semillas transgénicas de maíz para resolver el desabastecimiento del grano en Bolivia.
El Gobierno nacional rechaza la posibilidad porque asegura atenta a la salud de la población y al medioambiente, por lo que activó operativos de control ante el posible agio y especulación, es así que en Santa Cruz encontró cuatro empresas que almacenan granos, este jueves tras una inspección anunciaron que presentarán la denuncia ante el Ministerio Público..
Cartagena afirmó que el debate de los transgénicos es “viejo”. Explicó que en Bolivia solo se autorizó la biotecnología para dos tipos de granos de soya, que surgieron ante la necesidad del biocombustible, mediante el Decreto Supremo 3874 del 19 de abril de 2019, periodo de la presidencia de Evo Morales.
Luego, en el Gobierno transitorio de Jeanine Añez se emitió el Decreto Supremo 4232 que autorizaba al Comité Nacional de Bioseguridad procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados, en sus diferentes eventos destinados al abastecimiento de consumo interno y de comercialización externa.
La normativa de Añez fue abrogada en la actual gestión de Luis Arce, pero Cartagena aseguró que, por coherencia, también debía eliminar el decreto de Evo Morales. Dijo que cuando se autoriza el proceso abreviado para el uso de transgénicos, se da tres años de prueba para que no exista contaminación a especies nativas, aquello sucedió con la soya.
Recordó que el compromiso de Evo Morales fue ampliar la frontera agrícola de 3,5 a 10 millones de hectáreas, decisión que fue bien recibida por la agroindustria, pero debido a la pandemia de la Covid-19 y otros factores, como la sequía a fines de 2021, exigieron también el uso de la biotecnología.
“Ante un evento de sequía, también se pidió que pudiera importar maíz de la Argentina y el Gobierno abrió la posibilidad de las medidas de apoyo al sector productivo y sobre todo al sector agroindustrial, y se introdujo maíz de Argentina, que el 99% es maíz transgénico”, agregó Cartagena.
Afirmó que en Bolivia existe el contrabando del maíz transgénico y también se pudo comprobar en algunos sembradíos de Santa Cruz y el Chaco. El uso de químicos en los granos es de interés para los empresarios que optaron por producir soya en mayor proporción que otros alimentos.
“Es que el precio ha subido, el precio internacional; a ellos (empresarios) no les importa que haya seguridad alimentaria o si los pollos tienen maíz para comer, el maíz lo usan como cultivo de rotación”, sostuvo la directora del CIPCA.
Dijo que en Bolivia hay 77 especies de maíz que se adaptan a climas y alturas, además de la dosificación de aguas. Por ejemplo, hay cultivos a 300 metros sobre el nivel del mar y otros a más de 3.000, en el occidente.
“Hay maíz para
huminta, para las tortitas de maíz; todos eso maíces son de la cultura culinaria,
es en torno a esa gran variabilidad de este maíz”, afirmó Cartagena y prosiguió: “el
maíz choclero es para que comamos choclito con queso, para que hagamos mote,
somó en el oriente. Otro maíz criollo es para hacer chicha, hay otro maíz
blanco en valles, hay otro para tamales”, detalló Cartagena.
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